Bloomberg Línea — La nueva evaluación de Fitch Ratings anticipa un año complejo para el crédito corporativo en América Latina. La calificadora ubicó la perspectiva para 2026 en “deteriorada”, al considerar que los riesgos financieros aumentan en un contexto económico heterogéneo y con factores de incertidumbre que pueden condicionar la capacidad de refinanciamiento y la liquidez de varios emisores.
Esto ante mayores riesgos financieros, un entorno económico heterogéneo y presiones que podrían limitar la liquidez y el acceso al financiamiento de varias empresas.
El informe destaca la presión que generan las tasas de interés elevadas en Brasil.
Según Fitch, el gasto financiero consume entre el 50% y el 75% del EBITDA en algunos casos, lo que limita los márgenes operativos y dificulta enfrentar vencimientos próximos.
La situación podría volverse más estricta si los recientes episodios de estrés financiero reducen la confianza de los inversores y el acceso al mercado local.
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La calificadora subraya que 2026 coincide con un momento particularmente sensible para la región en materia de comercio y política.
Por un lado, la revisión programada del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC) introduce dudas sobre los términos bajo los cuales operan sectores que dependen del flujo bilateral con Estados Unidos, especialmente el automotor, el agrícola y el de recursos naturales.
Por otro lado, los procesos electorales en Brasil, Colombia y Perú agregan otra capa de incertidumbre, dado que eventuales cambios de orientación económica podrían modificar reglas, incentivos y marcos regulatorios para empresas locales.
El riesgo regulatorio seguirá siendo clave en el sector de servicios públicos y energía, segú advierte Fitch Ratings. Por otro lado, el documento también incorpora señales de alerta en materia de gobierno corporativo.
Según la consultora, el deterioro reciente en los perfiles crediticios de Banco Master y Braskem S.A. acentuó la preocupación sobre emisores con estructuras de propiedad muy concentradas y limitada independencia en sus directorios, factores que incrementan la vulnerabilidad en contextos de tensión financiera.
Las proyecciones agregadas de Fitch muestran métricas crediticias estables o levemente mejores para el conjunto de emisores en 2026, aunque las expectativas para compañías de alto rendimiento son menos favorables y varían entre sectores.
En los análisis sectoriales, la calificadora prevé un entorno complicado para la industria automotriz global, con aranceles en Estados Unidos que obstaculizan el traslado de producción hacia países latinoamericanos de menor costo.
Para el sector químico, las condiciones de oferta y demanda continúan débiles.
En servicios públicos y energía, la intervención estatal podría limitar la generación eléctrica en Brasil y frenar proyectos de energías renovables en Colombia.
El panorama planteado por Fitch apunta a un año en el que tasas elevadas, tensiones comerciales, eventos políticos y riesgos regulatorios tendrán un rol determinante en la evolución del crédito corporativo en América Latina.
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La situación de Banco Master
El Banco Master, mencionado como una de las fuentes de preocupación por parte de Fitch Ratings, fue sometido a una investigación de la Policía Federal de Brasil (PF) bajo la operación denominada Operación Compliance Zero, que detectó indicios de una trama de fraude masivo: según las autoridades, el banco habría emitido y vendido carteras de crédito ficticias, valiéndose de documentación falsificada para encubrir dichas operaciones. En ese contexto, su principal accionista, Daniel Vorcaro, fue detenido al intentar salir del país, lo que precipitó la decisión del Banco Central de Brasil de ordenar la liquidación extrajudicial del banco.
La abrupta caída del Banco Master afecta de forma directa a sus empleados y clientes: se estima que unos 515 trabajadores perderán sus empleos y alrededor de 12 millones de clientes quedan expuestos por el colapso de la entidad. Además, varios fondos de pensiones estatales y municipales —hasta 18 según el gobierno— habían invertido en títulos del banco, lo que podría derivar en pérdidas de miles de millones de reales.
Aunque la defensa rechaza las acusaciones, argumentando que no hay pruebas concluyentes de un fraude , las autoridades mantienen la investigación y han bloqueado bienes del banco y de sus directivos.
Mientras tanto, la liquidación extrajudicial implica que un liquidador nombrado por el Banco Central tendrá a su cargo la venta de activos y el pago de acreedores, lo que marcará probablemente el fin de la antigua estructura del banco.
En tanto, un puñado de empresas brasileñas está revelando su exposición al Banco Master SA tras la liquidación del atribulado prestamista y la detención de su CEO en medio de una amplia investigación de corrupción.









