Elecciones Chile 2025: los votantes eligen presidente divididos, apáticos y polarizados

Chile elige nuevo presidente en medio de una fragmentación entre izquierda y derecha, mientras un sector de la población permanece indeciso y evalúa votar en blanco.

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Chile Spreads On Track To Hit A 15-Year Low As Elections Loom
Por María Fernanda Almeida
14 de diciembre, 2025 | 07:00 AM

Santiago de Chile — Casi 16 millones de electores definirán este domingo el futuro político de Chile en una jornada histórica, marcada por el regreso del voto obligatorio en una elección presidencial por primera vez desde 2012.

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A esta segunda vuelta electoral llegaron dos fuerzas ya tradicionales de la política chilena, pero que hacen parte de un fenómeno político global, marcado por una fuerte polarización, derivada de la desinformación, la mediación de las redes sociales y una resignación del electorado ante la percepción de que la democracia no puede resolver sus problemas.

Estas fuerzas están representadas por la candidata de la coalición de centro izquierda, Unidad por Chile, Jeannette Jara, de 51 años, y el candidato de ultraderecha, miembro del Partido Republicano, José Antonio Kast, de 59 años.

Este fenómeno se puede resumir en Florencia Retamal, de 39 años, abogada independiente, y es compartido por casi el 20% de sus compatriotas: ella está indecisa porque en la primera vuelta votó por Franco Parisi, un ingeniero comercial, economista y político chileno, que ha participado en varias elecciones presidenciales y que sorpresivamente salió tercero en las elecciones con el 19,4% de votos.

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“Me pareció un candidato más honesto, estaba enfocado en sus propuestas y no en atacar a los otros candidatos”, dijo Retamal a Bloomberg Línea. “Tampoco representa dos polos ideológicos y tenía más sintonía con la gente”.

Retamal llega al día de las elecciones sin saber si votará por Jara o por Kast, pues no se siente representada por ninguna tendencia política. “Creo que necesitamos mejores candidatos y figuras nuevas. En estas elecciones presidenciales he votado por primera vez y tengo mucha preocupación por el futuro del país. No me convence seguir con la misma política del presidente Boric o escoger a un gobierno que claramente está en contra de los derechos de las mujeres”, dijo.

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Ricardo Hernández, coordinador del Programa de Política y Sociedad del Instituto Res Pública, cree que estas elecciones son particulares, no solo porque el voto es obligatorio, lo que altera el panorama electoral tradicional, sino porque es una votación “bastante binaria con dos candidatos que tienen perspectivas muy distintas de sociedad”.

Jara presentó un programa más moderado, enfocado en la defensa de los derechos sociales, como respaldar una ley que consagra que la jornada semanal de trabajo sea de 40 horas, subir el salario mínimo vital a CLP$750.000 pesos chilenos (US$823), ahora es de CLP$529.000 (US$576), y garantizar la pensión jubilar.

Mientras Kast llega con un discurso más enfocado en combatir la inseguridad, recortar el presupuesto nacional en US$6.000 millones de los US$90.000 millones para 2026, que fue aprobado por el Congreso Nacional en noviembre pasado, y expulsar a los migrantes en estado irregular.

Hernández también explica que, en los últimos cinco años, Chile ha tenido varias elecciones entre presidenciales, locales, municipales y regionales, pero también procesos constituyentes que han impactado al electorado. “Esto provoca en la ciudadanía una sensación de que está votando casi dos veces por año y causa un cierto hastío o desgano”, dice. “De hecho, las encuestas marcan que un 18% o un 20% de personas no saben por quién votar o directamente optarán por el nulo o blanco”.

Ese último caso es el de Estefanía Ávila, de 35 años, licenciada en kinesiología, quien no descarta votar nulo: “Para mí es una opción porque no quiero votar por presiones sociales ni tampoco por elegir ‘al mal menor’”.

Ávila no comparte algunas ideas de Kast respecto a los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales, pero tampoco le convence Jara pues, aunque reconoce que es más elocuente con sus ideas, le preocupa que pertenezca al partido Comunista.

“El candidato no va a gobernar solo, obviamente hay un partido por detrás y una influencia, y yo no comulgo con eso”, dijo Ávila, quien dice que sufragará con nerviosismo y sin esperanza de un mejor futuro para Chile. “Ahora que el voto es obligatorio, los partidos no solo se deberían preocupar de gobernar para las personas que los apoyan, sino que puedan considerar la opinión de otros sectores para crear política”.

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Las emociones que embargan la jornada electoral

La sexta entrega de la serie “Clima Social” de la encuesta ICSO-UDP 2025, publicada a inicios de noviembre, intentó comprender qué sienten las personas frente al proceso democrático y qué esperan del próximo gobierno. Según el estudio, existe un panorama de tensión emocional: un 44% de los encuestados afirma sentirse preocupado y un 43% esperanzado. Las mujeres por sobre los hombres manifiestan una mayor preocupación (50%).

El estudio también consultó a las personas qué expectativas tienen para los próximos cuatro años con el nuevo gobierno. Solo un 20% cree que el país mejorará mucho, un 41% que mejorará un poco y el 30% afirma que seguirá igual.

Para Claudio Fuentes, director del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, en el electorado existe resignación en cuanto a que el sistema político no va a resolver todos los problemas.

“Esto le pasó al Frente Amplio (partido político del actual presidente Gabriel Boric), que era una fuerza novedosa que emergió y la gente depositó confianza en ella, luego vino una crisis de expectativas sobre su gobierno”, dijo Fuentes a Bloomberg Línea. “Pasó también con Piñera y con Bachelet, aunque en menor grado. Entonces hay una frustración de que los actores políticos no logran resolver los problemas de la gente”.

Esto podría explicar por qué Parisi, candidato del Partido de la Gente, logró obtener el tercer lugar en la primera vuelta y captar casi el 20% de votos de los chilenos indecisos, que no se inclinan ni por la izquierda ni por la derecha.

“Parisi es una persona anti política que apelaba a medidas concretas, al pragmatismo de ofrecer soluciones inmediatas a los problemas y, por lo tanto, logró captar a un votante de sectores medios bajos, hombres de la zona norte que están muy preocupados del tema de inseguridad y del desempleo”, dice Fuentes.

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El peso de las redes sociales y la polarización

En las últimas semanas, la conversación en redes sociales ha mostrado una clara polarización de preferencias del electorado. Aquellos que votarán por Jara afirman hacerlo porque rechazan al fascismo y la ultraderecha. Quienes votarán por Kast aseguran que nunca entregarán un voto a una comunista, uno de los partidos que se adhiere a la coalición de Jara.

Para Fuentes, estas posiciones políticas se han caricaturizado porque tanto Jara como Kast representan a varias coaliciones no a un solo partido. Sin embargo, insiste en que esa caricaturización polariza aún más al electorado y tiene relación con el poco interés de la población por informarse.

“Yo creo que esta es una de las campañas más desinformadas y con menos debate sustantivo que ha vivido Chile desde el retorno a la democracia”, dice Fuentes. “Es un debate muy cruzado por la mediatización y las redes sociales, por lo tanto, son mensajes muy breves, muy cortos. El voto obligatorio no ha impactado en que la gente se interese por informarse”.

Pero Hernández, de Res Pública, señala que hay un electorado “casado políticamente” con la historia de Chile respecto a la dictadura y otro con respecto al gobierno militar, pero añade que hay un nuevo puñado de personas obligadas a votar, que oscila entre los cinco y seis millones, y que no tiene complejidad en elegir entre los polos de izquierda o de derecha o se convierten en ciudadanos péndulo que cambian de percepciones con facilidad.

Jeannette Jara, left, and José Antonio Kast during election day in Chile, on Nov. 16, 2025.

“A este votante chileno no le complica que sean posiciones opuestas en los extremos del arco político, incluso pueden cambiar de opinión de una posición de izquierda a una posición de derecha, porque es un votante péndulo que toma las propuestas que más le llamen la atención en ese momento”, dice Hernández.

Según Hernández, hace cinco años la preocupación principal de la ciudadanía era reforzar los derechos sociales, luchar por las causas ambientales, entre otros temas, pero después, la inseguridad fue ganando terreno hasta convertirse en la principal demanda de los chilenos hoy en día.

De acuerdo con la encuesta Plaza Pública de Cadem, divulgada el primer trimestre de 2025 y que es un sondeo mensual que mide la opinión pública chilena, el 84% de los encuestados creen que Chile está peor que hace dos años en materia de crimen organizado, al igual que con la delincuencia (82%).

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El electorado extranjero

Además, este domingo, casi novecientos mil migrantes inscritos en el padrón electoral votarán en Chile. Así confirmó a Bloomberg Línea Iván Riascos, presidente de la Fundación Red Migrantes y representante de los migrantes en el Consejo de la Sociedad Civil (COSOC) en la Región Metropolitana.

Los cinco primeros países con la mayoría de votantes son: Venezuela, Perú, Colombia, Haití y Bolivia, que representan el 80% del padrón electoral.

Riascos asegura que desde la Red están impulsando un voto migrante informado, pero hay mucha preocupación por el futuro del país, el empleo y la seguridad. “Nosotros representamos a migrantes tanto de izquierda como de derecha, pero en general la comunidad está con mucha incertidumbre por todo este concepto de xenofobia. Se habla del migrante irregular en la frontera, pero no del migrante que vive, trabaja, aporta y también vota”, dice Riascos.

Escrutinio en las elecciones del 16 de noviembre de 2025.

El presidente de Red Migrantes asegura que hay padres y madres que están en estado regular, pero sus hijos tienen problemas. “Muchos niños no han podido sacar su carnet de identificación. Por ejemplo, en Venezuela los niños tienen carnet desde los 9 años, mientras que aquí en Chile tú no haces nada sin el RUT”.

Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas, a finales de 2023, habían 336.984 migrantes en estado irregular, lo que representaba el 17,6% de la población extranjera total de ese año.

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