Bloomberg — El expresidente brasileño Jair Bolsonaro recibió una entusiasta bienvenida de los conservadores estadounidenses reunidos en los suburbios de Washington y dijo que su “misión no ha terminado”, dejando abierta la posibilidad de que su movimiento continúe sin él.
Bolsonaro, de 67 años, habló en el último día de la Conferencia Política Conservadora el sábado después de que su hijo, Eduardo, un congresista brasileño, se dirigiera al grupo y antes del discurso de clausura del expresidente Donald Trump.
“En este momento, doy gracias a Dios por mi segunda vida y también por la misión de ser presidente de Brasil por un período”, dijo Bolsonaro a través de un intérprete en un discurso de 23 minutos. “Pero en el fondo siento que esta misión no ha terminado”.
Si bien Bolsonaro indicó anteriormente que tiene la intención de regresar a casa para liderar un movimiento de oposición, su discurso del sábado no dio indicios de cómo o cuándo. Sirvió más para resaltar las medidas conservadoras tomadas durante su mandato, como la desregulación de los propietarios de armas y el enfoque de no intervención para combatir la pandemia de coronavirus que se defiende en CPAC.
“Siguen diciendo, ‘Ciencia, ciencia, ciencia’. Lo que digo es, ‘libertad, libertad, libertad’, dijo Bolsonaro entre aplausos. Los asistentes al CPAC también aplaudieron cuando Bolsonaro dijo que nunca obligó a nadie a vacunarse contra el covid en Brasil, que sufrió uno de los peores efectos de la pandemia en el mundo.
El expresidente brasileño y Trump son aliados cercanos. Bolosonaro, a menudo llamado el “Trump de los trópicos”, dijo que tiene una relación “excepcional” con Trump, quien respaldó a Bolsonaro en su intento fallido de reelección el año pasado.
Bolsonaro usó su discurso para dar golpes aparentes a la Corte Suprema de Brasil, que lo está investigando a él y a sus aliados por difundir falsedades sobre el resultado de las elecciones del año pasado. Desde su derrota, el tribunal ordenó que se eliminen las cuentas de redes sociales de los aliados más ruidosos de Bolsonaro, incluidos miembros del Congreso y personas influyentes, por avivar las dudas sobre los resultados.
“Debemos estar siempre preocupados por nuestras libertades”, dijo. “Es como un gran amor, hay que cuidarlo todos los días para no perderlo. La mejor manera de controlar las redes sociales es más libertad”.
Después de perder ante Luiz Inácio Lula da Silva, Bolsonaro se fue a Florida dos días antes del final de su mandato y se saltó la toma de posesión de Lula el 1 de enero. Viajó con una visa diplomática y desde entonces solicitó una visa de turista para extender su estadía.
El expresidente brasileño salió de su exilio autoimpuesto y se dirigió a sus seguidores en mítines en los EE.UU. a fines de enero, incluido un discurso en un evento organizado por Turning Point USA en el resort Doral de Trump en Miami.
Bolsonaro pareció dejar abierta la posibilidad de que nunca regrese a casa.
“Estoy seguro de que plantamos muchas semillas en Brasil. Elegimos a muchas personas que eran desconocidas pero con un gran potencial y muchas de ellas aquí conmigo”, dijo. “Siempre les digo que, en el mejor de los casos, la gente no nos necesita”.
Bolsonaro enfrenta múltiples investigaciones en Brasil, incluida su presunta participación en los disturbios del 8 de enero por parte de partidarios que se negaron a aceptar su derrota en las elecciones de octubre. El tumulto generó comparaciones con el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de los EE. UU. por parte de los fieles de Trump.
Al igual que Trump, quien afirma falsamente que las elecciones presidenciales de 2020 fueron manipuladas y robadas, Bolsonaro dijo el sábado que tenía “mucho más apoyo” en su candidatura a la reelección que cuando se presentó por primera vez y que no entiende “por qué los números reflejan lo contrario. "
La Administración de Lula quiere que Bolsonaro comparezca ante los tribunales brasileños en los próximos meses, según un alto asesor del líder izquierdista. El Gobierno está considerando opciones para obligarlo a regresar si no lo hace voluntariamente a fines de marzo, dijo el asesor, que solicitó el anonimato para discutir información confidencial.
CPAC tiene un historial de dar la bienvenida a líderes mundiales autoritarios en sus eventos. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se dirigió al grupo el año pasado en Dallas, donde su perorata contra los progresistas, los inmigrantes y los medios de comunicación fue calurosamente acogida con aplausos entusiastas.
--Con la ayuda deDaniel Carvalho.
Lea más en Bloomberg.com
