Javier Timerman: Gobierno argentino “usa aspirinas para ir solucionando problemas”

Bloomberg Línea dialogó sobre la deuda en pesos con el cofundador de Adcap, que cuenta con tres décadas de experiencia en Wall Street, y es escuchado tanto desde ambos lados de la grieta

En los 100 años de YPF
30 de junio, 2022 | 10:33 AM

Buenos Aires — Javier Timerman es una de las pocas personas, quizás la única, a la cual el mercado y el Frente de Todos escuchan y respetan por igual. Su vasta experiencia en los mercados, con más de 30 años en Wall Street sobre su espalda, le dan las credenciales para ello.

Socio y confundador de Adcap Grupo Financiero, Timerman dialogó con Bloomberg Línea acerca de la delicada actualidad financiera que atraviesa el país y aseguró que las soluciones requieren acuerdos políticos y una mirada estructural.

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La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.

¿Cuán grave es la situación de la deuda argentina?

El problema es que no aparece ningún cambio de paradigmas que modifique las expectativas de los inversores, tanto para la deuda en pesos como para la deuda en dólares. Incluso, lo que me llama la atención es que el Banco Central (BCRA) toma medidas que dice que son temporarias. ¿Qué quiere decir eso? ¿Que esperan que las cosas se reviertan? Pero las cosas no se revierten por sí solas. Generalmente, uno dice “pongo esta medida de emergencia, dame tres meses y anuncio las medidas de largo plazo, estructurales”. Pero el mercado no prevé que eso termine pasando. Y el Gobierno no solo usa al BCRA para comprar deuda que no puede rollear, sino también para poner restricciones a los importadores y dirigir el comercio exterior. La vienen corriendo de atrás y alguna de las tres variables que pidió el Fondo Monetario Internacional va a terminar desalinéandose: podés controlar la salida de dólares, pero a costa de tener menor crecimiento y que aumente más el déficit o que se disparen los dólares paralelos. Al solucionar los problemas urgentes con medidas temporarias y sin soluciones de largo plazo, se van agravando los inconvenientes.

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¿Qué fue lo que detonó la crisis de deuda que estamos viendo hoy?

En un momento el Gobierno dijo “están vendiendo CER y en dos semanas tenemos una licitación”. Ese es un tema financiero, un tema crediticio.

Con la ayuda del BCRA, ¿se acomodó un poco la deuda en pesos?

El Gobierno ágilmente usa las aspirinas para ir solucionando problemas. De repente se viene una licitación importante y busca dónde están los focos de liquidez. Pero eso tenés que mirarlo antes. Si realmente fue un pago de energía lo que motivó al Fondo Pellegrini (del Banco Nación) a sacar de un día para otro $10.000 millones que tenía en bonos CER, bueno, eso hay que preverlo. Los problemas se exacerban si tu única salida es usar dólares o pesos del Banco Central.

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¿Cree que la solución pasa por eliminar el déficit fiscal primario?

Creo que es errónea esa mirada. El gran problema es que tenemos una economía sin crédito. Te doy un ejemplo: Alemania anunció que la inflación bajó porque hubo más subsidios al transporte público y porque bajaron los impuestos a la nafta. ¿Por qué pueden decir eso y que no pase nada? Porque Alemania puede financiarse. No es que tener déficit en sí sea malo, es malo para nosotros que no podemos financiarlo. Nadie va a dejar de invertir en un país porque tenga un déficit del 3 o del 4%. Es irrelevante para el inversor. De vuelta: solo es relevante para nosotros que no podemos financiarlo.

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¿Cuál es la causa de la falta de crédito?

Es una acumulación de cosas. Principalmente, la incapacidad de pensar en el problema y de hacer un plan de largo plazo que tenga consenso político. El Gobierno les pide a los importadores que se financien afuera, pero la Argentina no puede financiarse por abajo del 35%... Imaginemos que el Gobierno hubiese decidido que a los acreedores de deuda en dólares les iba a destinar US$3.000 millones más por año en pago de intereses. A lo mejor, esos US$3.000 millones se compensarían hoy con mayor inversión privada o mayor entrada de capitales por inversiones en el sector energético. No lo sé, es algo hipotético. A lo que voy es a que esto no es tan fácil como “les pago menos y me ahorro plata”. A lo mejor les pagás menos y no ahorrás nada.

Si los bonos argentinos estuvieran pagando algo más de cupón, ¿los precios de los bonos estarían un poco mejor?

Eso fue parte del problema, también creo que debería haber más acompañamiento. Es un grave error por parte del Gobierno creer que porque no tiene vencimientos que necesiten renovarse pueda no estar atento a que la deuda esté a tasas razonables. Los inversores son clientes del país, son los que le prestan plata. Necesitás cuidarlos, para que no se vayan cuando los necesites.

¿Cómo les afecta a los privados que la deuda argentina esté tan dañada y que el riesgo país vuele?

Cuando la casa matriz de una empresa evalúa si financiar o no su filial en Argentina evalúa el riesgo país. Y parte de la razón por la que el riesgo país está donde está es que estás compañías están hedgeando el riesgo argentino. Pensar que el riesgo país no influye porque total no tengo acceso a los mercados internacionales es un error. Si una multinacional quiere hacer una inversión acá le tiene que explicar a su comité de riesgo qué va a invertir en algo que tiene una tasa de retorno inferior a la de los riesgos soberanos. Desde que el país reestructuró su deuda con privados, que fue la primera gran política de este Gobierno, no hubo señales hacia los inversores de que el país hacía una quita a los tenedores de bonos, pero que el Estado también hacía un esfuerzo fiscal o monetario para cambiar la dinámica que llevó a esta situación. Los inversores lo que quieren entender es si Argentina va a entrar en un proceso de medidas estructurales que tengan que ver con la capacidad de atraer inversiones. Es llamativa la falta de iniciativas de cambio en un país que tiene los mercados cerrados.

Usted ha sido puente entre inversores y Gobierno. ¿Ve en las autoridades buena recepción a lo que pide el mercado?

Creo que no hay un entendimiento de que el mercado refleja el sentimiento de un montón de inversores. Y que el mercado también refleja problemas en áreas que al Gobierno sí le preocupan. Si vos tenés bonos valiendo US$20 es porque hay gente pensando: “Uy, en Argentina todo se soluciona con una devaluación, seguro que algo va a pasar, vamos a cubrirnos”. El Gobierno busca solucionar las consecuencias de los problemas y no sus causas. Los problemas no son simples y no se solucionan regulando con medidas temporarias. El Gobierno podría hacer un plan a seis meses, a un año. Decir “vamos a tomar esta medida fiscal, esta medida impositiva, esta medida respecto del Banco Central, cómo se va a gastar…” Eso ayudaría mucho a convencer a los inversores para que financien a la Argentina.

Se dice que el mundo admira el talento argentino y se muere por invertir acá si las condiciones cambian, ¿es cierto?

Argentina tiene un potencial enorme para la inversión. Lo vemos en sectores en los que hemos sido competitivos. He hablado con inversores muy importantes del sector nuevas tecnologías y te dicen que el capital humano argentino para esta área es impresionante. También tenemos talento para atraer inversiones en el sector agropecuario y en el sector energético. Pero la solución pasa más por la política más que por la economía. Nuestro gran problema es la política, que no logramos consensuar entre los bloques mayoritarios una política de Estado.

¿Y qué soluciones puede ofrecer la política para hacer que la Argentina sea un país más atractivo para invertir?

Muchos hoy en día dicen “Israel logró vencer a la inflación”. Yo viví en Israel por aquellos años. Estudiaba allá. La solución vino por la política. Era un plan bastante simple, pero contó con el apoyo de los dos bloques mayoritarios. Como las elecciones habían sido tan parejas, ninguno lograba llegar a formar gobierno. Y decidieron unirse entre ellos y se rotó al primer ministro. Dos años de un partido, dos años de otro. Y acordaron cuatro leyes básicas, en las que principalmente se hacía un ajuste de los precios relativos, se desindexaba la economía y se hacía un acuerdo de precios y salarios. Eso se logró con mucho acuerdo político y se sostuvo.

¿El acuerdo con el Fondo podría haber sido utilizado excusa para lograr esos consensos básicos?

Fijáte que el FMI no fue muy exigente. Es más, dijo “no me voy a complicar con pedirles demasiado”. Pidió tres cosas y no las podemos cumplir. El FMI fue criticado por ser benigno con Argentina y aún así no podemos cumplir con esas tres condiciones.

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Saliendo de Argentina, ¿es optimista respecto a que mejore la marcha de los mercados accionarios internacionales?

La última vez que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) tuvo política antiinflacionaria fue en 1980-1981, cuando Paul Volcker subió la tasa 20%. Y en el año ‘81 el mercado de acciones norteamericano subió. En el ‘82, Estados Unidos tenía un desempleo altísimo. Yo recién llegaba a vivir allá y veía que había pueblos que directamente cerraban. La gente se iba. Y, sin embargo, el mercado también cerró alcista. Y desde ahí hubo un boom alcista. En el año 1994 la Fed subió la tasa 13 veces y el mercado cayó ese año y luego subió hasta la crisis de las punto com. En resumen, creo que la caída de los mercados es un complemento a la política de la Fed. En los últimos años han crecido tanto los mercados de acciones en Estados Unidos y Europa que al caer ayudan a la desaceleración de la economía por el efecto riqueza - pobreza. Por ende, creo que la inflación va a caer más rápido de lo que muchos piensan y la recesión va a ser más corta de lo que muchos esperan.

¿También es optimista con las tecnológicas?

Ese es otro tema. Yo me refería a las blue chips, las acciones más tipo Dow Jones. En momentos de caídas como este es muy difícil predecir qué va a pasar con las tecnológicas.

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