Bloomberg — El petróleo se siguió negociando dentro de un rango estrecho esta semana, a medida que los operadores sopesan la situación de la economía global y las disrupciones en el suministro desde Rusia, así como una mayor demanda de China.
La debilidad de los mercados más amplios también ha alimentado el sentimiento bajista del petróleo. El consumo se ve amenazado por una Reserva Federal de EE.UU. hawkish (partidario de política monetaria restrictiva), el riesgo de una recesión en Europa debido a una grave crisis energética y el hecho de que China siga adelante con su política de “Cero Covid-19″. Los futuros del West Texas Intermediate (WTI) cotizan cerca de los US$86 por barril, fluctuando en un rango de menos de US$10 este mes.
Esta semana, los precios del diésel, a menudo correlacionados con las perspectivas de crecimiento mundial, se han desplomado. El viernes, los datos chinos ofrecieron un panorama desigual en el mayor importador de petróleo del mundo. Aunque algunos indicadores generales mostraron signos de recuperación en agosto, la industria de refinado del país siguió bajo presión. Igualmente durante este tiempo, los operadores han estado buscando señales de mayores cuotas de exportación de productos petrolíferos chinos.
“Sigue preocupando el agresivo endurecimiento monetario en Europa y Estados Unidos” afirmó el analista de materias primas de UBS Group AG (UBS), Giovanni Staunovo. Éstas se ven “compensadas por la esperanza de que la economía china mejore y por una mayor demanda de crudo por parte de las refinerías chinas si se aumentan las cuotas de exportación de productos”.
Con los precios en retroceso, varios bancos han advertido sobre las perspectivas. Standard Chartered Plc (STAN) dijo que el mercado mundial del petróleo ha pasado a tener un “gran superávit” este trimestre, mientras que Morgan Stanley (MS) y UBS Group AG recortaron sus previsiones a corto plazo en medio de temores de recesión.
El indicador del dólar de Bloomberg cotizó cerca de un récord esta semana por las perspectivas de una política monetaria más restrictiva. La subida del billete verde (que ha contribuido a que el yuan alcance su nivel más bajo desde 2020) encarece las materias primas para los compradores de fuera de Estados Unidos.
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