Bloomberg — Pedro Sánchez fue reelegido presidente del Gobierno español en una votación de confianza en el Parlamento el jueves con el respaldo de los separatistas catalanes gracias a un polémico acuerdo de amnistía.
Un total de 179 diputados votaron a favor de su reelección, frente a 171 en contra. Para obtener la mayoría se necesitan 176 diputados en un Parlamento de 350 miembros.
La decisión de reelegir a Sánchez pone fin a meses de incertidumbre tras unas elecciones no concluyentes en julio, aunque el líder socialista comienza su nuevo mandato enfrentándose a una fuerte reacción en contra por su plan de amnistiar a cientos de activistas catalanes que se enfrentan a cargos penales por un intento fallido de independencia en 2017.
“El único reproche real de la derecha es que hemos ganado gobierno con estos pactos”, dijo Sánchez en el Parlamento poco antes del inicio de la votación. “Pero ganar gobierno es lo que nos permite mejorar la vida de aquellos” que más necesitan del Estado.
Aunque tendrá una posición más fuerte dentro de su coalición de gobierno, con un socio menor más débil en la extrema izquierda Sumar que en su predecesor Unidos Podemos, dependerá de los votos separatistas para sacar adelante la legislación en el Parlamento.
En la anterior legislatura aprobó más de 200 leyes sin perder un solo voto. A partir de ahora, la tarea será más difícil. Dos de los partidos independentistas que apoyaron la elección de Sánchez, el PNV vasco y Junts catalanes, son proempresariales y tradicionalmente de centro-derecha, lo que les enfrenta a otros aliados de extrema izquierda.
Sánchez y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, líder de Sumar, han acordado impulsar una serie de políticas sociales y favorables a los trabajadores, como la reducción de la jornada laboral semanal, el aumento del salario mínimo y la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad.
Sin embargo, cualquier ley requerirá un amplio apoyo en el Parlamento, ya que la coalición está muy lejos de la mayoría. Sánchez fue reelegido con los votos de ocho partidos diferentes.
En su discurso de apertura del debate previo a la votación, Sánchez no entró en detalles sobre sus planes económicos, pero prometió subir los impuestos a los ricos, reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales y seguir vinculando las pensiones a la inflación. Se espera que reduzca el número de ministerios de los 22 actuales y que reorganice a los ministros.
La oposición, liderada por el conservador Alberto Núñez Feijoo, aprovechó el debate de investidura para exponer su estrategia, centrada en presentarse como defensora del Estado de Derecho y la democracia.
El Partido Popular de Feijoo, de centro-derecha, es el grupo más numeroso en la Cámara Baja y controla el Senado. También gobierna la mayoría de las regiones y grandes ciudades, en solitario o en alianza con el partido de extrema derecha Vox.
En el centro de la estrategia del PP está la lucha contra la legitimidad del acuerdo de amnistía catalán de Sánchez. Los políticos de derechas dicen que es inconstitucional, algo que Sánchez y sus partidarios niegan.
El 12 de noviembre, el PP organizó manifestaciones en toda España para protestar contra la amnistía, con decenas de miles de personas reunidas en el centro de Madrid. Cientos de manifestantes, en su mayoría activistas de extrema derecha, también se han reunido cada noche durante más de una semana para manifestarse frente a la sede del partido socialista en Madrid.
El primer mandato de Sánchez comenzó a mediados de 2018, cuando lideró la primera moción de censura exitosa de España y destituyó a Mariano Rajoy, del PP. Tras dos elecciones inconclusas en 2019, en enero de 2020 formó un gobierno de coalición con el partido de extrema izquierda Podemos, la primera coalición en España desde antes de la Guerra Civil en la década de 1930. Podemos se ha convertido ahora en un partido marginal con cinco escaños y forma parte del grupo más amplio Sumar.
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