Cientos de campañas de sensibilización sobre el cáncer de mama han llenado las calles, edificios, escuelas, centros de salud y más este mes de octubre. Como cada año, tienen la intención de que la población se eduque en esta enfermedad, pueda prevenirla y detectarla a tiempo. Si bien cada vez son más este tipo de movilizaciones que captan el interés de las personas, hay aún un amplio y largo camino más por fortalecer y construir. Se estima que para el 2040, el número de nuevos casos incremente a 314,356 (un 49% más con relación a los 210,100 casos que se registraron en el 2020).
Con este panorama, es importante actuar ya. Los sistemas de salud, Gobierno, instituciones público-privadas, asociaciones de pacientes y la industria farmacéutica tenemos el desafío de abordar sistémica y en conjunto esta enfermedad. Si abordamos el cáncer de mama de manera integral, estamos más cerca a obtener beneficios positivos y contribuir a la sostenibilidad socioeconómica de nuestros países.
Sabemos que abordar esta enfermedad no es sencillo, es por ello que es fundamental implementar una estrategia sostenible que sea impulsada desde la educación, la sensibilización, la prevención y el diagnóstico temprano como prioridades; incluyendo estrategias que garanticen el acceso a la atención médica, fortaleciendo el sistema de salud y la organización de la prestación de atención oncológica de calidad, la inversión en recursos e innovación en salud.
¿Cuáles son las estrategias sostenibles que deben aplicarse en la lucha contra el cáncer de mama en América Latina?
Más allá de la sensibilización
Sabemos que la educación y la sensibilización son piedras angulares en la lucha contra el cáncer de mama. Pero el hecho es que, en muchos países de América Latina, la mayoría de los casos se han diagnosticado después de la aparición de los síntomas. Se deben implementar iniciativas para aumentar la concienciación enfocándose en que las mujeres busquen atención médica a tiempo y no cuando los síntomas hayan alcanzado una fase crítica.
Asimismo, los sistemas de atención médica deben garantizar que todas las mujeres tengan la posibilidad de acceder a servicios de calidad sin importar su condición. Para lograrlo, es esencial contar con planes nacionales específicos para el control del cáncer de mama que organicen la gobernanza, la financiación y la asistencia sanitaria. El aporte debe ser multisectorial: una hoja de ruta trazada con el aporte de los gobiernos, las instituciones privadas, sistemas de salud, organizaciones de pacientes, la academia y la población. Todas, con el objetivo de abordar de manera más eficiente y coordinada el cáncer de mama y otras enfermedades oncológicas.
Con el fin de promover estrategias sostenibles para abordar el cáncer de mama, asistí al World Cancer Leaders’ Summit, en donde coincidí con Maira Caleffi, presidente de FEMAMA (Federação Brasileira de Instituições Filantrópicas de Apoio à Saúde da Mama) en Brasil. Ella señaló que es importante que toda la sociedad se involucre en la lucha contra el cáncer. No es solo un problema de la persona que tiene cáncer sino de toda la comunidad.
La mesa donde se tomen decisiones debe estar conformada por los actores que trabajan por y para mejorar los resultados de esta enfermedad. Con una visión en conjunto y desde diferentes aristas, desde pacientes, médicos, investigadores, empresas, durante los procesos de solución, las medidas serán más acertadas.
Tomamos acción
La última emergencia sanitaria global ocurrida por la pandemia del COVID 19, demostró que trabajando desde diferentes frentes (industria, gobierno, academia, áreas de la salud e innovación), se pueden conseguir resultados positivos para la población.
El cáncer de mama es el más común en América Latina, el número de casos sigue en aumento y, lo más apremiante es que no existe un registro centralizado de datos históricos que permita la toma de decisiones. Por ese motivo, vemos prioritario unirnos a la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama de la Organización Mundial de la Salud y apoyar a la generación de data que permita la creación de políticas en salud basadas en datos y ciencia.
Desde la industria, una de las formas cómo podemos contribuir a estos esfuerzos es apoyando la generación de data centralizada sobre el impacto de la enfermedad en los pacientes. Un ejemplo es la alianza estratégica que hemos establecido entre Novartis, Roche y AstraZeneca en Argentina. Hemos encontrado una oportunidad para colaborar desde el sector privado en el diseño de políticas de salud, a través de la generación de datos y registros, el diseño de programas de prevención y concientización y el impulso de actividades científicas.
Invertir en salud es invertir en el futuro
Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y Paraguay han experimentado aumentos significativos en la mortalidad por cáncer de mama en mujeres menores y mayores de 50 años entre 1997 y 2017, según la revista Médica BMX.
¿Qué significa que la edad media de diagnóstico y muerte por cáncer de mama en la región es 10 años inferior a la de los países desarrollados? Una pérdida de productividad a nivel país debido a una edad más temprana en el momento de la muerte y una mayor morbilidad.
Continuando con la comparación, según un reciente informe de IQVIA, el acceso a medicamentos innovadores en América Latina está actualmente por debajo de la media de los países del G20, con Brasil a la cabeza de la Región con el 37% de los nuevos medicamentos lanzados en el país (2012-2021).
En el World Cancer Leaders’ Summit, Kenji López-Cuevas, presidente y fundador de Cancer Warriors de México, señaló que es importante pasar de conceptos clave como “costo o gasto” y poder hacer un cambio y comenzar a pensar en “inversión”. Considerar a la salud y presupuestos públicos como inversión.
Algunos países como Bolivia y Perú destinan alrededor del 5% de su PIB a la atención médica, mientras que otros, como Costa Rica,destinan hasta el 10-9%. Esta variabilidad en el financiamiento de la atención médica afecta directamente la calidad y la disponibilidad de servicios de atención oncológica.
Una estrategia sostenible puede ayudar a garantizar que las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama puedan acceder a tratamientos y apoyo que les permitan seguir siendo parte activa de la fuerza laboral.
La transición demográfica, el acceso a la atención médica, la generación de data actualizada, la organización de la atención oncológica y la financiación son factores cruciales que deben considerarse en esta estrategia. Por ello es esencial aportar desde todos los sectores, creando alianzas público- privadas, para poder generar una solución sistémica.
Necesitamos el compromiso de todos los actores, somos conscientes que no podemos hacerlo solos, en ese sentido reiteramos nuestra disposición de explorar alianzas estratégicas que nos ayuden a construir un legado sostenible en salud, con un enfoque integral que aborde estos desafíos se podrá mejorar la atención oncológica en la región y reducir la carga de esta enfermedad en las vidas de las pacientes, su entorno y quienes trabajan para hacerle frente en América Latina.

Pasquale Frega
Presidente de Novartis Innovative Medicines para América Latina y Canadá
Pasquale se incorporó a la Región de América Latina y Canadá (LACan) como Presidente en junio de 2022. Su aspiración para la Región es construir un legado sanitario sostenible basado en la colaboración y las asociaciones estratégicas con las partes interesadas del sector de la salud.