¿Cómo fue la reunión de Ricardo Roa con la Junta de Ecopetrol sobre PDVSA?

Aunque causó sorpresa en la Junta el anuncio de búsqueda de alianzas, hubo buen ambiente tras entrar en detalles de cómo sería el acuerdo con la empresa venezolana

Ecopetrol Chief Executive Officer Ricardo Roa Interview
23 de noviembre, 2023 | 12:00 AM

Bogotá — La visita de Gustavo Petro a Venezuela el fin de semana sorprendió a todos, incluso a la Junta Directiva de Ecopetrol que se enteró de los planes del presidente a través de los medios de comunicación.

Dos fuentes cercanas a la Junta de la petrolera colombiana le contaron a Bloomberg Línea que al inicio hubo algo de malestar al interior del órgano asesor por no haber sido informados de los planes, sin embargo, tras una extensa reunión con el presidente de la empresa, Ricardo Roa, los directivos quedaron mucho más conformes e, incluso, hoy ven con buenos ojos la importación de gas desde el país vecino.

Un conocedor de los detalles de la reunión, dijo que está claro que Colombia en el corto plazo tiene, sí o sí, que importar gas, es decir, durante los 2 o 3 años siguientes, a pesar de que a futuro hay gas suficiente, incluso, para ser un país exportador.

No obstante, asegura que esa posibilidad de pasar de importadores a exportadores de gas dependerá de adelantar las labores de exploración para sacar dicho gas.

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Los directivos de Ecopetrol acordaron al término de la reunión en que la empresa buscará dos consultores independientes, el primero, para evaluar diferentes alternativas de compra de gas, entre ellas la planteada por PDVSA, y un segundo, que permita evaluar una asociación de largo plazo con la empresa venezolana u otras compañías con interés de ejecutar operaciones en el vecino país.

Una de las conclusiones de la Junta tras el encuentro con Roa es que la importación de gas desde Venezuela hoy luce como la mejor alternativa por costo beneficio y teniendo en cuenta los actuales precios del gas en el mercado internacional.

Luz Stella Murgas, presidente de Naturgas, sostuvo que “Colombia necesita construir un Plan Integral de Seguridad Energética (PISE), como lo hemos denominado desde Naturgas, que le dé prioridad y agilidad a la exploración y desarrollo de los descubrimientos para garantizar el abastecimiento, incluso en momentos críticos de contingencias o fenómenos de la naturaleza, que pongan en riesgo la seguridad energética que hemos mantenido por décadas. En este contexto, será necesario, además, contemplar todas las opciones viables de fuentes de suministro de gas natural externas sin generar dependencia de las mismas, esto es opciones de interconexión regional, infraestructura de regasificación, entre otras”.

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Además, la presidente del gremio sostiene que “Colombia no puede renunciar a mantener y fortalecer su soberanía energética. Los descubrimientos de gas natural costa afuera ratifican que Colombia tiene gas natural para ser autosuficiente, de ahí la importancia de trabajar de manera articulada para que las licencias, consultas previas, e inversiones se den oportunamente con el fin de acelerar e incrementar la exploración y producción en el país”.

Por otro lado, Juan Ricardo Ortega, presidente de Grupo Energía Bogotá aseguró que la alternativa de importar gas desde Venezuela puede ser una jugada muy estratégica y muy bien pensada.

Habló con Bloomberg Línea y sostuvo que “más barato sin lugar a dudas va a ser. Hoy el que está llegando está entre US$17 y US$20 el millón de BTU y Venezuela está quemando mucho de ese gas porque no le tiene un uso a ese gas, no tiene una planta de licuefacción como la que hizo Perú para poder exportar gas licuado, que para eso se requiere bajar la temperatura como a 170 y eso requiere una inversión de US$4.500 millones y unos 4 o 5 años, es como hacer un Reficar y Venezuela está lejos de poder exportar gas al mercado internacional, en cambio Colombia está a la vuelta de la esquina”.

Explica que el obstáculo para hacerlo es el “estado del tubo”, refiriéndose al gasoducto Antonio Ricaurte, “la última exportación que les hicimos fue en 2015 y desde ahí no se ha hecho mantenimiento. Eso es acero debajo de mar salado y PDVSA no ha hecho mantenimiento así que puede que toque reemplazarlo”.

En cálculos de Ortega la reparación del tubo puede costar unos US$50 millones o hasta US$60 millones, pero aclara que depende de qué tanto haya para reparar, sin embargo, considera que la alternativa que se evalúa es “profundamente estratégica”.