Bloomberg — El líder de la oposición en España, Alberto Núñez Feijóo, tiene un mes para formar una coalición de gobierno, una tarea que ya ha dicho será difícil al no tener una cantidad de apoyos suficientes de los legisladores del Parlamento.
Feijóo, líder del Partido Popular y quien obtuvo más votos en las elecciones del mes pasado, fue invitado a formar gobierno el martes por el rey Felipe VI. Una vez terminado el período los legisladores votarán la investidura de Feijóo el 27 de septiembre, según indicó la presidenta del Parlamento Francina Armengol.
Si bien el rey está siguiendo el proceso electoral, es poco probable que Feijóo logre este cometido. Tampoco está claro si lo logrará el primer ministro actual, Pedro Sánchez. Ello generaría un impasse, algo que el país quiere evitar considerando que ya vivió una situación de este estilo en 2019.
El Partido Popular de Feijóo tiene 137 escaños en el Parlamento español, más que ningún otro partido, pero por debajo de los 176 necesarios para la mayoría. Podría alcanzar los 172 con legisladores de otros tres grupos. Pero todos los demás partidos se oponen firmemente a ser vinculados al principal aliado del Partido Popular, un grupo de extrema derecha.
Si Feijoo no consigue ganar la primera votación con mayoría absoluta el mes que viene, se celebrará una segunda 48 horas después en la que el ganador necesitará mayoría simple, que excluye las abstenciones. Si vuelve a fracasar, el Parlamento dispone de dos meses para formar gobierno, lo que da una oportunidad a Sánchez antes de que se convoquen nuevas elecciones. Éstas no tendrían lugar hasta el año que viene.
La invitación a Feijóo expone el dilema de Felipe. En los nueve años transcurridos desde que se convirtió en rey, Felipe se ha enfrentado a un periodo político tumultuoso.
El bipartidismo español se desmoronó con la aparición de partidos advenedizos de izquierda y derecha, se produjo la primera moción de censura que prosperó y el único gobierno de coalición desde el retorno de la democracia en los años setenta. También se enfrentó a una importante crisis constitucional cuando el gobierno catalán intentó declarar la independencia en 2017.
A última hora del martes, la Casa Real emitió un comunicado en el que aseguraba que durante las conversaciones que el rey mantuvo el martes con los líderes políticos “no surgió ninguna evidencia de la existencia de una mayoría”, por lo que Felipe decidió mantener la tradición de invitar al candidato más votado a intentar convertirse en premier.
Salvavidas para los socialistas
Sánchez aún tiene una oportunidad si el líder conservador pierde. Sus socialistas tienen 121 escaños y pueden contar con 31 adicionales de Sumar, el socio de coalición de izquierdas que sustituyó a su anterior aliado de coalición menor, y es probable que obtenga el respaldo de unos 19 legisladores más de varios otros partidos. Sin embargo, aún le faltaría para alcanzar la mayoría en la cámara de 350 escaños.
Sánchez se anotó una importante victoria a principios de este mes cuando consiguió que se nombrara a la socialista Armengol tras un acuerdo de última hora para obtener el apoyo de un grupo separatista catalán.
Ahora, esos mismos separatistas exigen una amplia amnistía para cientos de activistas que se enfrentan a acciones judiciales por su implicación en la fallida proclamación de independencia de 2017. Entre ellos se encuentra Carles Puigdemont, que como presidente regional en aquel momento intentó separar Cataluña de España, pero acabó huyendo del país para evitar la cárcel.
El miércoles, Esteban González Pons, legislador y uno de los máximos responsables del PP, dijo en una entrevista con la radio Onda Cero que el partido tenderá la mano a la mayoría de los grupos -incluidos los separatistas de Puigdemont- para ver si consiguen el apoyo suficiente para que Feijoo sea elegido.
La elección del portavoz también arrojó luz sobre la fragilidad del bloque de derechas. El Partido Popular y el grupo nacionalista Vox habían indicado que votarían juntos como parte de una alianza más amplia que les ha llevado a hacerse con varios gobiernos regionales y cientos de municipios. Pero cuando llegó el momento de votar a un portavoz, Vox optó por votar a su propio candidato.
En 2016, el entonces presidente del Gobierno provisional conservador, Mariano Rajoy, rechazó una invitación del rey para solicitar una investidura al no contar con apoyos suficientes para asegurarse una victoria en el Parlamento, y prefirió la posibilidad de unas segundas elecciones. Posteriormente mantuvo el cargo de primer ministro cuando los socialistas rivales se abstuvieron. Luego, en 2018, Rajoy perdió el cargo cuando Sánchez encabezó una moción de censura contra él.
Lea más en Bloomberg.com
