Bloomberg — La encuestadora Futura Inteligencia señaló el miércoles que aún es demasiado pronto para pronosticar quién podría ganar la segunda vuelta electoral de Brasil, que se llevará a cabo el próximo 30 de octubre entre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el actual presidente, Jair Bolsonaro. Lo que sí aseguró la firma es que la carrera por la presidencia será muy reñida.
“La gente tiene mucho acceso a la información, y tienes dos figuras muy populares”, dijo José Orrico, fundador y socio de la encuestadora en una entrevista. “Si vas a votar por Lula, no es porque alguien te lo haya pedido”.
Según Orrico, bajo ese panorama es poco probable que los apoyos que han buscado los dos candidatos para la recta final de las elecciones les consigan muchos votos, pues los políticos tienen menos influencia sobre un electorado mejor informado.
Los encuestadores brasileños, que ya estaban siendo criticados por los políticos y los mercados financieros por sus resultados disonantes antes de la votación de la primera ronda, fueron objeto de nuevas críticas después de subestimar en gran medida a Bolsonaro. La mayoría de los principales sondeos daban al mandatario entre el 36% y el 38% de los votos válidos en la víspera de la elección del domingo, muy lejos del 43% que finalmente obtuvo.
Las encuestas de Futura estuvieron entre las que se acercaron más a la posición real de Bolsonaro. Su encuesta del 30 de septiembre, encargada por la correduría Modalmais, situaba al presidente con el 40,5% de los votos válidos -que excluyen los emitidos en blanco o anulados- y a Lula con el 43,6%. El expresidente acabó llevándose el 48% de los votos el domingo.
Al principio de la carrera, Futura mostraba a Bolsonaro por delante de Lula, un escenario que se invirtió a finales de septiembre, convergiendo con los resultados de otras encuestadoras. El movimiento se produjo a medida que los votantes que buscaban una elección que se decidiera en una sola vuelta migraban hacia el expresidente, dijo Orrico.
Las encuestas en persona, consideradas en gran medida el “estándar de oro” en Brasil, se enfrentan a problemas entre la desconfianza de los votantes y las dificultades para llegar a los segmentos más ricos de la población, añadió. Eso podría ser clave en la segunda vuelta, ya que la región del sudeste, la más rica del país, será fundamental para determinar el ganador de la contienda.
“El sudeste fue decisivo en la primera vuelta, y lo será también en la segunda”, dijo.
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