Ecuador quiere reinventar su industria con 20 clústeres

QUITO — Como parte de su estrategia de competitividad, Ecuador apuesta por los clústeres sectoriales. Banano, arroz, plástico, textiles, café, finanzas, minería, cáñamo… son algunas de las industrias que ya han dado sus primeros pasos con el fin de potenciar la competitividad, la innovación y el emprendimiento.

El ministro de Producción, Comercio Exterior, Industrias y Pesca, Julio José Prado, presentó la iniciativa no como una idea sino como un plan en ejecución del que espera el país se beneficie ampliamente en los próximos años. “Bajo esta premisa, y desde hace ocho meses, el Ministerio de Producción está promoviendo la agenda de competitividad más ambiciosa del Ecuador. Hoy, son una realidad 20 iniciativas de clúster”, dijo ayer durante el lanzamiento del proyecto.

A decir de Prado, lo que hace falta en el país son “encadenamientos productivos para que crezcan más sectores” y eso se espera lograr con el desarrollo de los clústeres, que no son más que grupos interconectados de empresas, proveedores especializados, industrias relacionadas e instituciones de un determinado campo que compiten y colaboran al mismo tiempo.

Dentro del clúster participan las empresas, los clientes, las instituciones de gobierno, los proveedores y los centros de educación con el fin de resolver problemas conjuntos de las cadenas productivas, con enfoque de colaboración.

El objetivo es favorecer la productividad de los sectores, impulsar la innovación y el emprendimiento, generar empleo, agregar valor e incrementar la colaboración a lo largo de toda la cadena productiva. Prado aclaró, además, que esta no es una estrategia del gobierno, sino “una estrategia del sector privado con apoyo del sector público”.

CUATRO ETAPAS

La creación de los clústeres pasa por cuatro etapas: pre-incubación, lanzamiento, construcción y consolidación. Al momento, las iniciativas nacionales se enfocan en la etapa uno y dos. En la uno, se trabaja en la identificación de actores, se crean las bases y se hace un análisis de competitividad inicial; mientras que en la dos se identifica el futuro, se desarrolla una estrategia inicial, un plan de acción y una propuesta de gobernanza. “Tenemos clústeres solos que se están incubando y otros que han nacido. No se trata de inventar el agua tibia, sino de trabajar donde hay algo con innovación aplicada a la industria”, apuntó Prado frente a decenas de empresarios.

Asimismo, recordó que “la cooperación más especial es entre privados” y que “necesitamos generar ecosistemas privados que busquen la competitividad, permitir que el pastel sea más grande para que cuando nos dividamos ese pastel no nos repartamos migajas. Lo que tenemos que hacer es evolucionar, dar pequeños saltos con lo que ya tenemos y llevarlo al siguiente nivel”.

Esta estrategia se enmarca en el Decreto Ejecutivo 68 del 9 de junio del 2021, que declaró como política pública prioritaria la facilitación del comercio y de la producción, la simplificación de trámites y la agenda de competitividad.

20 ÁREAS A TRABAJAR

Estos son los 20 clústeres identificados y que al momento se consolidan en el Ecuador:

• Forestal
• Café y elaborados
• Textil y de moda
• Logístico
• Plásticos
• Tecnológico
• Chocolate
• Arroz
• Bebidas alcohólicas
• Oleaginosas y aceites
• Industrias creativas
• Industria láctea
• Atún
• Innovación en salud
• Super foods
• Financiero
• Bananero
• Minería responsable
• Cáñamo industrial
• Desarrollo inmobiliario

LOS MÁS DESARROLLADOS

Uno de los más avanzados es el financiero, que busca “ser una iniciativa articuladora y colaborativa, orientada a incrementar la competitividad del sistema financiero ecuatoriano, con especial atención en la inclusión financiera, la innovación y la atracción de inversiones, apoyados en el talento humano y el desarrollo tecnológico”, señala su web.

El clúster de servicios financieros cuenta con la participación de más de 60 instituciones públicas, privadas y academia y tiene como objetivos impulsar un ecosistema de pagos digitales orientado a la inclusión financiera en el Ecuador, consolidar al país como un polo de innovación financiera en la región y crear las condiciones para hacer atractivo al sistema financiero y al mercado de capitales ecuatoriano a nivel internacional.

Diego Utreras, coordinador del clúster, explicó que al momento “82 grandes organizaciones” que generan “US$ 6,2 billones de facturación anual y dan trabajo a 24.600 familias” son parte del clúster. “Lo que queremos es desarrollar un ecosistema de servicios y productos financieros, estamos conscientes de que es importante la ejecución de proyectos”, manifestó. Al momento, tienen 24 proyectos planificados.

En esa misma línea trabaja el clúster de plásticos, que desde el 27 de agosto de 2021 se organizó bajo la metodología Strategic Doing creando planes piloto para ser ejecutados durante los próximos meses. Específicamente desarrollaron tres planes piloto: un plan comunicacional de impacto positivo, el fortalecimiento de capacidades en materia de reciclaje y una campaña comunicacional sobre el uso de los desechos para concientizar a la población. Al momento cuentan con un primer producto: la Guía de empresas amigables con el ambiente.

COSTA RICA, EL MODELO A SEGUIR

Para Ecuador, el ejemplo a seguir es Costa Rica, un país que ha logrado transformar su matriz productiva impulsando sectores como la tecnología y la innovación, aminorando la dependencia de los sectores primarios.

Entre las características de este país, Prado destaca que tiene altísima atracción de inversiones, apertura de mercados, “con gran cantidad de acuerdos comerciales para exportar y traer productos más baratos para industrias nacientes”, además de clústeres, una institucionalidad más allá del gobierno de turno y alianzas con universidades. También existe una plena coordinación con el gobierno para incentivar el mercado y un gasto público fuerte en salud y educación.

“Creemos que esa matriz de Costa Rica puede llegar a ser un ejemplo de lo que se puede hacer en Ecuador”, añadió el ministro.

Al momento, Ecuador se ubica en el puesto 90 de competitividad a escala global y la intención es subir en el escalafón lo más rápido que se pueda.