El edificio de la Reserva Federal Marriner S. Eccles en Washington, D.C., Estados Unidos, el domingo 22 de mayo de 2022.
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Bloomberg Opinión — El desfiladero por el que camina la Fed en su búsqueda de controlar la inflación de EE.UU. sin que aumente el desempleo y la economía entre en recesión está empezando a parecer ahora un poco más amplio.

La inflación se ha disparado hasta alcanzar la peor cifra en 40 años, principalmente debido a que la demanda de los consumidores está superando a la relativa escasez de bienes y servicios, mientras que el mercado laboral ha alcanzado una temperatura tal que hay dos ofertas de trabajo disponibles por cada persona desempleada, lo que se traduce en fuertes aumentos en materia de salario. El camino ideal hacia un crecimiento salarial más sostenible y, con suerte, una inflación más lenta, consiste en atraer más trabajadores para que vuelvan a la fuerza laboral, incluyendo a los trabajadores de más edad que se jubilaron anticipadamente durante la pandemia, al tiempo que se empuja a las empresas a ralentizar la contratación sin necesariamente despedir trabajadores.

Es un equilibrio difícil de lograr, y la política monetaria en forma subas de tasas es una herramienta contundente para un trabajo tan preciso. Sin embargo, así es como se está llevando a cabo, al menos este mes. Apenas un par de días después de informar de la mayor caída en las ofertas de empleo desde abril de 2020, el Departamento de Trabajo dijo el viernes que la tasa de desempleo se mantuvo estable en el 3,6% en mayo (fue el tercer mes consecutivo), mientras que la tasa de participación en la fuerza laboral aumentó, ayudada por las señales de que los trabajadores de 55 años o más están regresando a ella. En paralelo, los ingresos promedio por hora aumentaron un 0,3% respecto al mes anterior, igual que en abril y por debajo del 0,4% previsto por los economistas. Aunque ese ritmo puede ser todavía demasiado caliente para la Fed, está mostrando una tendencia a la baja y no está tan lejos de la media mensual anterior a la crisis del 0,2%, según datos recopilados por Bloomberg.

Probablemente sea poco realista pensar que el desempleo se mantendrá tan bajo a medida que la economía se enfría, pero tampoco tiene que dispararse. Pensemos en la presentación que el gobernador de la Fed, Christopher Waller, hizo el lunes sobre la relación entre las ofertas de empleo y la tasa de paro, conocida como curva de Beveridge. Ante un grupo de la Universidad Goethe de Fráncfort, Waller explicó cómo un descenso de la demanda agregada podría reducir las vacantes y empujar el desempleo “sólo un poco” hacia arriba a lo largo de su versión de la curva.

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La curva de Beveridge tiene, por supuesto, una pendiente descendente porque las vacantes rara vez caen sin que el desempleo aumente un poco. Sin embargo, en el modelo (que, según dice en las notas a pie de página de la presentación, no constituye una previsión), la tasa de vacantes de empleo podría volver a los niveles de enero de 2019 sin que el desempleo fuera mucho mayor al 4%. En otras palabras, es poco probable (al menos teóricamente) que Estados Unidos pueda mantener el desempleo tan bajo como en la actualidad, pero tampoco tiene por qué dispararse más.

Aquí una cita de Waller con los matices:

Ahora bien, es ciertamente posible, incluso probable, que las influencias sobre la tasa de desempleo que no son las vacantes cambien en el futuro. En términos de las ecuaciones que hemos estado discutiendo, los despidos podrían aumentar un poco, en lugar de permanecer constantes. La eficacia de la contratación también podría mejorar o deteriorarse. La tasa de vacantes también podría cambiar más o menos de lo que he supuesto. Por lo tanto, no sostengo que la tasa de desempleo acabe exactamente como sugiere la curva de Beveridge que he dibujado. Pero creo que es bastante plausible que termine en las proximidades de lo que predice actualmente.

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La tasa de interés de los fondos federales es una herramienta contundente que actúa para enfriar la demanda, pero tiene un retraso considerable, lo que deja a los responsables de formular políticas con poca precisión y mala visibilidad. Los responsables de formular políticas pueden proponerse recortar unos cuantos puestos de trabajo y terminar arrasando empresas enteras. Además, todo está perdido si el mundo sufre un nuevo choque inflacionario por la pandemia, la guerra de Ucrania u otro factor imprevisto. Pero Waller ha esbozado un marco teórico por el que el caluroso mercado laboral podría enfriarse sin que demasiados trabajadores salgan perjudicados, y los últimos datos ayudarán a mantener vivo el sueño.

Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.