¿Por qué parece que el tiempo pasa más rápido que antes?

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Vacaciones
Por F.D. Flam
06 de septiembre, 2025 | 09:17 AM

¿Es posible que ya haya pasado el fin de semana del Día del Trabajo? Es como si ayer hubiéramos celebrado el inicio del verano, cuando todavía faltaban meses para el otoño.

Entonces, ¿por qué parece que el tiempo pasa más rápido que antes?

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Los científicos están cada vez más cerca de encontrar una respuesta. Hace poco, un equipo de investigadores ha identificado un mecanismo en el cerebro que, al parecer, organiza cómo percibimos y recordamos el paso del tiempo.

Aun quienes no aman el verano suelen sorprenderse de lo rápido que ha pasado el año, recordando la conocida letra de Pink Floyd: “One day you’ll find, ten years have got behind you” (Un día te darás cuenta de que han pasado diez años). Sin embargo, esta inquietante sensación de que el tiempo se acelera está fundamentalmente en nuestras cabezas. Y ello significa que podemos hacer algo al respecto.

Los científicos que estudian la naturaleza de la percepción del tiempo aseguran que nuestros cerebros no evolucionaron para medir y registrar el tiempo con precisión, como días y semanas, sino más bien para procesarlo de maneras que beneficiasen la supervivencia de nuestros antepasados.

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Han constatado que los animales también son sensibles al tiempo, y muestran frustración cuando se les hace esperar demasiado por una recompensa. Para la mayoría, el tiempo entre el hambre y la inanición es breve.

El tiempo es, literalmente, vida.

Miembros de un grupo de investigación que estudia cómo el cerebro percibe el tiempo ya habían hecho un descubrimiento revolucionario: cómo las ratas de laboratorio navegan por el espacio mediante “grid cells” (células de cuadrícula). Este trabajo les valió a dos miembros del equipo el Premio Nobel.

Ahora, estos mismos investigadores han descubierto evidencia de que las ratas también registran el tiempo, utilizando una parte diferente del cerebro llamada corteza entorrinal lateral (LEC, por sus siglas en inglés), ubicada junto al hipocampo, el centro de la memoria cerebral.

En el LEC, las neuronas se activan siguiendo un patrón único y no repetitivo. El investigador principal, Benjamin Kanter, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, describe esta actividad neuronal como una “deriva suave”.

Fluye de forma constante mientras una rata duerme o realiza una actividad rutinaria, como buscar alimento. Pero cuando ocurre un evento significativo, como recibir una galleta de un investigador, la actividad de estas neuronas se intensifica brevemente.

Este patrón de deriva continua, interrumpido por pulsos de actividad, podría servir como una especie de marca temporal, ayudando a la rata a recordar cuándo sucedieron eventos significativos. Esto implica que el tiempo, en la memoria, se experimenta a través de eventos. Y cuantas más experiencias hemos tenido durante un verano, más largo parece ese tiempo al mirar atrás.

Los hallazgos del equipo se publicaron en Science Advances el 26 de junio (que, acertadamente, parece ayer).

En estudios recientes con humanos , el psicólogo de la UCLA David Clewett y sus colegas descubrieron que tendemos a organizar los recuerdos en grupos, como escenas de películas.

En un experimento, se mostraron a voluntarios imágenes de objetos comunes mientras se reproducían tonos en un oído y luego en el otro.El sonido cambiante fue suficiente para crear una barrera mental entre los diferentes grupos de objetos.

Los participantes generalmente podían recordar el orden de las imágenes dentro del mismo grupo, pero tuvieron dificultades cuando se les pidió que hicieran lo mismo con objetos de diferentes grupos.

Clewett afirmó que las experiencias novedosas de la vida cotidiana pueden ayudar a crear recuerdos más definidos que podrían hacer que el verano se sienta más largo. “Sal de tu zona de confort y sigue creando más y más recuerdos”, dijo.

El neurocientífico de la Universidad George Mason, Martin Weiner, afirmó que el tiempo a menudo parece acelerarse con la edad porque nuestras vidas se convierten en rutinas constantes, lo que provoca que nuestros cerebros se pongan en una especie de piloto automático, haciendo que las semanas se difuminen en la memoria.

Mucha gente asume que el tiempo se acelera simplemente porque cada año se convierte en una fracción más pequeña de nuestro pasado, afirmó, pero esa no puede ser la única explicación.

La gente a menudo le pregunta cómo ralentizar el tiempo, pero él advierte de una paradoja: unas vacaciones llenas de acontecimientos pueden parecer largas en retrospectiva, pero parecen pasar volando en el momento, mientras que una hora olvidable en una sala de espera puede parecer increíblemente larga mientras sucede.

En su libro, Your Brain is a Time Machine (Tu Cerebro es una Máquina del Tiempo), el neurocientífico Dean Buonomano entrelaza la física, la filosofía y la neurociencia del tiempo.

Existe una tensión fundamental, afirmó, entre los eternistas, quienes creen que el paso del tiempo es una ilusión, y los presentistas, que creen que solo el presente es real y que el pasado y el futuro no existen.

Buonomano sostiene que las limitaciones del cerebro humano pueden llevarnos a pensar en el tiempo en términos espaciales, por ejemplo, mirando hacia adelante o hacia atrás. Esta tendencia podría sesgar a los eternistas hacia su visión de que el tiempo es simplemente otra dimensión del espacio. Pero, afirmó, ciertamente no se comporta de esa manera.

Sugerí que podríamos aprovechar esta tendencia a “espacializar” el tiempo.

Antes de Google, solía anotar actividades en calendarios de planificación de papel. A veces reflexionaba sobre un mes, un acto que no solo reforzaba, sino que también moldeaba mis recuerdos, forzándolos a ajustarse mejor al tiempo del calendario. Hacía que los veranos parecieran más largos.

Así que intenté anotar los eventos de este verano, uno que casi se había evaporado, en un calendario de pared y empezó a parecer más completo y extenso. Parece una vía prometedora para futuras investigaciones. Pero más les vale a esos científicos darse prisa. El tiempo se acaba.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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