:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/A7JSUO5HKZGXHJCSD7GKP5NJNE.jpg "Imagen de la bandera de Irán")
Bloomberg — Autoridades iraníes ordenaron que un vuelo que se dirigía a Dubai aterrice en el país el lunes, prohibiendo luego que los familiares de un futbolista crítico con el gobierno dejen el país tras acusarlos de participar en protestas contra el gobierno.
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Le esposa y una hija de Ali Daei fueron removidos del vuelo de Mahan Air, informó este lunes la agencia estatal IRNA. El vuelo salió de Teherán.
La República Islámica está expandiendo la represión a las protestas contra el liderazgo religioso del país, las cuales comenzaron a mediados de septiembre tras la muerte bajo custodia de Mahsa Amini. Fue arrestada por la llamada “policía de la moral” de Irán por supuestamente romper los estrictos códigos de vestimenta del país.
Daei, que se retiró del fútbol en 2007, ha expresado públicamente su apoyo a las protestas. Es uno de los jugadores más célebres del país y se ha convertido en una figura cada vez más influyente en Irán.
IRNA declaró que Daei y su familia se dedicaban a “apoyar a grupos antirrevolucionarios y alborotadores, y a convocar huelgas”, y añadió que la esposa y la hija de Daei eran libres de regresar a Teherán. Por otra parte, la agencia de noticias semioficial Tasnim declaró que la esposa de Daei tenía prohibido salir del país, pero que había “anulado la prohibición” por canales ilegales y había conseguido embarcar en el vuelo.
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Las autoridades cerraron una joyería y un restaurante propiedad de Daei, luego de que publicara en las redes sociales que ambos establecimientos cerrarían en solidaridad durante tres días de protestas y huelgas a principios de diciembre, según los medios de comunicación estatales. Anteriormente, Daei había boicoteado la Copa del Mundo y se había quedado en casa para solidarizarse con los manifestantes.
Irán ahorcó este mes a dos hombres en relación con las protestas, las primeras ejecuciones conocidas en el país de entre los miles de detenidos en los disturbios. Grupos de derechos humanos afirman que más de 400 personas han muerto en la represión gubernamental de las protestas, mientras que decenas corren peligro de ser ejecutadas.
El 24 de diciembre, el Tribunal Supremo iraní confirmó la decisión de ejecutar a Mohammad Ghobadlou, de 22 años, acusado de atropellar y matar presuntamente a un agente de policía en la localidad de Parand, cerca de Teherán, informó Tasnim.
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