Bloomberg — En los últimos días de la campaña para las elecciones en España, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, logró dar un vuelco a la tendencia para negar a sus adversarios de derechas una mayoría parlamentaria.
Si bien el Partido Popular, una formación de centro-derecha, ganó el mayor número de escaños, las fuerzas de derechas cuentan con menos escaños de los que necesitan para desplazar a Sánchez. Con un número más amplio de posibles aliados, Sánchez puede llegar a conseguir la mayoría.
Tanto Sánchez como el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se proclamaron vencedores al hablar a sus simpatizantes tras el recuento, pero es Sánchez quien lleva las de ganar. Esta situación de indefinición puede provocar la inestabilidad de los activos de España a corto plazo, señala JPMorgan Chase & Co (JPM), que ya advertía hace una semana que un resultado no decisivo supondría lo peor para los inversionistas.
Sánchez seguirá siendo primer ministro por el momento, ya que Feijóo carece de los números para destituirlo, e incluso podría reunir suficientes votos para ganar un tercer mandato. Lo más probable es que tenga que convocar otras elecciones más adelante en el año, pero con la posibilidad de determinar el momento y dar forma a la agenda antes de esa fecha.
“El resultado es que nos dirigimos a un período de estancamiento/incertidumbre política antes de que se pueda formar un nuevo gobierno”, dijo Ray Attrill, jefe de estrategia cambiaria de National Australia Bank Ltd. en Sydney. “Ciertamente, la expectativa antes de las elecciones del domingo era que el PP de centroderecha liderara un nuevo gobierno, derrocando al gobierno de Sánchez, percibido como hostil a las empresas, que aún podría aferrarse al poder”.
Feijoo parecía encaminado a una clara victoria cuando comenzó un apagón electoral el martes, y las encuestas finales sugirieron que el bloque de derecha ganaría hasta 180 escaños. Para cambiar la situación, Sánchez se embarcó en un bombardeo mediático y desplegó a su predecesor en la campaña electoral para ayudar a conseguir el voto socialista.
El primer ministro concedió una serie de entrevistas, incluso con periodistas que había evitado durante años por considerarlos demasiado críticos. El exprimer ministro socialista José Luis Rodríguez Zapatero realizó jornadas de mítines y entrevistas, instando a sus seguidores a impedir que gane el bloque de la derecha.
Esa estrategia tuvo fuertes demostraciones en Cataluña y Andalucía, bastiones tradicionales de su partido, donde el apoyo había caído en los últimos años. El domingo, los socialistas ganaron 24 escaños para Andalucía frente a los 23 del PP. En Cataluña, los socialistas fueron el partido más votado y obtuvieron 19 escaños frente a los seis del PP.
Resultados de los principales partidos:
- Partido Popular - 136 escaños
- Socialistas - 122
- Vox ultraderechista - 33
- Sumar de extrema izquierda - 31
Hablando desde un escenario fuera de la sede de los socialistas en Madrid vestido con jeans y una camisa de mezclilla, Sánchez dijo que el bloque de derecha había sido derrotado.
“Había que decidir si avanzar o retroceder, como proponía el PP”, dijo. “Los que quieren que España salga adelante son muchos más”.
Sus seguidores ondearon pancartas socialistas y banderas del arcoíris, en señal de apoyo a la comunidad LGBTQ amenazada por el grupo de extrema derecha Vox. “No pasarán”, corearon, “no pasarán”, un eslogan republicano de resistencia de la guerra civil española hace casi un siglo.
“Sánchez, siempre un sobreviviente político, vive para luchar otro día”, dijo Federico Santi, analista de Eurasia Group, en una entrevista. “Ni la derecha ni la izquierda tienen un camino claro hacia una mayoría. Actualmente, la conclusión más lógica parece ser repetir las elecciones”.
Al otro lado de la ciudad, el ambiente era más tenue fuera de las oficinas del PP mientras los conservadores intentaban poner cara de valientes en una victoria que no cumplió con sus expectativas. Algunos simpatizantes corearon el nombre de la rival del partido, Isabel Díaz Ayuso, mientras Feijóo se dirigía a la multitud, en una señal de las tensiones y posibles consecuencias que el líder del PP tendrá que manejar en las próximas semanas. Díaz Ayuso también estaba de pie en el escenario.
Feijoo les dijo a sus seguidores que había ganado el derecho a gobernar y apeló a Sánchez para que no se interpusiera en su camino.
El líder de Vox, Santiago Abascal, acusó al PP de complacencia y dijo que Sánchez ahora está en condiciones de permanecer en el poder.
“Pese a que perdió las elecciones, Pedro Sánchez podría bloquear la juramentación del nuevo primer ministro y, lo que es peor, Pedro Sánchez podría incluso volver a juramentarse con el apoyo de los comunistas, los insurrectos separatistas y los terroristas”, dijo.
Sánchez podría lograr un voto de confianza si Junts per Catalunya, un partido separatista, opta por abstenerse, pero es más probable que España se dirija hacia un período prolongado de estancamiento.
Miriam Nogueras, diputada de Junts, dijo que el partido exigirá el regreso del exiliado Carles Puigdemont, el expresidente de Cataluña que ha estado viviendo en Bélgica desde el intento fallido de separarse de España en 2017. El grupo también pedirá un referéndum sobre la independencia, dijo.
“No haremos presidente a Sánchez a cambio de nada”, dijo.
El analista de JPMorgan, Marco Protopapa, escribió en una nota la semana pasada que, a muy corto plazo, un resultado no concluyente “podría ser el resultado menos favorable para el mercado y el crecimiento por la incertidumbre adicional que desencadenaría”. Los analistas recomendaron comprar activos españoles antes de las elecciones basándose en las proyecciones de que Feijoo ganaría.
Sánchez ha irritado a los ejecutivos con impuestos extraordinarios sobre bancos y compañías energéticas y ataques personales al presidente de Ferrovial SA, Rafael Del Pino, por la decisión de la empresa de trasladar su domicilio y cotización a Ámsterdam.
El impactante resultado reivindica la decisión de alto riesgo de Sánchez de convocar elecciones anticipadas después de que los votantes dieron una patada a su partido en las elecciones regionales de mayo.
Sánchez ha visto cómo la economía se recupera de la pandemia y el empleo alcanza un récord. Pero el aumento de los precios en los últimos dos años ha dejado a los españoles con una de las caídas más pronunciadas de los ingresos reales en Europa y algunas personas tienen dificultades para pagar sus hipotecas a medida que aumentan las tasas del mercado. El primer ministro prometió alivio a los titulares de hipotecas mediante la concesión de préstamos hipotecarios para reducir los pagos mensuales.
Con la asistencia de Macarena Muñoz y Matthew Burgess.
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