Bloomberg — Conseguir capital de riesgo ha sido un juego de niños para Decagon AI Inc., una startup de dos años que desarrolla herramientas de inteligencia artificial para atención al cliente.
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Las cuatro rondas de financiación de Decagon, que suman más de US$230 millones, fueron preemitidas; es decir, firmas como Andreessen Horowitz ofrecieron invertir antes de que la compañía iniciara formalmente el proceso. Ahora, apenas tres meses después de una ronda que valoró a la empresa en US$1.500 millones, Decagon está recibiendo ofertas no solicitadas con valoraciones de hasta US$5.000 millones, según personas familiarizadas con el asunto.
Para Decagon y otras decenas de startups de IA destacadas, el guion de la recaudación de fondos se ha invertido: en lugar de presentar sus propuestas a los fondos de capital riesgo en Sand Hill Road, ahora son los inversores quienes las cortejan, ofreciéndoles regalos y favores con la esperanza de liderar sus próximas rondas.
Jesse Zhang, cofundador y director ejecutivo de 28 años, cuenta que algunos inversores han intentado ganarse su apoyo con entradas para partidos de los Golden State Warriors o con un cartel autografiado del legendario luchador de MMA Khabib Nurmagomedov. Uno incluso le entregó personalmente en las oficinas de San Francisco una obra de origami con el logo de Decagon y una hoja de términos escondida dentro. Decagon aceptó el trato.

“Los inversores están enviando hojas de términos por correo electrónico, hacen ofertas verbales, invitan a los fundadores a partidos, a correr Ferraris, o a volar en jets privados”, dijo Bennett Siegel, cofundador de la firma de inversión A* y uno de los primeros inversores en Decagon. “Lo que se ve es que las mejores compañías están siendo preemitidas en cada ronda y los tiempos entre rondas se acortan”.
Estas muestras de generosidad se enmarcan en un frenesí más amplio por la inteligencia artificial en Silicon Valley, impulsado por el crecimiento acelerado de los ingresos de las startups y la creencia de los inversores en que estas pueden destronar a los gigantes tecnológicos.
Según PitchBook, las startups estadounidenses han recaudado alrededor de US$200.000 millones en lo que va del año, pero el 41% de ese capital fue para solo 10 empresas, lo que evidencia el enfoque extremo en un pequeño grupo de líderes como OpenAI y Anthropic. En 2024, ese porcentaje era inferior al 25%.
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Algunas startups más pequeñas también se han convertido en favoritas del mercado. Entre las más destacadas están Harvey (legaltech), Sierra Technologies Inc. (servicio al cliente) y Cognition AI Inc. (código), todas ellas con grandes ofertas por parte de firmas de capital riesgo.
Anysphere Inc., creadora de la herramienta de programación con IA Cursor, es uno de los ejemplos más visibles del furor por financiar nuevas empresas. A principios del verano, pocas semanas después de recaudar fondos con una valoración de US$9.900 millones, ya estaba recibiendo ofertas que superaban los US$18.000 millones. Ahora, con ingresos anuales recurrentes que podrían alcanzar US$1.000 millones este año, un inversor aseguró que Anysphere podría levantar una ronda con una valoración de US$40.000 millones, si quisiera. Anysphere no respondió a una solicitud de comentarios.

Empresas como Anysphere viven un ciclo de financiación comprimido. Anthropic, por ejemplo, cerró recientemente una ronda por US$13.000 millones, más del doble de los US$5.000 millones inicialmente previstos, según Bloomberg.
Perplexity, la startup de búsqueda con IA, ha cerrado tres rondas consecutivas este año: US$14.000 millones en mayo, US$18.000 millones en julio y US$20.000 millones en agosto. Supabase Inc., plataforma de desarrollo open source, que había levantado US$2.000 millones en marzo, ahora negocia una nueva ronda liderada por Accel que la valora en unos US$5.000 millones, según una fuente.
Portavoces de Accel, Perplexity y Supabase declinaron hacer comentarios. Business Insider informó previamente sobre las negociaciones más recientes de Perplexity.
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“Totalmente sobrecalentado”
No es la primera vez que los inversores hacen gestos extravagantes. Durante el auge de la pandemia, con tasas de interés cercanas a cero, los términos generosos y los acuerdos acelerados también eran la norma. En 2021, las startups estadounidenses recaudaron un récord de US$300.000 millones. Muchas de esas empresas quedaron sobrevaloradas y mal preparadas para la posterior desaceleración.
“El mercado actual se siente como 2021”, dijo Ravi Viswanathan, fundador de NewView Capital. “Habrá muchos ganadores, pero también muchísimos perdedores”.
El auge de acuerdos preemitidos y valoraciones disparadas ha encendido las alarmas sobre una posible burbuja en IA. Las startups corren el riesgo de quedar fuera de futuras fusiones y adquisiciones o de verse obligadas a cumplir expectativas de crecimiento poco realistas si levantan capital a precios insostenibles.
“No se debería recaudar con valoraciones a las que luego no se puede llegar con resultados”, dijo Ashish Kakran, socio de Sierra Ventures.

Agregó que algunos fundadores se dejan llevar por las cifras de los titulares, olvidando que el capital de riesgo es un compromiso a largo plazo. “Una vez aceptás capital de riesgo, te subís a una cinta de correr”, explicó. “Le prometiste a los inversores y a tus empleados que con ese dinero ibas a cumplir ciertas metas. Cuando no las cumplís, es cuando vienen los problemas”.
Sandesh Patnam, socio director de Premji Invest, afirmó que los tiempos cada vez más cortos entre rondas recuerdan el ritmo frenético de financiación de finales de los años 90, justo antes del estallido de la burbuja puntocom. “La historia no se repite, pero ciertamente rima”, dijo. La diferencia ahora, señaló, es el tamaño del ecosistema de capital de riesgo: los fondos de miles de millones están bajo presión para invertir, y eso los hace más propensos a pagar primas.
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No todas las startups están aceptando el dinero. Brendan Foody, CEO de la startup de reclutamiento con IA Mercor, ha dicho a los inversores por correo que su enfoque está en hacer crecer el negocio, no en levantar capital. La empresa ha recibido ofertas no solicitadas con una valoración de US$10.000 millones, pero aún no ha aceptado ninguna. Su última ronda fue a una valoración de US$2.000 millones. Mercor declinó hacer comentarios.
Zhang, de Decagon, dijo que no está apurado por recaudar más fondos, a pesar del interés, y advirtió sobre los riesgos de aceptar demasiado capital con valoraciones infladas.
“La gente claramente no está valorando a las empresas con base en principios fundamentales”, dijo. “Si eres fundador, es muy fácil caer en la trampa de inflar tu valoración, pero nosotros queremos mantenerla razonable”.









