Bloomberg — La policía de Hong Kong ha detenido a tres altos cargos de una empresa de ingeniería tras un incendio mortal en un complejo de rascacielos, un desastre que ha intensificado la preocupación por las prácticas de construcción, incluido el uso de andamios de bambú, en una de las ciudades más densamente pobladas del mundo.
Las llamas, que estallaron el miércoles, mataron al menos a 44 residentes y dejaron cientos de desaparecidos en el peor incendio residencial de Hong Kong en más de medio siglo. El complejo, construido en la década de 1980 como viviendas subvencionadas por el gobierno con unos 2.000 pisos, estaba siendo sometido a una larga renovación en ese momento.
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Dos directores y un consultor de ingeniería fueron detenidos como sospechosos de homicidio involuntario. El Secretario de Seguridad, Chris Tang, dijo anteriormente que la malla protectora, la tela impermeable y las láminas de plástico del exterior del edificio “ardieron con mucha más intensidad y se extendieron mucho más rápido de lo que lo harían normalmente los materiales que cumplían las normas”, calificando la situación de “inusual”.
Los investigadores siguen determinando qué causó el incendio y están examinando si los andamios de bambú y la malla verde de construcción que envolvía partes del edificio contribuyeron a la propagación de las llamas. Imágenes de la escena muestran andamios en el exterior de varios pisos envueltos en llamas, con trozos de malla ardiendo cayendo al suelo.
El incidente ha llamado la atención en Pekín. El presidente chino, Xi Jinping, instó a las autoridades de Hong Kong a no escatimar esfuerzos en la extinción del incendio y en las labores de rescate. Es probable que sus comentarios aumenten la presión sobre los dirigentes de la ciudad para que demuestren una aplicación más estricta de las normas de seguridad en los edificios y mejoren la situación general de la vivienda.
Preocupación por la seguridad
La tragedia ha reavivado los interrogantes sobre las normas relativas a los materiales de construcción. Hong Kong es uno de los pocos lugares donde el bambú se sigue utilizando ampliamente en la construcción. Aunque se valora por su ligereza, flexibilidad y menor coste, se ha relacionado con más de 20 accidentes mortales desde 2018, según cifras oficiales publicadas en febrero.
En marzo, el gobierno dijo que empezaría a eliminar progresivamente el bambú en favor del acero resistente al fuego, exigiendo armazones metálicos para el 50% de las obras públicas. El Secretario de Trabajo y Bienestar dijo en julio que el gobierno no tenía intención de prohibir los andamios de bambú por el momento.
El incendio “es un trágico recordatorio de lo vulnerables que pueden ser los edificios de gran altura durante su renovación”, declaró Tripti Singh, director del Centro Nacional para la Durabilidad de la Madera y el Diseño de Vida de la Universidad de Sunshine Coast. Los andamios, los revestimientos provisionales y los materiales combustibles pueden acelerar un incendio y, una vez que alcanza varias plantas, la evacuación se hace muy difícil, añadió.
La ciudad ha sido testigo de una serie de incidentes recientes relacionados con andamios, incluyendo un gran colapso de bambú en la urbanización de lujo Kai Tak el año pasado que mató a dos trabajadores y dio lugar a cargos por homicidio involuntario. En octubre, un enorme andamio de bambú se incendió en la Torre Chinachem, en el distrito central de negocios.
El jefe del Ejecutivo, John Lee, ha anunciado la creación de un grupo de trabajo para investigar el incendio y ha prometido que se perseguirá cualquier irregularidad “de acuerdo con las leyes y reglamentos” y que se comprobará que todas las obras de renovación en curso en las que se utilicen andamios cuentan con los materiales adecuados y son seguras contra incendios.
Las obras de renovación del tribunal de Wang Fuk fueron llevadas a cabo por Prestige Construction & Engineering Co. La policía dijo que en el edificio no afectado por las llamas, todos los pisos tenían redes de protección, lonas impermeables y telas de plástico, materiales que podrían no haber cumplido las normas de seguridad contra incendios. Se utilizó espuma de poliestireno para sellar las ventanas, lo que podría haber contribuido a la rápida propagación del fuego.
Bloomberg News visitó la oficina del Prestige el jueves, pero las persianas estaban bajadas y nadie respondió a pesar de llamar repetidamente. Las llamadas telefónicas a la oficina no obtuvieron respuesta.
Presiones sobre la vivienda
La devastación también ha puesto de manifiesto las profundas presiones que sufre Hong Kong en materia de vivienda. La escasez de suelo residencial, un paisaje urbano densamente poblado y un parque de edificios envejecido han hecho que la renovación a gran escala sea inevitable y cada vez más arriesgada.
La prolongada recesión inmobiliaria ha paralizado los esfuerzos de reurbanización tanto del gobierno como de los promotores privados. Se prevé que el número de viviendas privadas de 70 años o más aumente hasta 326.000 en 2046, más de 300 veces la cifra de 2016, según estimaciones anteriores del gobierno.
La tragedia también ha puesto de relieve la preocupación por la transparencia y la gobernanza en el creciente número de proyectos de mantenimiento de edificios de la ciudad. Los casos anteriores de manipulación de licitaciones han alimentado la frustración entre los residentes y el último incidente ha renovado esos debates en todo Hong Kong.
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También se están planteando interrogantes sobre los fallos de las alarmas contra incendios. El South China Morning Post informó de que las alarmas no se activaban ni siquiera cuando los residentes olían a humo. Muchos sólo fueron alertados cuando un guardia de seguridad llamó a sus puertas, dejándoles poco tiempo para evacuar, según el informe.
El polígono afectado se encuentra en el distrito suburbano de Tai Po, que alberga a unos 300.000 residentes y una mezcla de viviendas para distintos niveles de renta, junto con parques y centros comerciales. Se espera que las operaciones de rescate continúen hasta el jueves por la tarde, más de 24 horas después del inicio del incendio.
Con la colaboración de Felix Tam, Venus Feng y Shirley Zhao.
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