Contraataque ucraniano se desarrolla lentamente, enfocado en objetivos concretos

Rusia está tratando de crear discordia y que el dolor económico que golpea a Europa erosione el apoyo a Ucrania

Soldados ucranianos en un puesto de control cerca del Teatro Académico Nacional de Ópera y Ballet de Odessa, en el centro de Odesa, Ucrania, el viernes 18 de marzo de 2022.
Por Marc Champion
06 de septiembre, 2022 | 05:41 PM

Bloomberg — Cuando ha transcurrido una semana de la contraofensiva de Ucrania, la magnitud y los objetivos de la operación al sur del país están cada vez más definidos, al igual que la respuesta de Rusia, mientras ambas partes se encaminan hacia un prolongado y difícil invierno.

Al cabo de unos días de confusión y de un aislamiento intencionado de información, las autoridades de Ucrania han reafirmado la reconquista de por lo menos dos poblaciones, contradiciendo la creciente versión de Rusia sobre el fracaso de la operación. Y el lunes, el jefe adjunto de la administración civil-militar de Jersón, ocupada por los rusos, declaró que la provincia aplazaba el referéndum previsto sobre la adhesión a Rusia, alegando motivos de seguridad.

No obstante, mientras algunos preveían un gran empuje, el avance ucraniano por ahora no ha sido tan rápido como la muy criticada ofensiva rusa para hacerse con la región oriental de Dombás.

En opinión de Jack Watling, investigador principal de guerra terrestre del Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI, por sus siglas en inglés), un think tank del Reino Unido, las condiciones de ambas campañas son tan distintas que lo que se considera un fracaso en Dombás es un éxito en Jersón.

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La contraofensiva ucraniana se está llevando a cabo a un nivel de compaña mucho más pequeño y, aunque el enfoque es lento, está incurriendo en costos más bajos en términos de municiones y bajas. Sus tropas también tienen menos territorio para tomar: 40 a 50 km (25-31 millas) en comparación con cientos en Dombás, con la posibilidad de inmovilizar a sus oponentes rusos contra el río Dnipro.

“Los ucranianos no tienen prisa”, dijo Watling, quien recientemente regresó de Kiev. “La intención es claramente hacer que sea lo más difícil posible para los rusos mantener sus posiciones”.

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Cada uno de los bandos parece haber aceptado por ahora que no puede realizar un avance importante sobre el terreno. En su lugar, están tratando de interrumpir las líneas de suministro del otro, hasta el punto de que sus fuerzas ya no tengan medios para luchar.

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Unas breves reflexiones sobre la ofensiva de la UA. En primer lugar, es mejor gestionar las expectativas, este tipo de operaciones tardan semanas o meses en ejecutarse. En mi opinión, es muy temprano, hay información limitada disponible y demasiado pronto para emitir juicios. Hilo 1/ Michael Kofman (@KofmanMichael) 4 de septiembre de 2022

Para Ucrania, eso significa usar sistemas de cohetes de alta movilidad de mayor alcance, o HIMARS (por sus siglas en inglés), suministrados por los EE.UU. para interceptar el flujo de municiones a la vasta artillería de Rusia. También significa aplastar a las fuerzas rusas en Jersón, donde son más vulnerables, confiando en un puñado de puentes dañados sobre el río Dnipro para refuerzo y armas.

Ucrania necesita mostrar suficiente progreso en el campo de batalla para contrarrestar el riesgo de fatiga entre sus aliados estadounidenses y europeos a medida que enfrentan una creciente presión pública sobre las consecuencias económicas de la guerra.

Para Rusia, que ha experimentado grandes pérdidas de tropas y equipos, la atención se centra cada vez más en sembrar la discordia entre los proveedores financieros y de armas de Ucrania con el objetivo de hacer imposible que Kiev continúe la lucha. El Kremlin ha dicho en repetidas ocasiones que espera que el dolor económico que golpea a Europa erosione el apoyo político a Ucrania a medida que la recesión golpee y el costo de vida se incremente.

Rusia detuvo el viernes el suministro de gas natural a Alemania a través del gasoducto Nord Stream, exigiendo que las naciones europeas retiren las sanciones económicas contra Moscú para que se restablezcan los flujos. El corte provocó un nuevo aumento en los precios de la energía.

“La teoría rusa de la victoria es proyectar fuerza hasta que los ucranianos pierdan su profundidad estratégica, que es el apoyo de Estados Unidos y Europa”, dijo Watling. “La teoría ucraniana de la victoria es degradar a las fuerzas rusas hasta que no puedan luchar”.

El estado de ánimo en Moscú parece desalentador en lo que respecta a los avances en el campo de batalla, a pesar del incesante apoyo público al esfuerzo bélico. Según una persona cercana al Ministerio de Defensa, que pidió no ser identificada, la “operación militar especial” que el presidente Vladimir Putin lanzó con tanta confianza a finales de febrero ha llegado a un punto muerto que corre el riesgo de volverse a favor de Ucrania, a medida que ésta acumula reservas y armas modernas.

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El Instituto para el Estudio de la Guerra, que mapea el progreso de la guerra, describió la contraofensiva de Jersón en sus últimos boletines diarios como verificable y “degradando tangiblemente las capacidades logísticas y administrativas rusas en el sur de Ucrania”.

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Sin embargo, hay pocas señales de triunfalismo entre los funcionarios de Kiev, incluso cuando los altos mandos dicen que Ucrania todavía espera expulsar a Rusia de todo el territorio dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente, incluida Crimea, que Rusia anexó en 2014. En una entrevista con Bloomberg TV el lunes, el primer ministro Denys Shmyhal dijo que Ucrania considera que el tiempo está del lado de Rusia, con Putin dispuesto a alargar el conflicto. Junto con sus aliados, dijo Shmyhal, Ucrania necesita “terminar esta guerra lo antes posible.

La ofensiva de Jersón es de escala limitada precisamente porque los comandantes ucranianos saben que no tienen el personal necesario para sacar provecho de cualquier avance, según Watling de RUSI. Ante la presión de los líderes políticos para que muestren avances, se está creando un difícil acto de malabarismo.

Y aunque el invierno podría quebrar la moral entre los soldados rusos que sufren líneas de suministro deficientes y degradadas, desde municiones hasta alimentos y ropa, el barro también puede dificultar cualquier ataque.

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“Los envíos de armas occidentales han reforzado el potencial de Ucrania, pero no le dan una ventaja decisiva”, dijo Igor Korotchenko, director del Centro de Análisis del Comercio Mundial de Armas, con sede en Moscú. Añadió que las fuerzas ucranianas estaban sufriendo grandes bajas en Jersón, una afirmación que no pudo ser verificada de forma independiente. “Ucrania puede frenarnos, pero no puede hacerlo para siempre”.

Lo que importa no es tanto la velocidad del avance ucraniano como el simple hecho de que la iniciativa del campo de batalla haya pasado a Kiev, según Daniel Fried, un ex alto funcionario del Departamento de Estado que dirigió los esfuerzos de Estados Unidos para coordinar las sanciones contra Rusia cuando anexó Crimea.

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“No digo que los ucranianos vayan a ganar”, dijo Fried, ahora miembro distinguido del Atlantic Council, un centro de estudios de Washington. “Pero la sola idea de que estaríamos sentados aquí discutiendo una contraofensiva ucraniana habría sido considerada risible hace solo unos meses”.

Él ve el intento ruso de usar los suministros de energía para chantajear a Alemania y otros estados de la Unión Europea para que terminen con el apoyo a Ucrania como una señal de desesperación, en lugar de fuerza. Es improbable que protestas como la de Praga para pedir el fin de las sanciones contra Rusia cambien las políticas gubernamentales, dijo.

Putin mira a los alemanes o italianos y piensa que son tan débiles como él quiere que sean, pero ha calculado mal”, dijo Fried, recordando predicciones igualmente equivocadas en 2014 de que estos países nunca respaldarían sanciones contra Rusia. “No creo que tenga éxito”.

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