Los mercados reaccionan a las palabras de Powell
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Bloomberg Opinión — El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha lanzado por fin su mensaje alto y claro: para controlar la inflación, el banco central pretende subir las tasas de interés y mantenerlas altas durante más tiempo de lo que esperaban los mercados.

Es un gran primer paso. Ahora la Fed debe seguir adelante.

En su discurso en Jackson Hole, Powell definió el problema de forma concisa: El mercado laboral está demasiado tenso y la inflación está demasiado por encima del objetivo del 2% del banco central. También fue sincero sobre la respuesta necesaria: Hacer que la política monetaria sea lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente para estar seguro de que la inflación volverá a caer al 2% y se mantendrá en ese nivel, una política “incondicional” que infligirá “dolor” a los hogares y a las empresas. A juzgar por la fuerte caída de las acciones del viernes, los participantes del mercado lo entendieron.

Las declaraciones de Powell ofrecieron un bienvenido contraste con los comunicados anteriores, que dejaron a los mercados preguntándose hasta dónde estaría dispuesta a llegar la Fed en su lucha contra la inflación. Las minutas de la más reciente reunión del Comité Federal de Mercado Abierto, por ejemplo, mencionaban el riesgo de un endurecimiento excesivo. Y en agosto, Powell señaló que el efecto total de las subidas de los tipos de interés aún no se había dejado sentir. En esta ocasión, no hubo calificaciones, ni dudas sobre el objetivo o lo que la Fed debe hacer para lograrlo.

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¿Qué viene ahora? Las palabras deben llevar a los hechos. En primer lugar, las próximas proyecciones económicas de la Reserva Federal deben reflejar la realidad. Las previsiones publicadas en junio veían que los tipos de interés a corto plazo alcanzarían un máximo del 3,8%, y que la inflación volvería a caer rápidamente hacia el 2% en medio de un aumento improbable del desempleo. Como advirtió Powell, los tipos de interés y el desempleo tendrán que ser significativamente más altos, y el camino de vuelta al objetivo de inflación será más largo.

También convendría hacer un poco de introspección pública. ¿Cómo se ha alejado tanto la inflación del objetivo de la Fed? ¿Fue por mala suerte, por una mala previsión, por un marco de política monetaria inadecuado o por una aplicación inadecuada de ese marco? Sólo entendiendo lo que pasó y compartiendo sus conclusiones podrá la Fed restablecer plenamente su credibilidad, y hacer los ajustes necesarios para evitar tales problemas en el futuro.

La respuesta correcta es todo lo anterior. La mala suerte incluyó la pandemia de Covid-19, las mutaciones del virus y la guerra entre Ucrania y Rusia, que generaron una serie de perturbaciones de la demanda y la oferta que contribuyeron a impulsar la inflación. Las previsiones fueron excesivamente optimistas en cuanto a la holgura del mercado laboral, la rapidez con que se recuperaría la participación de la población activa y el carácter transitorio de las presiones inflacionistas. El nuevo marco de política monetaria, más tolerante a la inflación, no preveía un rebasamiento extremo de la misma. Y la aplicación de ese marco por parte de la Reserva Federal la incapacitó para retirar el estímulo monetario a tiempo.

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La Fed se ató las manos con un complejo nudo. Se comprometió a no aumentar los tipos de interés a corto plazo hasta que la inflación alcanzara el 2% y se esperara que se mantuviera por encima del 2% durante algún tiempo, y el desempleo hubiera descendido a un nivel coherente con el objetivo de inflación. Las compras de activos no podían terminar hasta que se produjeran avances sustanciales hacia estos objetivos. Incluso entonces, las compras sólo podían reducirse. Y tenían que desaparecer por completo antes de poder subir los tipos de interés.

No es de extrañar que la Reserva Federal haya estado teniendo dificultades para ponerse al día. Después de su reunión de política monetaria de septiembre, habrá elevado el objetivo del tipo de interés de los fondos federales entre 275 y 300 puntos básicos en menos de seis meses.

Hay que felicitar a Powell por haber expuesto claramente su objetivo y cómo pretende llegar a él. Lo único que queda es actuar, y asegurarse de que lo que ha llevado a este apuro no se repita.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.