Ciudad de México — CoreZero, una climate-tech enfocada en minimizar residuos y tratamiento de efluentes para las empresas, cerró una ronda de capital pre Serie A por US$7 millones, liderada por Nazca, con el aporte de FEMSA Ventures y BID Lab. A través de la tecnología la startup se enfoca en el zero-waste.
La startup desarrolla soluciones en una plataforma como servicio (Platform as a service, PaaS) para maximizar el impacto en la agenda global net-zero, que según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a lo más cerca posible de cero.
“Entendemos que lo que hoy se denomina ‘waste’ o ‘residuos’, trabajando desde la innovación, puede transformarse en un importante recurso. El camino de zero-waste puede ser un catalizador que acelere aún más nuestros esfuerzos en la lucha contra el cambio climático”, dijo a Bloomberg Línea el CEO de la startup, Jean Pierre Azañedo.
Como respuesta a la agenda contra el cambio climático, en 2020 el estadounidense Jean Pierre Azañedo, CEO y fundador de CoreZero, y el argentino Ignacio Bordigoni, CMO y cofundador de CoreZero fundaron en Miami, Sugo Company, de donde se desprende esta climate-tech.
En su primer año Sugo Company desarrolló una metodología propietaria de cuantificación de carbono en base a desviación de residuos y durante 2021 logró, por primera vez a nivel mundial, completar el proceso de generación y comercialización de créditos de carbono originados del rescate de productos y alimentos.
Durante 2022, Sugo culminó el desarrollo y lanzamiento de CoreZero, con lo cual puso tecnología de punta a disposición de la medición de la eficiencia de proyectos y serialización de créditos de carbono. CoreZero se integra a distintos tipos de proyectos para medir su impacto y posibilitar la generación de unidades de reducción y créditos de carbono en sectores no tradicionales.
Sus dos principales focos están en el rescate de alimentos y el manejo de las aguas residuales. En el tema de rescate de alimentos ya algunas otras startups están trabajando para reducir la cifra como la argentina Kigüi o el supermercado online Jokr, que se alió con OLIO, una startup inglesa que lucha contra este problema.
Con la implementación de su MVP (mínimum-viable-product), la startup cuyo equipo está integrado principalmente por argentinos logró el cierre de contratos en Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Perú y Colombia.
“Nos encontramos en plena capacidad de mitigar el cambio climático utilizando la tecnología como una herramienta muy potente para cuantificar, trazar y auditar la generación de unidades de reducción y créditos de carbono en base a minimización y tratamiento de residuos y otros sectores no contemplados por otras plataformas”, compartió Azañedo.
Uno de los objetivos con esto es también evitar el greenwashing. El CEO de CoreZero señala que hay una saturación en los proyectos de serialización de créditos en los segmentos forestales y de energías renovables, por lo que se vuelve más importante el desarrollo de nuevos verticales de generación de créditos de carbono.
El negocio del zero-waste
Azañedo explica que su modelo de negocio trata de cuantificar en tiempo real a través de tecnología de punta el impacto ambiental positivo generado por las iniciativas actuales y futuras de desviación o minimización de residuos, y convertir dicho impacto en créditos de carbono.
CoreZero crea incentivos financieros para dichos proyectos e iniciativas y los ayuda a crear recursos que les permitan acelerar sus esfuerzos actuales y lanzar nuevas iniciativas en las verticales de residuos sólidos y líquidos.
La startup se vincula a terceros para procesos de auditoría y verificación y cierra con la generación y comercialización de los correspondientes créditos de carbono.
Azañedo mide el tamaño de mercado más por el total de emisiones de carbono evitadas de ser emitidas que por el dinero detrás. “Como consecuencia del esfuerzo por reducir y tratar residuos, enfocamos el tamaño de la oportunidad en las verticales de rescate de alimentos y tratamiento de aguas residuales”, explica el CEO de CoreZero.
En el ámbito del rescate de alimentos, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que cerca de un tercio de los alimentos que se producen, se desperdicia. Esto equivale a casi 1.300 millones toneladas al año que no se consumen y que tienen repercusiones por los recursos que se emplean para producirlos (agua y otras materias primas) y por los gases contaminantes que se generan por su descomposición. Estos producen alrededor del 8 al 10% de los gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo.
Y en cuanto a las aguas residuales, la ONU reconoce que aproximadamente el 80% de los efluentes no recibe un tratamiento y va directamente a los cuerpos naturales de agua (ríos, lagos, mares, etcétera). Por la descomposición de la materia orgánica, las aguas residuales se han convertido en una de las fuentes más importantes de metano en la atmósfera, contribuyendo con un 5% del total de los GEI.
Hoy, México y Brasil son los mercados más estratégicos para la climate-tech. “Principalmente por los objetivos de sostenibilidad y compromisos ‘net-zero’ de grandes corporaciones e instituciones que operan en dichos mercados”, agrega Azañedo.
Recientemente CoreZero se alió con el Banco de Alimentos de México (y su red de 54 instituciones), con la cual realizan la medición, cuantificación, certificación y monetización del impacto positivo de esfuerzos relacionados al rescate de alimentos y la reducción de desperdicios.
Además de Latinoamérica, actualmente la startup está analizando proyectos en Estados Unidos, España, Egipto, Malasia, Qatar, entre otros.