Bogotá — ¡Aquí no ha pasado nada! Y, a decir verdad, no. La Junta Directiva ce Grupo Nutresa sesionó este viernes para definir qué viene para el futuro de la compañía luego de que el banquero caleño, Jaime Gilinski, diera los primeros pasos para una compra hostil de la compañía.
Los directivos de la compañía antioqueña aseguraron en una comunicación emitida este viernes que sus acciones fueron suspendidas de la BVC luego de que a la Superfinanciera llegara una Oferta Pública de Adquisición “respecto de la cual la administración no tenía conocimiento”.
Pero más allá de que a los dueños de Nutresa, Sura y Argos principalmente, no se les comentó que venía una oferta, lo cierto es también que, por ahora, nada cambiará.
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Ni una llamada…
Contrario a lo que pudiera llegar a pensarse con una transacción de las proporciones que sería esta, Jaime Gilinski, el interesado, no ha tenido contacto con su contraparte, el GEA.
La Junta Directiva de Nutresa sostuvo este viernes que “la información que tienen los miembros de la Junta Directiva de Grupo Nutresa S. A. y su equipo directivo, es la que se ha hecho pública hasta el momento”.
Es decir, apenas saben que Gilinski pretende controlar el 50,1% de Nutresa, como mínimo, pero que está dispuesto a pagar por el 62,6%.
También saben que pagará cada acción a US$7,71, es decir, unos US$1.777 millones si no lograra sino el mínimo, pero hasta US$2.221 millones si su oferta fuera un “home run”.
Incluso, la Junta reconoce que, si los dueños quisieran, podrían vender también dado que “los destinatarios de la oferta, en caso de ser autorizada por la Superintendencia Financiera, serían todos los accionistas de la compañía, de acuerdo con la mencionada información y la ley aplicable”.
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Pero por lo pronto el Grupo Nutresa continuará trabajando como lo viene haciendo. La junta definió que “a los miembros de la Junta Directiva de Grupo Nutresa S. A., su equipo directivo, a los administradores y a los colaboradores de todas las sociedades relacionadas, corresponde (i) dar cumplimiento a las obligaciones aplicables a los emisores de valores en este tipo de operaciones; y (ii) seguir orientando y operando la compañía y todas las sociedades relacionadas dentro del giro ordinario de sus negocios, con los mismos estándares de gestión y el mantenimiento del propósito de construir un mundo mejor donde el desarrollo sea para todos”.
La pelota está en la cancha de la Superintendencia Financiera. Su decisión será clave para saber qué viene para Nutresa, pero más importante aún, para el Sindicato Antioqueño, pues podría ser una primera jugada para cambiar la sede.
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