Bloomberg Línea — Bank of America (BAC) mantiene una visión bajista sobre el dólar estadounidense para 2026 y entre sus principales recomendaciones en el mercado de divisas resalta estrategias de inversión vinculadas a monedas latinoamericanas, particularmente el real brasileño.
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El banco considera que se están alineando factores que podrían detonar su depreciación en el próximo año. Durante la presentación de su perspectiva global para el mercado cambiario, analistas de la entidad financiera señalaron que la región latinoamericana continúa siendo un destino atractivo para inversores en busca de rendimiento. En especial, destacaron el interés sostenido por estrategias de carry trade, que aprovechan diferenciales de tasas de interés.
Adarsh Sinha, jefe de estrategia de divisas del G10 en Bank of America, afirmó que, incluso con la reciente estabilidad del dólar, las posiciones en monedas emergentes siguen activas. “Si uno quiere carry en emergentes, tiene que estar en algún lugar de América Latina”, señaló durante el encuentro con inversionistas.
Estar en largo significa comprar una moneda o activo con la expectativa de que suba de valor frente a otra divisa. El inversionista gana si esa moneda se aprecia. Estar en corto implica lo contrario: vender una moneda que no se posee, apostando a que su valor caerá. En este caso, el inversionista obtiene ganancias si la moneda se deprecia frente a la contraparte de la operación.

América Latina como destino de carry trade
Sinha explicó que, pese a tratarse de una operación extendida entre gestores, la estrategia de mantenerse largo en reales brasileños ha mostrado resultados sólidos. “Estar largo en Brasil ha sido una operación bastante popular. Tal vez está sobrecargada, pero en realidad la acción del precio ha sido bastante buena. Así que no es algo que nos preocupe”, dijo el estratega.
El equipo de Bank of America mantiene una visión constructiva sobre el real, con énfasis en una posición relativa frente al peso colombiano. “Nuestro equipo ha recomendado estar largo en Brasil frente al peso colombiano. Esa es la operación que han sugerido”, detalló Sinha.
En cuanto a los fundamentos que respaldan esta visión positiva sobre el real brasileño, el analista subrayó el contexto macroeconómico del país, más allá de los factores políticos. “Si uno deja eso de lado, obviamente hay inflación en Brasil, hay recortes de tasas que probablemente se darán, pero todavía hay mucho carry en Brasil. La historia macroeconómica fundamental es sólida”, aseguró.
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Para el banco, aunque algunos riesgos están asociados a las elecciones previstas el próximo año, estos no desvirtúan el atractivo de su moneda. Si bien Sinha evitó comentar en detalle sobre el proceso electoral, admitió que se trata del principal riesgo de evento en ese país.
Más allá del real, el banco también observa oportunidades en el mercado de tasas en la región. “Nuestra convicción es quizás un poco mayor en tasas que en FX, en el sentido de que vemos que múltiples bancos centrales están aplicando recortes. Así que estar en tasas largas en América Latina es otra visión firme que tiene nuestro equipo”, añadió.
Según las proyecciones de Bank of America para diciembre de 2026, el real brasileño pasaría de BRL$5,40 por dólar a niveles equivalentes a BRL$5,25. El peso mexicano subiría desde MXN$18,49 hasta MXN$19,25. El CLP avanzaría desde CLP$941 hacia CLP$870.

El peso colombiao, que hoy ronda COP$3.797, se movería hasta COP$4.000, mientas que el argentino pasaría de ARS$1.425 a ARS$1.700. El sol peruano, actualmente en S/3,38, terminaría cerca de S/3,40. Estas variaciones reflejan una mezcla de apreciaciones y depreciaciones relativas frente al dólar planteadas por el banco para 2026.
Expectativas de cambio en la política monetaria
A nivel global, Bank of America proyecta que la Reserva Federal reducirá tasas de forma más decisiva en la segunda mitad de 2026, en contraste con otras economías desarrolladas, lo que generaría una compresión en los diferenciales de tasas. Este entorno favorecería a divisas de mercados emergentes que aún ofrezcan rendimientos reales positivos.
Si bien en la primera parte de 2025 hubo entusiasmo con respecto a una posible corrección del dólar, el movimiento quedó contenido en un rango estrecho durante los últimos seis meses. Este estancamiento provocó pérdidas para algunos inversionistas posicionados en su contra. Aun así, la perspectiva bajista se mantiene.
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Sinha indicó que las posiciones especulativas se ajustaron a lo largo del año, reduciendo el sesgo negativo, pero sin desaparecerlo por completo. “La gente quiere estar corta en dólares de cara a 2026, pero están esperando el catalizador”, explicó.
En opinión del banco, ese catalizador podría estar vinculado con una combinación de convergencia de tasas entre Estados Unidos y otras economías, un posible estímulo fiscal en países desarrollados o una mejora en la percepción sobre regiones como Europa o China.
Para América Latina, el impacto más directo vendría de una menor presión por parte de la política monetaria estadounidense, que permitiría mantener diferenciales de tasas atractivos.









