Chelsea FC
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¿Puede el dinero estadounidense que intenta comprar el Chelsea FC del sancionado oligarca ruso Roman Abramovich esperar de manera realista obtener un rendimiento financiero? No hay muchas manivelas que tirar para mejorar la rentabilidad del histórico club de fútbol, pero puede haber las suficientes.

Los equipos de fútbol europeos son inversiones arriesgadas. Los clubes ponen a prueba sus finanzas al pujar por los mejores jugadores, dada la correlación entre el gasto en plantillas y el éxito en el campo. A diferencia de los deportes de los Estados Unidos, una mala temporada puede conducir al descenso en la escala de la liga nacional y una fuerte reducción en los ingresos por transmisión. A más largo plazo, a los jefes les preocupa que los fanáticos perdidos por el entretenimiento digital vean fragmentos entre Tik Toks en lugar del juego completo de 90 minutos.

Parte de la presión está siendo aliviada por las reglas de “juego limpio financiero”, que parece que van a ser revisadas y se espera que las autoridades introduzcan nuevos límites en los salarios y las tarifas de transferencia. Pero es probable que a los clubes se les permita tener pérdidas subsidiadas por los propietarios hasta cierto punto. Queda por ver si esto se traduce en un freno significativo al gasto.

Chelsea FC Plc, la entidad propietaria del club, el estadio y las actividades relacionadas, viene con una marca y una vitrina de trofeos construidos en gran parte antes de que entraran en vigor las restricciones financieras. De ahí que haya acumulado deudas por $1.500 millones de libras (US$2.000 millones) durante 19 años con Abramovich, que ha dicho que no buscará el pago. El Chelsea obtuvo una ganancia neta en tres de sus últimos cinco años financieros, con un máximo de $62 millones de libras (US$81,5 millones) en 2017-2018. El desafío comercial es ganar más y de manera constante.

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Los ingresos fueron de $450 millones de libras (US$592,3 millones) en 2018-2019, el año fiscal anterior a la pandemia de Covid-19 y quizás una línea de base razonable. Esa temporada, el Chelsea ganó la menos lucrativa de las dos competiciones de la liga europea. Pero los costos anuales ascienden actualmente a aproximadamente $590 millones de libras (US$776,7 millones), ignorando artículos únicos e incluyendo tarifas de transferencia suavizadas según los términos del contrato de los jugadores. El comodín es la compra y venta de jugadores. El efectivo que cambia de manos depende de las condiciones del mercado, así como del desempeño individual del jugador, y puede determinar si se obtiene una ganancia general. El ingreso más bajo por transferencias en los últimos cinco años fue de solo $28 millones de libras (US$39,8 millones), el promedio es de $83 millones de libras (US$109,2 millones).

Venta de jugadoresdfd

Un club deportivo con un multimillonario que financia sus pérdidas no está bajo la misma presión que los equipos con propietarios orientados a las ganancias que persiguen hasta el último dólar de ingresos y priorizan la relación calidad-precio al comprar jugadores. Aplicar ese rigor al Chelsea comenzaría con la expansión de las actividades comerciales, incluidos el patrocinio y la comercialización, que generaron $180 millones de libras (US$237 millones) de los ingresos totales en 2018/2019.

Una opción sería licenciar la marca Chelsea para una gama más amplia de productos minoristas, como lo hace el Manchester United Plc con sus anteojos de sol “oficiales” y alianzas con un café. Otra sería monetizar más su contenido de video detrás de escena en plataformas digitales basadas en suscripción, lo que hace el Liverpool FC. Casi la mitad de los ingresos del Manchester United provinieron de actividades comerciales durante los últimos cinco años y alrededor de un tercio de la transmisión, según datos recopilados por el informe Football Money League de Deloitte.

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La reconstrucción del estadio Stamford Bridge del Chelsea aumentaría la capacidad de espectadores en más de un 40% a unos 60.000, lo mismo que la base Emirates del Arsenal Football Club Plc. Las ganancias de un día de partido, que promediaron alrededor de $70 millones de libras (US$92,1 millones) antes de la pandemia, podrían aumentar en una proporción mayor suponiendo que el nuevo edificio pueda albergar palcos de hospitalidad corporativa más lucrativos. Los ingresos por jornada del Arsenal fueron de $96 millones de libras (US$126,4 millones) en 2018/2019, según Deloitte. La inversión discutida de $1.000 millones de libras (US$1.317 millones) requerida en el terreno de Chelsea tendría que agregarse al cálculo del costo total de un nuevo propietario.

Otros ingresosdfd

Los fanáticos pueden decir que este enfoque no es fútbol. La cruda realidad es que cada bocadillo oficial y palco corporativo que se vende significa más dinero para pujar en las vitrinas de transferencia de jugadores.

Supongamos que el club podría generar $60 millones de libras (US$79 millones) adicionales en ingresos aumentando los ingresos comerciales en un 15% con respecto a su nivel previo a la pandemia y elevando las ventas de los días de partido en un 50%. Suponga también que las ganancias en las ventas de jugadores continúan promediando lo mismo. El club comenzaría a parecer que estaba viviendo dentro de sus posibilidades.

¿Qué hay de reducir el costo de la escuadra? Chelsea ha podido perseguir con éxito a estrellas individuales en parte mediante la venta de un puñado de jóvenes locales de su academia de entrenamiento. El costo salarial sigue siendo un problema. Los clubes rivales parecen mejores en la exploración de jugadores menos costosos, de bajo perfil pero más prometedores y en mejorar su rendimiento después de la compra.

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Costes del Chelseadfd

No es ciencia espacial: perseguir ingresos y gastar con más cuidado podría eventualmente permitirle al Chelsea mantener un equipo ganador de trofeos mientras paga dividendos a sus propietarios en lugar de necesitar un subsidio. Un comprador financieramente disciplinado debe creer que eso es posible, dado que, según los informes, la oferta para comprar el club superará los $2.500 millones de libras (US$3.291millones).

La pregunta más complicada es con qué frecuencia un nuevo propietario querrá ganar trofeos. Un Chelsea más comercial podría reducir el costo de su equipo y aceptar clasificarse para las copas europeas con menos frecuencia en lugar de apostar dinero cada año. Eso podría convertirlo en un activo más confiable para los inversores, pero en una experiencia menos emocionante para los fanáticos.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.

Este artículo fue traducido por Miriam Salazar