Bloomberg — Tailandia y Camboya acordaron un alto al fuego inmediato por segunda vez en seis meses después de que la última ronda de enfrentamientos fronterizos matara a decenas de soldados y civiles, al tiempo que desplazaba a más de medio millón de personas.
Los países vecinos firmaron este sábado un pacto para poner fin al uso de todo tipo de armas, así como a los ataques contra civiles e infraestructuras. Tailandia también devolverá a 18 soldados camboyanos después de que el alto al fuego se haya “mantenido plenamente” durante 72 horas.
“Ambas partes deben evitar los disparos no provocados o el avance o movimiento de tropas hacia las posiciones o tropas de la otra parte”, según la declaración. “Ambas partes acuerdan no emprender acciones provocadoras que puedan intensificar las tensiones”.
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El acuerdo incluye salvedades, y los militares tailandeses advierten de que sus fuerzas están preparadas para responder si Camboya incumple alguna de las condiciones.
El gobierno de EE.UU. acogió con satisfacción el acuerdo de alto al fuego, con el Secretario de Estado Marco Rubio emitiendo una declaración instando a los dos países a “cumplir inmediatamente este compromiso y aplicar plenamente los términos de los Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur.”
La desescalada se produjo después de que estallaran los combates el 7 de diciembre, a lo largo de su frontera de 800 kilómetros (500 millas). Cinco días de enfrentamientos en julio terminaron con un acuerdo inicial de alto el fuego mediado por Malasia y el presidente estadounidense Donald Trump.
Tras el recrudecimiento de diciembre, Trump y su administración presionaron para que los dos países volvieran al acuerdo, del que el presidente estadounidense se atribuyó el mérito de haber puesto fin a un anterior brote de enfrentamientos. En octubre, Trump supervisó la firma de un acuerdo de paz, calificándolo de “algo que mucha gente decía que no se podía hacer”.
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Posteriormente, Tailandia suspendió el acuerdo después de que varios soldados que patrullaban resultaran heridos por la explosión de minas terrestres este mes. El enfrentamiento - que se ha mantenido latente durante décadas - se intensificó rápidamente, con Tailandia desplegando aviones de combate para realizar ataques aéreos y Camboya disparando cohetes a través de la frontera.
Los combates de este año figuran entre los enfrentamientos más mortíferos entre ambos países. Tienen su origen en disputas de décadas sobre mapas y tratados de la época colonial que definen la escarpada frontera y que han estallado periódicamente en escaramuzas. La rivalidad histórica y el creciente sentimiento nacionalista han alimentado los recientes ataques militares a lo largo de la remota y escasamente poblada frontera.
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