Bloomberg Línea — La cuenta regresiva para el Mundial 2026 ya empezó y, con ella, el entusiasmo de los aficionados latinoamericanos que quieren acompañar a sus selecciones en Estados Unidos, México y Canadá. El anuncio de la primera fase de venta de boletos coincide con un contexto económico particular: un dólar debilitado, lo que ha mejorado las condiciones para planear viajes internacionales.
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En países como Colombia, donde la clasificación al Mundial ya es un hecho, las búsquedas de tiquetes y alojamiento hacia las sedes del torneo han comenzado a dispararse en un momento en el que la divisa acumula una apreciación de más 11% frente al billete verde en 2025.
Según Pablo Jaitman, Country Manager de Despegar Colombia, el dólar actual ha facilitado los planes de viaje. “Está teniendo un efecto positivo en la planificación de viajes a Estados Unidos, ya que facilita la compra de vuelos y entradas a los parques, haciéndolos más accesibles”, asegura.
En paralelo, agrega que la clasificación de las selecciones ha generado “una ola de entusiasmo entre los hinchas, que ya comienzan a organizar sus planes para acompañar al equipo”.
La agencia ha detectado incrementos sustanciales en la demanda hacia ciudades sede del torneo. “Las búsquedas hacia México y Estados Unidos aumentaron 67% y 25% respectivamente frente al año pasado”, indicó Jaitman. Para el partido inaugural del 11 de junio, en el Estadio Azteca, el alza fue de 55%, mientras que la final del 19 de julio en Nueva Jersey muestra un crecimiento del 6%.
Ese entusiasmo de los viajeros latinoamericanos coincide con una coyuntura cambiaria inusual, marcada por una debilidad estructural del dólar. Aunque los costos de asistir al Mundial no serán necesariamente bajos, especialmente por el sistema de precios dinámicos que aplicará la FIFA, el tipo de cambio actual sí puede representar un alivio relativo en la planificación financiera.
¿Cómo y cuándo comprar los boletos?
La venta de entradas para la Copa Mundial de la FIFA 2026 arranca oficialmente con una primera fase que se llevará a cabo desde esta semana entre el 10 y el 19 de septiembre. Sin embargo, conseguir una boleta no será tan sencillo como ingresar al sitio web y comprar.
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En esta edición, la FIFA ha renovado por completo su sistema de venta, incorporando nuevas reglas, fases escalonadas y un sistema de precios variables. La primera fase está dirigida exclusivamente a usuarios con tarjeta Visa (V) que cuenten con una cuenta FIFA ID registrada previamente.
Durante esta ventana, los interesados deberán inscribirse en un sorteo, en lugar de realizar una compra directa. Una vez cerrada esta etapa, la FIFA seleccionará aleatoriamente a los aficionados que podrán acceder a la compra prioritaria.
Los resultados del sorteo se anunciarán el 29 de septiembre, y a partir del 1 de octubre, los seleccionados recibirán una franja horaria específica para comprar entradas en línea.
Sistema de precios dinámicos
Los precios, por su parte, también vienen con una novedad: la FIFA aplicará un sistema de precios dinámicos (o variables) que ajusta los costos en función de la demanda, como ocurre con las tarifas aéreas o los hoteles.
Este modelo, ampliamente utilizado en el mercado estadounidense, ha generado polémica en otras disciplinas deportivas y eventos masivos por encarecer notablemente los boletos más deseados.
En cuanto a los valores iniciales, la FIFA ha establecido que los más económicos, para partidos de la fase de grupos, arrancarán en US$60, mientras que los más costosos, como los de la final que se disputará el 19 de julio en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, pueden superar los US$6.700.
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Sin embargo, estos precios son sólo de referencia, ya que la implementación del sistema dinámico puede hacerlos subir conforme crezca la demanda, incluso antes del sorteo oficial de grupos que se celebrará en diciembre.
Otra modificación clave para esta edición está en la asignación de categorías dentro de los estadios.
A diferencia de ediciones pasadas, donde la categoría dependía de la vista o cercanía al campo, ahora se asignarán principalmente según el nivel del estadio: por ejemplo, el nivel inferior será considerado Categoría 1, el nivel intermedio como Categoría 2 y el nivel superior como Categorías 3 y 4.
Las ubicaciones específicas dentro de cada categoría se asignarán de forma aleatoria al momento de la compra, salvo en las últimas etapas de venta, donde sí se podrá elegir asiento exacto. Además, los compradores tendrán la posibilidad de adquirir hasta cuatro boletas por partido y un total de 40 entradas por todo el torneo.
Se podrá optar por entradas individuales o paquetes: ya sea por ciudad sede (por ejemplo, todos los partidos en Boston o Ciudad de México) o por selección nacional (los tres juegos de fase de grupos de un equipo).
En caso de no obtener entradas en esta primera fase, la FIFA abrirá nuevas rondas de venta: una segunda en octubre de 2025, otra después del sorteo de grupos (5 de diciembre) y una etapa final de venta de último minuto en la primavera de 2026, bajo el esquema de “primero en llegar, primero en comprar”.
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También estará disponible una plataforma oficial de reventa, y los aficionados podrán adquirir boletos premium de hospitalidad, con acceso a servicios exclusivos, o paquetes especiales de compra anticipada (“Right to Buy”), que garantizan prioridad para ciertos partidos.
Según Jaitman, en el caso colombiano, en las búsquedas de los usuarios al planear el viaje, ya predominan estadías de ocho días, preferencia por alojamientos económicos y el uso de paquetes turísticos como fórmula de ahorro.
“La tendencia más marcada es la elección de paquetes, que en una sola compra permite reservar dos o más productos, permitiendo en muchas ocasiones obtener un ahorro de hasta un 30% comparado con adquirir los mismos productos por separado”, puntualizó.
¿Por qué cae el dólar y hasta cuándo puede durar?
Ese entusiasmo por el Mundial se da en medio de una pérdida de fortaleza del billete verde, luego de haber registrado su mejor desempeño mensual en lo que va del año durante julio. La divisa ha caído más de 8% en el año por una combinación de factores económicos, políticos y de percepción de riesgo institucional.
La tendencia bajista ha favorecido a las monedas emergentes y ha generado un entorno más favorable para viajeros e importadores en América Latina, al tiempo que plantea preguntas sobre la resiliencia de la economía estadounidense.
En el plano macroeconómico, los últimos reportes de empleo en Estados Unidos evidenciaron una pérdida de dinamismo. La creación de puestos de trabajo se ha desacelerado y algunos indicadores adelantados muestran señales de enfriamiento.
Esto ha alimentado las expectativas del mercado respecto a una posible reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal en la reunión de la próxima semana. Esta percepción ha sido reforzada por señales del propio banco central, que ha reconocido una moderación en las presiones inflacionarias.
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Marcelo Rebelo, economista en jefe del Banco de Brasil, sostiene que “los datos apuntaron a una inflación más benigna de lo inicialmente imaginado en EE.UU. y hay señales de pérdida de fuerza en el mercado de trabajo americano”, lo que refuerza la idea de que el ciclo de política monetaria podría girar hacia la flexibilización más pronto que tarde.
A este contexto económico se suman presiones de índole política que también han contribuido al debilitamiento del dólar.
El presidente Donald Trump ha incrementado su presión sobre la Reserva Federal para que recorte las tasas e incluso está en una batalla judicial para destituir a la gobernadora Lisa Cook, lo que ha generado inquietud sobre la independencia del banco central.
Chris Turner, estratega de ING, advirtió que “los inversionistas naturalmente comenzarán a cuestionar cada vez más la independencia de la Fed, lo que resultaría en una curva de rendimientos más inclinada y un dólar más débil”
La caída del dólar ha sido particularmente notoria frente a varias monedas latinoamericanas, en especial aquellas respaldadas por tasas de interés reales altas y cierta estabilidad macroeconómica.
El real brasileño (USDBRL), el peso colombiano (USDCOP) y el peso mexicano (USDMXN) han liderado las ganancias en la región, mientras que monedas como el lempira hondureño, el peso dominicano y el peso argentino (USDARS) han seguido mostrando debilidad.
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Rebelo advierte que “en el escenario global, el dólar podría seguir debilitándose en medio de la incertidumbre, ante la posibilidad de que se prolonguen las tarifas comerciales y por el seguimiento constante a los acontecimientos geopolíticos, que siguen generando volatilidad en los mercados”.
La expectativa de recortes por parte de la Fed, la percepción de inestabilidad institucional y la mejora relativa de varias economías emergentes configuran un escenario en el que la moneda estadounidense podría seguir perdiendo terreno y favoreciendo el bolsillo de los latinoamericanos que quieran ir al Mundial.