Los rebeldes del M23 que luchan en el este de la República Democrática del Congo aceptaron un acuerdo de alto el fuego, luego de que de que una cumbre de líderes africanos diera al grupo un ultimátum: o dejaban de luchar o se enfrentaban a un ataque.
La minicumbre celebrada por los seis países de la Comunidad de África Oriental (CAO) se reunió en Luanda (Angola) a finales de esta semana y exigió a los rebeldes que depusieran las armas antes de las 18.00 horas del viernes o se enfrentarían a un ataque de una fuerza militar regional. Según expertos del Congo y de las Naciones Unidas, este grupo rebelde cuenta con el apoyo de Ruanda.
El grupo rebelde comunicó este sábado que ofrece “su gratitud a los líderes regionales por sus interminables esfuerzos para encontrar una solución pacífica al conflicto en curso”.
El este del Congo ha estado envuelto en un conflicto desde la década de 1990, cuando la violencia de las secuelas de la guerra civil y el genocidio de Ruanda se extendió a través de la frontera. Las recientes tensiones entre los dos vecinos han aumentado el riesgo de que se reanuden los combates en la región, rica en oro, tantalio y otros recursos.
La CAO anunció en junio el envío de tropas al este del Congo, el primer despliegue militar de la alianza. El grupo dijo el sábado que las conversaciones de paz se reanudarían el lunes en Nairobi y que su objetivo era acelerar “los esfuerzos regionales en curso para lograr una paz y seguridad sostenibles” en el este de la República Democrática del Congo.
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