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Bloomberg — La economía argentina se estancó después de que el tipo de cambio oficial fuera devaluado en agosto, lo que ilustra el desafío que tiene por delante el presidente electo, Javier Milei, cuando asuma el cargo el próximo mes.
La actividad económica se mantuvo sin cambios en septiembre respecto al mes anterior, según datos del Gobierno publicados el miércoles, lo que contrasta con la caída del 0,5% prevista por los economistas. Respecto a igual mes del año anterior, la actividad cayó un 0,7%, en línea con las expectativas.
La sorpresiva victoria de Milei en las elecciones primarias de agosto llevó al actual Gobierno peronista a devaluar la moneda oficial en un 18% y subir la tasa de interés en 21 puntos porcentuales. La devaluación tuvo un fuerte impacto en los precios ese mes y en septiembre, cuando la inflación mensual alcanzó el 12,7%, un nivel no visto desde que Argentina salía de la hiperinflación a principios de la década de 1990.
El libertario, que obtuvo una aplastante victoria en la segunda vuelta electoral del domingo, heredará una economía que se precipita hacia su sexta recesión en una década y un aumento anual de los precios al consumidor que supera el 143%.
El PIB de Argentina cayó un 2,8% en el segundo trimestre, el mayor descenso desde el peor momento de la pandemia a principios de 2020. Una sequía histórica que acabó con US$20.000 millones en exportaciones agrícolas y aceleró la inflación de los alimentos tuvo un fuerte impacto en la economía. Los economistas encuestados por el Banco Central prevén que la producción disminuya un 2% este año y vuelva a contraerse en 2024.
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