Bloomberg — La jueza del Tribunal Supremo Amy Coney Barrett restó importancia a las agudas púas del presidente Donald Trump dirigidas a los jueces federales, diciendo a una multitud de Nueva York que los presidentes estadounidenses tienen una larga historia de críticas al poder judicial.
Barrett apareció en el escenario el jueves por la noche en el Lincoln Center, donde estaba promocionando su nuevo libro y pasó una hora respondiendo a las preguntas de Bari Weiss, periodista y podcaster. Barrett eludió respuestas controvertidas, incluso cuando Weiss la presionó sobre las duras críticas de Trump a los jueces que fallan en contra de sus políticas.
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La oleada de políticas de Trump que ponen a prueba los límites del poder presidencial ha sido recibida con un diluvio de demandas, muchas de las cuales han acabado en el sumario de urgencias del Tribunal Supremo. Los jueces federales que supervisan los desafíos a las órdenes ejecutivas de Trump en todo EE.UU. se han enfrentado a un aumento de las amenazas de muerte y otros tipos de acoso en los últimos meses.
“Los conflictos entre un presidente y el poder judicial no son nuevos”, dijo Barrett, citando a los expresidentes que se enfrentaron a los jueces, Andrew Jackson y Franklin Delano Roosevelt. “Este es un baile que ya hemos visto antes”.
Barrett, una designada por Trump en su quinto año en el Tribunal Supremo, tuvo cuidado de evitar avivar el conflicto ideológico mientras defendía el poder judicial en medio de la erosión de la confianza en la institución. Ella es un miembro clave del ala conservadora del tribunal.
“Me preocupa la falta de confianza institucional”, dijo Barrett. “Me gustaría que los estadounidenses confiaran en la institución del tribunal. No digo que el tribunal siempre acierte. Yo no diría que siempre acierta”.
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Pero los estadounidenses, dijo, “deberían confiar en que el tribunal intenta acertar. Creo que los estadounidenses deberían confiar en que el tribunal está haciendo todo lo posible por mantenerse al margen”.
Barrett inició una gira por varias ciudades para promocionar su libro de memorias, “Listening to the Law: Reflexiones sobre el Tribunal y la Constitución”. El acto, patrocinado por la Free Press, atrajo a unas 1.000 personas que ovacionaron calurosamente a Barrett en varias ocasiones.
Con la colaboración de Greg Stohr.
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