Elecciones en Honduras: por qué aún no hay ganador oficial y qué significa para el futuro

Honduras se enfrenta a una transición política tras las elecciones del 30 de noviembre, de las que aún no hay un resultado definitivo.

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Juntas Receptoras de Votos en Tegucigalpa, el 30 de noviembre de 2025.
19 de diciembre, 2025 | 06:56 AM

Bloomberg Línea — Tras las elecciones generales del 30 de noviembre, Honduras enfrenta un proceso inédito, marcado por demoras en el conteo de votos y acusaciones cruzadas de fraude.

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Según el escrutinio preliminar del Consejo Nacional Electoral (CNE) en base al 99,80% de las actas escrutadas, el candidato conservador Nasry Asfura, del Partido Nacional y respaldado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aventaja levemente a Salvador Nasralla (39,20%), del Partido Liberal, mientras que la candidata del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, se ubica de tercera con 19,29% de los votos.

A casi tres semanas de las elecciones, una combinación de factores técnicos y políticos, como dificultades logísticas en el procesamiento de actas, han retrasado el conteo oficial. A esto se suman las tensiones, con señalamientos por parte de varios actores.

En los últimos días la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, había denunciado lo que describió como un “golpe electoral”, señalando la “adulteración” de los resultados y una supuesta “injerencia” de Trump en el proceso electoral.

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Sin embargo, el jueves 18 de diciembre, mismo día en que comenzó el escrutinio especial del nivel electivo presidencial, que podría resultar decisivo, Castro suavizó su discurso al asegurar que reconocerá al ganador de las elecciones y facilitará una “transición pacífica” una vez que el órgano electoral emita la declaratoria oficial, cuyo plazo vence el 30 de diciembre.

La derrota del oficialismo

Aún cuando no hay un resultado oficial, el tercer lugar del partido oficialista Libre en los conteos preliminares supone el fin de la izquierda hondureña que llegó al poder en 2021.

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El escenario abre paso a un giro a la derecha, ya sea con el Partido Nacional o con el Partido Liberal, fuerzas que se alternaron el Poder Ejecutivo del país durante más de dos siglos hasta antes del triunfo de Xiomara Castro.

Militantes de Libre, tras ser convocados en las afueras de Casa Presidencial, el 17 de diciembre de 2025, tras ser convocado por Castro.

Para Yonny Rodríguez, periodista cultural hondureño, Libre comenzó a erosionar en junio de 2024, cuando al menos 16 de sus diputados del Congreso Nacional se desvincularon de la línea oficial. “Ahí es cuando el Partido empezó a perder la elección”.

Otra sacudida, según el analista, se dio cuando Insight Crime publicó en septiembre de 2024 un video de una reunión entre narcotraficantes y Carlos Zelaya, cuñado de Castro, ofreciéndole US$650.000 para una campaña política de Libre.

Unos días antes, la mandataria había ordenado denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos, tras las críticas de la embajada estadounidense sobre la visita de funcionarios hondureños a Venezuela. Aunque Castro retrocedió en su decisión y su gobierno acordó mantener el tratado hasta 2026, la medida dejó una marca.

Le siguió el “sabotaje a las elecciones primarias” de marzo pasado, por el malestar de los votantes debido a las irregularidades en la distribución del material electoral, a lo que se sumó un escándalo por presunto uso indebido de fondos estatales en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), “todo eso le pasó factura”, dijo Rodríguez.

La presencia de Trump

Para el profesor e historiador costarricense Mario Salazar Montes, “sin lugar a dudas, esta campaña electoral quedará marcada por la irrupción del presidente de Estados Unidos en las elecciones hondureñas”, que respaldó a Asfura cuatro días antes de los comicios.

Nasry Asfura habla con medios de comunicación, durante las elecciones del 30 de noviembre de 2025.

Si bien lo hizo en las elecciones argentinas de octubre y en las presidenciales de Chile con José Antonio Kast, “este hecho podría augurar que se repita en los procesos electorales siguientes en la región”, incluyendo en Costa Rica, Perú y Colombia.

Trump también anunció que emitiría un “indulto total y completo” al expresidente Juan Orlando Hernández, quien cumplía una condena de 45 años por delitos de tráfico de drogas. Al día siguiente de las elecciones, el 1 de diciembre, el mandatario estadounidense le concedió formalmente el perdón y Hernández fue liberado ese mismo día.

Para Salazar Montes, el indultó “deja con muy poca legitimidad la guerra contra el narcotráfico”. En suma, el involucramiento directo del gobierno de Estados Unidos en las elecciones, “tampoco es favorable para la soberanía de los pequeños países centroamericanos”.

Lecciones para Centroamérica

El caso de Honduras tiene lecciones importantes para la región centroamericana. Según el politólogo guatemalteco Renzo Rosal, un resultado tan ajustado como el que se está presenciando en Honduras, en un contexto de alta polarización política, “indudablemente pone en jaque a la institucionalidad electoral” y corre el riesgo de dividir aún más a una sociedad hondureña que ya está profundamente politizada.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, el 17 de diciembre de 2025.

Además, aunque se podría pensar que el principal riesgo de autoritarismo viene de la continuidad de Libre, Rosal advierte que “no está para nada garantizado que liberales o nacionalistas no puedan ser también portadores de la continuidad de esa bandera autocrática”.

Según él, Honduras y Guatemala han quedado en una posición intermedia, con “matices democráticos y matices autoritarios”, contrario a Nicaragua y El Salvador que ya “están sometidos”, pero el resultado de este tipo de elecciones podría empujar al país hacia un modelo más autocrático, independientemente de qué partido gane.

Rosal también señaló que “el avance de las estructuras criminales” en Honduras es otro factor crucial, ya que estos grupos podrían aprovechar el “choque de trenes” entre fuerzas políticas para consolidar su poder y aumentar su control territorial y social en el país.

Relevancia internacional

Según Hermann Tertsch, periodista y miembro del Parlamento Europeo por VOX, las elecciones hondureño son vistas con atención desde afuera debido a la posible manipulación del proceso electoral por parte de actores que no están dispuestos a aceptar un resultado adverso.

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En su opinión, “hay una serie de fuerzas, como la de Castro y Zelaya, que pretenden dar un golpe y quedarse después de unas elecciones perdidas”, lo que se asemeja a los intentos de Nicolás Maduro en Venezuela, tras los comicios de julio de 2024.

Equipos de la Misión Electoral de la OEA en Honduras observan los procesos de escrutinio, el 9 de diciembre de 2025.

Esta comparación subraya la preocupación de que el mismo tipo de maniobras que han socavado la democracia en Venezuela, puedan repetirse en Honduras.

Además, Tertsch señala que la comunidad internacional está particularmente atenta debido a la ubicación geopolítica de Honduras, un punto clave en la lucha contra el narcotráfico en América Central. “Honduras es importantísimo porque es una de las escalas en la guerra contra el narco que tiene declarada la administración norteamericana”.

De hecho, los Estados Unidos han dejado claro que no tolerarán intentos de desestabilizar el proceso electoral en el país. Esto agrega un nivel de presión, pues cualquier intento de fraude o manipulación podría poner al país en conflicto con actores internacionales.

Tertsch también recalca que “si Honduras está bien, es muy bueno para la región; si Honduras está mal, es catastrófico para la región”. De esta forma, también las grandes potencias, como EE.UU. y la Unión Europea, tienen un interés directo en la evolución política del país.

Mientras Honduras enfrenta su recuento de votos más caótico en años, según Tertsch, “los hondureños han demostrado, no solo madurez, serenidad y una gallardía democrática perfecta, incluso no se han dejado llevar por las provocaciones de los colectivos, ni las amenazas, no han caído en trampas de enfrentamientos ni de violencia. La población hondureña está respetando las reglas. Los que no están respetando las reglas están en el poder”.

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