Bloomberg Línea — De acuerdo con el Sistema Electrónico de Negociación (SEN) del Banco de la República la deuda colombiana sufre más que la de los países de la región luego del anuncio del Gobierno de aumentar el salario mínimo en 23% para 2026.
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Los papeles de la parte larga de la curva son los que más se ven afectados. Los TES con vencimiento en 2051 y 2061 son los que más se desvalorizan, los primeros en 1,14% y los segundos en 0,97%.
Esta circunstancia contrasta con el comportamiento de la deuda de países similares como México, Brasil, Ecuador y Venezuela, en donde los papeles de deuda caen como máximo 0,28%.
La deuda colombiana a 2031 y 2033 pierde un 0,43% y 0,47%, respectivamente, mientras que los papeles a 2034 y 2037 pierden 0,60% cada uno. Finalmente, los TES a 2045 caen 0,87%.
La reacción de los mercados se da luego de que el presidente Petro decretara un aumento del 23% en el salario mínimo para el 2026. El primer mandatario anunció que pasará de COP$1.423.500 a COP$1.746.882. Al sumar el subsidio de transporte este quedará en COP$2.000.000.
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Además, este martes el ministro de Hacienda, Germán Ávila, anunció algunas de las medidas tributarias que se tomarán en Colombia para conseguir los recursos que el Congreso negó con el hundimiento de la Reforma Tributaria.
De acuerdo con Ávila, el impuesto al patrimonio que pagan las personas naturales iniciará desde los COP$2.000 millones, mientras que anteriormente la base era de COP$3.500 millones.
Igualmente, Ávila anunció aumentos en el IVA para los licores, que ahora será del 19%, superior al 5% que pagaban anteriormente. En esa misma línea, los vehículos que superan los COP$95 millones (US$30 mil) también verán incremento del IVA hasta el 19%.
El Gobierno aprovechó la declaratoria de emergencia económica para revivir impuestos que la Corte Constitucional había declarado inexequibles. Es el caso de la no deducibilidad de las regalías, las cuales aportarían un recaudo de alrededor de COP$3,5 billones.
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Igualmente, se aprovechará el estado de conmoción para implementar el cobro de IVA a los juegos de suerte y azar por internet, uno de los negados en la recientemente hundida reforma fiscal.
