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Tal como ha ocurrido en recesiones anteriores, el consumo de carne ha caído a nivel global, incluso en Argentina, el país más carnívoro del mundo. Pero, esta vez, la diferencia está en el boom de la carne vegetal. Cada vez son más los consumidores que optan por renunciar a la carne animal debido a la preocupación por el medio ambiente, el bienestar animal y la salud. Y este cambio no se limita a las dietas de moda de California y a los hipsters del este de Londres. Cada vez es más frecuente en todo el mundo y en todos los grupos de ingresos. Según datos de Euromonitor International, las ventas de sucedáneos de la carne han crecido un 70% en la última década.
