Cuenta la historia que el argentino Carlos Sluman -fundador y CEO de Beliv, empresa que desarrolla bebidas saludables en base a productos latinoamericanos- y uno de sus socios fueron invitados por el cantante Marc Anthony a cenar en su barco en Miami, ya que el interés por el negocio de este tipo de bebidas se había despertado en el compositor.
Es así como los ejecutivos de Beliv llegaron a Miami donde Anthony los esperaba con una gran cena, que se vio frustrada cuando les anunció que el barco debía zarpar para ir a recoger a Romeo Santos. En ese momento, y con compromisos de antemano, los empresarios debieron “plantar” al cantante. Sin embargo, la reunión fue un éxito y poco después Magnus Media la firma del artista se convirtió en socia.
“Marc Anthony vive en Miami pero su sangre es puertorriqueña y siente que hay un desbalance entre lo que EE.UU. y Europa ve de Latinoamérica y de lo que Latinoamérica tiene para ofrecer”. El que habla es Sluman, cuya empresa está bajo el paraguas de Central America Bottling Corporation (CBC). La compañía de bebidas saludables facturó US$70 millones en el último año en los Estados Unidos.

La tendencia saludable
Según Research And Markets, en su informe “Alimentos y bebidas funcionales: análisis y trayectoria del mercado global”, este mercado podría alcanzar los US$218.300 millones para 2026. En tanto, el mercado de Estados Unidos se estima en US$59,8 millones en 2022, mientras que se prevé que China alcance los US$27,6 millones para 2026.
“El crecimiento futuro del mercado será impulsado por la creciente eficacia de los alimentos funcionales, las bebidas y sus ingredientes activos para permitir una vida saludable. Se prevé una fuerte demanda de bebidas fortificadas con minerales y vitaminas, bebidas deportivas y energéticas; ricas en proteínas, que promueven la salud digestiva, con antioxidantes y con cantidades más ligeras de ingredientes representan otro importante impulsor del crecimiento”, dice el relevamiento.
Esta tendencia se vio exacerbada tras la pandemia del Covid-19, donde los individuos se volcaron a “buscar salud”. “Ha habido una toma de conciencia enorme en cuanto a todo tipo de hábitos, no solo de consumo”, dice Sluman. “Hacer productos que hacen bien es nuestro rezo pero no responde a la pandemia en sí”.
Aguas, carbonatadas, néctares y jugos, y bebidas funcionales son el core del negocio de Beliv, que cuenta con más de 40 marcas de bebidas en los más de 35 países donde se encuentra presente. Entre sus etiquetas se encuentran Citric y Petit entre las más relevantes.
Definidos como una bevtech, el uso de la tecnología y la inteligencia artificial es lo que hace que puedan poner al consumidor en el centro del negocio y adelantarse a las tendencias, sobre todo en un mercado tan competitivo como el de Estados Unidos.
“Para desarrollar el negocio partimos de nuestras capacidades, de lo que sabemos hacer y los adaptamos para ganar sinergias. Pero a veces sucede que no es adaptable. Por eso, llegamos a un país estudiando el mercado a través de herramientas digitales”, cuenta Sluman. “La idea es cocrear con el consumidor, aprovechando el ecosistema digital. Por eso no hay sorpresa cuando se lanza una bebida porque la elaboramos con el consumidor”, sentencia.
Esto fue precisamente lo que terminó de convencer a Marc Anthony quien está involucrado ampliamente en la empresa. Con él desarrollaron desde cero OCA, una bebida a base de tapioca que se lanzó en Guatemala, Puerto Rico y Costa Rica en 2020. Tres años después comenzó a ganar terreno en Estados Unidos y China.
“Nuestra apuesta es muy fuerte en los EE.UU., aún más que en Latinoamérica”, dice Sluman y explica “es como si estuvieras armando un equipo de futbol en Europa para luego ir a jugar a Argentina. Nosotros pensamos donde podíamos jugar el juego más complicado, y eso era en EE.UU. Si el portafolio funciona bien allí, lo podemos adaptar al mercado latinoamericano”.
Para ello, la asociación con el Anthony fue esencial. “Es muy divertido trabajar con él y su equipo. El nos ayuda a a influenciar a los que influencian. Desde artistas hasta dueños de cadenas de gimnasios. Hay una gran química con él y tiene una inteligencia de otro plano como todo creativo. Ve cosas que no vemos todos y eso es un aporte maravilloso”.
Sin embargo, indica que la confianza es mutua, porque el le dio el visto bueno a las bebidas y ellos a él como artistas. “Es necesario que el artista sea un business man”, aclara.

¿Consumer o consumidores?
El público es tan variado como su portafolio en los EE.UU. Allí tienen lo que se denominan “productos nostálgicos” que inmigrantes o los hijos consumían y son los que los siguen eligiendo. Se trata de marcas muy solidas donde hacen masa crítica. Sin embargo, Sluman remarca que los sabores e ingredientes de cada país son infinitos y el apetito en el mundo por conocerlo es enorme.
Debido a ello, el ejecutivo cuenta que el rumbo de la empresa se verá muy marcado por adquisiciones en el mercado norteamericano. Recientemente compraron una empresa de kombucha, otra de gaseosa con probióticos y una de café. “Van a venir muchas adquisiciones en los EE.UU. con la intención de integrar nuevas categorías para estar lo más de la vanguardia que podamos estar”, afirma el ejecutivo. Además, Beliv acaba de formar una JV en una compañía en China llamada Zig Venture para potenciar las marcas en ese país, donde los jugos Citric ya se posiciona fuertemente.
Entre las compañías con las que han colaborado se encuentra Chew Innovation, un restaurante que es también un laboratorio, que creó algunas de las fórmulas de sus bebidas.
Al ser consultado sobre los aires de recesión en el país, el ejecutivo aclara “las crisis son como la ley de la gravedad siempre van a existir. Es muy importante como lo tomás, como compañía o como persona, porque las crisis son hechos neutros. Hay que ver lo que se viene como una oportunidad siempre, hay que limpiar la cabeza de lo que sabemos”, concluye.
-Este artículo se corrigió el 18 de abril para reflejar la relación entre Beliv y algunas de las empresas mencionadas









