Buenos Aires — El Gobierno de Javier Milei se ha alineado con los Estados Unidos, mientras que Donald Trump ha definido a Latinoamérica como una región prioritaria en su nueva Estrategia de Seguridad Nacional. Aún así, cada vez son más las empresas chinas que llegan a la Argentina mientras crecen las importaciones de productos fabricados en el gigante asiático, en un fenómeno que genera preocupación en una industria nacional que sigue un 10% por debajo de niveles del 2023, según la Unión Industrial Argentina.
“No creo que deban hacer muchos negocios con China, pueden hacer algunos negocios, pero ciertamente no deberían hacer nada relacionado con lo militar con China. Me molestaría mucho eso”, le dijo Trump a Milei el 14 de octubre en una reunión bilateral en la Casa Blanca. Fue a menos de dos semanas de las elecciones de medio término en Argentina, donde el apoyo financiero estadounidense resultó crucial para contener una corrida contra el peso.
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Ese respaldo consistió en un acuerdo de swap de divisas por hasta US$20.000 millones. El Tesoro estadounidense se hizo de pesos argentinos antes de las elecciones para frenar la presión vendedora sobre la moneda argentina.
La advertencia de Trump sobre lo militar no es casual: en Bajada del Agrio, Neuquén, opera desde 2017 una Estación de Espacio Lejano china cedida por 50 años para apoyo a misiones de exploración espacial. La base cuenta con una antena parabólica gigante y acceso restringido, lo que ha alimentado especulaciones sobre un posible uso militar y debates sobre soberanía, a pesar de que China y Argentina afirman que su fin es exclusivamente científico.
“Hay que nivelar la cancha y avanzar en una apertura inteligente”, le dijo este jueves Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint, a la senadora nacional Patricia Bullrich. La legisladora oficialista contestó que revisarán esta cuestión.
Argentina importa más desde China que desde cualquier otro país y el déficit bilateral alcanzó los US$7.266 millones entre enero y octubre. El gigante asiático representó el 23,1% de las importaciones totales, con un aumento del 61,3% interanual.
A eso se suman anuncios de empresas que aparecen en el mercado argentino, como el regreso de los celulares de Huawei tras seis años de ausencia, o la llegada de los autos eléctricos de BYD y Geely, mientras que la presencia de Tesla es casi nula. Esta situación, además de encender alarmas en los sectores productivos argentinos, es observada de cerca por el Gobierno norteamericano.
Un informe del banco Bradesco señaló “las tensiones geopolíticas por el estrechamiento de los lazos de Argentina con China”. El gigante asiático ha sostenido una política de inversiones en el país apostando a los recursos estratégicos, como el litio, pero ahora apuesta a estar visible en la mayor cantidad de mercados posibles.
Shein, Temu y los textiles
El rubro textil fue de los principales afectados por este fenómeno. Las importaciones con origen chino aumentaron 109% entre enero y octubre de 2025 en comparación con el mismo período de 2024.
La participación de China en las importaciones de este rubro creció al 70% desde el 63% del año pasado, y Argentina acumula un déficit comercial de US$696 millones en el sector. Los productos que más aumentaron son los de indumentaria (192%) y confecciones (201%).
Semanas atrás, el presidente de Mercado Libre, Juan Martín de la Serna, manifestó su malestar por el éxito de las plataformas de comercio electrónico chinas Shein y Temu. “Cuando uno abre indiscriminadamente que un asiático o un chino te mande un producto en barco que tarda 25 días, después no lo podés devolver. Le das trabajo a las empresas chinas, no a los argentinos”, señaló.
“Incluso es difícil cobrarles impuestos, cosa que sí ocurre con Mercado Libre. Es importante que los países regulen de alguna manera”, agregó De la Serna.
El fundador de la compañía, Marcos Galperín, dijo a Bloomberg días atrás: “Se podría argumentar que es injusto para el gran minorista que declara y paga impuestos. Pero no nos corresponde a nosotros presionar a los gobiernos para lograrlo".
La fundación Protejer aseguró que “la desregulación del régimen courier, la flexibilización aduanera y la falta de controles sobre plataformas digitales abrieron una puerta que China aprovechó como ningún otro país”. Según datos de la fundación, “China no solo domina más del 70% del mercado textil importado, sino que también está desplazando la producción nacional y el trabajo argentino”.

Impacto en las industrias pesadas
La preocupación de Rocca, productor de acero, tubos sin costura y caños, se repite en toda la cadena de valor de la industria petrolera. Martín Beraldi, CEO de Ternium, hizo foco en un cambio de política de China que impactó de manera radical en el comercio mundial, al destacar que el superávit del gigante asiático con el mundo se triplicó en siete años.
Un reflejo de ese aumento está en los autos: las exportaciones de vehículos de China pasaron de casi un millón en 2020 a 6,696 millones en 2025. Brasil es el único país de Latinoamérica que sostuvo un superávit comercial con China, no así México y Argentina.
Beraldi señaló que el consumo de acero en China cayó en los últimos años, mientras que creció la exportación de este recurso, como respuesta a una menor actividad de vivienda en el país asiático. “El 20% del acero que se consume en Latinoamérica proviene de China, o sea que la región está sufriendo el aumento de las importaciones y se está primarizando”, explicó.
Este escenario no lo sufren solo los gigantes, sino que impacta principalmente en las pequeñas y medianas empresas. Un caso testigo es el de Valmec, empresa argentina con 48 años de historia que fabrica y comercializa válvulas, accesorios y equipos para el control de fluidos en Vaca Muerta y el sector petrolero.
“Preocupa la decisión de las operadoras más importantes de Argentina en no acompañar el desarrollo energético con valor agregado argentino al incorporar muchos productos y bienes de consumos importados”, le dijo Leandro Tercic, director general de la compañía, a Bloomberg Línea.
“Estamos expuestos a un nivel de competitividad muy negativo, con un tipo de cambio bajo, sin impuesto país, sin aranceles a productos chinos, no hay ninguna defensa hacia las empresas manufactureras en general, es un sálvense quien pueda”, graficó con malestar el empresario. En la fábrica en Tortuguitas trabajan 120 empleados y proveen a las principales compañías del sector petrolero.

Mirada de las especialistas
Mariángel Ghilardi, responsable de análisis sectorial de Abeceb, explicó a Bloomberg Línea que el temor a China “es algo que ve el mundo entero”. “China implica una amenaza por los volúmenes y costos, que resultan difícil para competir”, afirmó.
El impacto se siente más en un país que arrastraba años de una economía cerrada. Los niveles actuales de importación aún están por debajo de vecinos como Uruguay y Paraguay, según Ghilardi.
“En 2025 vemos números altos de crecimiento de las importaciones, que pueden alarmar, pero venimos del subsuelo”, aseguró.
Para Constanza Mazzina, politóloga y directora de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad del CEMA, “hay una decisión estratégica que no se está tomando”. “Una cosa es beneficiar al consumidor en segmentos como el textil, que cubren necesidades de un mercado argentino que estuvo sobreprotegido durante décadas, pero en industrias estratégicas deberías tomar una decisión”, explicó.
La especialista señala que la decisión de Trump de apostar por Argentina y la región es una búsqueda de recuperar iniciativa y una respuesta a lo que fue China en los últimos 15 años. “Pasan los gobiernos y la política con China no ha cambiado, pero sí ha cambiado la política con Estados Unidos”, concluyó Mazzina.









