Una persona frente a mostrador de autogestión dentro de un supermercado en Shenzhen, China, el viernes 20 de noviembre de 2020.
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Bloomberg Opinión — Sea cual sea la fuente de las noticias, no hay forma de escapar de la percepción de que el aumento de los precios está rompiendo la economía estadounidense. La recesión es casi una conclusión inevitable en la terminal de Bloomberg, que recopila 150.000 fuentes de noticias con cada boletín categorizado y contado. Los titulares con la palabra “inflación” aumentaron un 345% hasta 186.000 veces al mes desde principios de 2020, mientras que “economía fuerte” disminuyó un 48% hasta 1.766 veces al mes.

Esto es comprensible en medio de la caída del mercado de valores y cuando tantos comentaristas destacados, incluido el exsecretario del Tesoro Lawrence Summers y el exCeo de Goldman Sachs Lloyd Blankfein han pronosticado un resurgimiento de la inflación y ahora dicen que la recesión es cada vez más probable. No les impresiona que el producto interno bruto de Estados Unidos se haya recuperado de la crisis de Covid-19 al ritmo más rápido de los tiempos modernos, superando su máximo anterior a la pandemia de US$21,4 billones. Tampoco les alivia el hecho de que la medida de precios preferida por la Reserva Federal, el índice de precios básicos del gasto de consumo personal, no esté ni de lejos cerca de replicar el flagelo desbocado de la década de 1970 y haber aumentado más este año desde 1983.

Sin embargo, las profecías de una estanflación inminente están ahogando un consenso contrastante entre economistas avezados, que prevén que EE.UU. crecerá hasta 2024 a medida que la inflación disminuya a un tercio de su tasa actual del 8,3 %.

Setenta y siete economistas que colaboran con Bloomberg predicen que el PIB de EE.UU. tendrá un mejor rendimiento que el del Grupo de los Siete países desarrollados durante los próximos tres años. Los 56 economistas que ofrecen previsiones trimestrales no sólo ven un crecimiento constante durante siete trimestres consecutivos, sino también la ausencia de una contracción. La tasa de desempleo de EE.UU., que recientemente ha experimentado la mayor mejora de su historia al caer al 3,6% (casi el nivel más bajo de las últimas cinco décadas) desde un máximo del 14,7% en 2020, está encaminada a alcanzar el 3,5% en el tercer trimestre y mantenerse baja durante varios años. Esto convertiría a EE.UU. en el segundo país del G-7 con menor tasa de desempleo, después de Japón, según 50 previsiones de economistas recopiladas por Bloomberg.

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Además, los economistas sitúan la probabilidad de una recesión en el 30%, frente al 15% de finales de enero, pero no es una cifra históricamente notable.

Promedio ponderado de las estimaciones de los economistas sobre la probabilidad de recesión en EE. UU.dfd

Sin duda, nadie sabe cómo y cuándo terminarán dos de los principales factores que contribuyen a la inflación: las interrupciones de las cadenas de suministro y la escasez de productos básicos, agravadas por la estrategia china de Cero Covid-19, que está frenando la economía, y la guerra de Rusia en Ucrania.

Otras suposiciones ocultan por qué los economistas se mantienen en sus previsiones. Cuando la diferencia de rendimiento entre los valores del Tesoro a 10 y 2 años se volvió negativa en marzo, los comentaristas predijeron inmediatamente una recesión, ya que las seis recesiones desde 1980 se produjeron después de una curva de rendimiento negativa o invertida. Los mismos comentaristas guardaron silencio cuando la curva de rendimiento se volvió positiva a principios de este mes en más de 0,2 puntos porcentuales.

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Al mismo tiempo, los miedos por la inflación tuvieron un respiro cuando el índice de precios al consumo cayó al 8,3% el mes pasado desde el 8,5% de marzo, mientras que el indicador de inflación PCE preferido por la Reserva Federal cayó al 5,18% desde el 5,31%. La mediana de las previsiones de 69 economistas sitúa el IPC en una media del 7% este año, antes de descender al 3% en 2023 y al 2,4% en 2024.

Previsiones de crecimiento e inflación reales y previstas del panel de economistasdfd

El riesgo de recesión es sin duda real, pero también lo es la ausencia de varias alertas rojas históricas. La relación entre el déficit y el PIB de EE.UU. se redujo al 4,9% en abril, desde el 18,6% de marzo de 2021, sólo 0,1 puntos porcentuales más que el nivel anterior a la pandemia y 1,6 puntos porcentuales más que la media de cinco décadas, según datos recopilados por Bloomberg. El índice Bloomberg del dólar al contado, que sigue el comportamiento de 10 divisas principales frente al dólar estadounidense, se apreció hasta un nivel que es un 14% más alto que el promedio desde 2015, cuando comenzó el índice.

A pesar de toda la ansiedad sobre los mercados financieros, los costos de endeudamiento de EE.UU. (incluidos los gobiernos federal, estatal y local, así como las empresas estadounidenses), son los más bajos desde 1975, cuando esos datos comenzaron a estar disponibles, según el índice de bonos agregados de EE.UU. de Bloomberg. Incluso después de que los rendimientos subieran 2 puntos porcentuales desde el mínimo, el financiamiento de la deuda aún es 2,8 puntos porcentuales más bajo que el promedio de 47 años del 6,3%.

“Hemos tenido un período sostenido de tasas de interés muy, muy bajas”, dijo Dan Ivascyn, director gerente y jefe de inversiones del grupo de Pacific Investment Management, el gigante inversor en bonos con US$2,2 billones en activos. “Los hogares están en una muy buena posición, por lo que hay un colchón inherente en la economía que podría crear mucha más resiliencia ante el aumento de las tasas”, dijo en una entrevista en la sede de Pimco en Newport Beach, California, el mes pasado.

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Hace tan sólo un año, los puertos gemelos del sur de California, Los Ángeles y Long Beach, que representan casi el 40% de las mercancías importadas de EE.UU., se enfrentaban a interrupciones sin precedentes de la cadena de suministro mundial causadas por la pandemia. Lo peor de la crisis había remitido en el segundo semestre de 2021, en el que se registró una actividad récord que parece que continuará.

“Creo que vamos a superar al año pasado”, dijo Mario Cordero, CEO del puerto de Long Beach, durante una entrevista el mes pasado en California.

Entonces, ¿qué explica el choque entre la sabiduría económica convencional y los datos económicos actuales?

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El economista jefe de Bloomberg, Tom Orlik, y su colega Anna Wong, economista de Bloomberg en EE.UU., comparten la ecuanimidad de sus colegas sobre la inflación y el crecimiento. Atribuyen la brecha entre optimismo y pesimismo a la falta de experiencia con algo comparable en la memoria reciente.

“Hay que remontarse a la gripe española de 1918 o a la peste bubónica de la Edad Media” para tener una perspectiva que sirva de base a la situación actual, dijo Wong.

Orlik lo expresó de esta manera: “No hay ningún tipo de relación histórica de nada en los datos históricos que te diga cómo va a repercutir que Rusia invada Ucrania. Realmente no se puede buscar en la historia lecciones sobre cómo van a impactar los cierres de China en respuesta a ómicron”.

Como resultado, dijo, “siempre es más interesante hablar del escenario de riesgo, especialmente cuando el escenario de riesgo es algo sexy como una recesión, en lugar de un caso base de que todo esté bien”.

Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.