Ciudad de México — Repartidores de Gas Licuado de Petróleo (GLP), el principal energético de uso doméstico, detonaron paros en el Valle de México ante los topes de precio ordenadas por la Secretaría de Energía (Sener) y aprobados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) el 29 de julio.
El denominado Gremio Gasero Nacional pidió a los integrantes en un comunicado “no salir a laborar” en Ciudad de México y Estado de México, los principales mercados de consumo, durante el martes 3 de agosto de 2021.
“No se cuenta con las condiciones operativas necesarias ante esta directriz de emergencia”, precisó el grupo que aglutina a agrupaciones de la Zona Metropolitana.
Pero la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas), la cual integra a 400 empresas, advirtió que un grupo de “comisionistas independientes” detrás del paro carecen de permisos de distribución.
“Están bloqueando las plantas, impidiendo que salgamos a trabajar y suministrar los hogares y comercios que requieren gas”, detalló el grupo empresarial en un mensaje desde su cuenta de Twitter.
La Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADG) también se deslindó de los paros laborales y denunció violencia física por parte de grupos comisionistas como medidas de presión.
“Estos comisionistas nos han cerrado varias plantas de distribución y no dejan que operen autotanques, camiones cilindreros ni estaciones de carburación, además de que han destruido vehículos, han golpeado a nuestros empleados”, señaló el grupo empresarial.
Al menos 8.000 pipas detuvieron sus servicios por la falta de condiciones que permitan obtener ganancias operativas, informó la prensa local.
El paro se extenderá a otras entidades como Tlaxcala, Veracruz, Puebla e Hidalgo.
Un repartidor comentó vía telefónica a Bloomberg Línea que su agrupación tiene la orden de no salir a repartir y que sus compañeros estaban estacionados hasta recibir nuevas instrucciones. “Esperamos que entre hoy y mañana se levante el paro”, agregó.
La Unión de Gaseros del Valle de México detuvo sus operaciones ante los topes de precio ordenadas por la Secretaría de Energía (Sener) y aprobados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el 30 de julio.
Las autoridades energéticas justificaron la medida ante la escalada de precios y la presiones a la inflación que provocaron desde el primer trimestre de este año.
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Con el tope máximo, el precio promedio se ubicó en 12,21 pesos por litro o 22,61 pesos por kilogramo, 9,6% por debajo del último precio promedio que reportaron los distribuidores a la CRE el 30 de junio, de acuerdo con un reporte de la proveedora de datos energéticos, Argus.
Bloomberg Línea consultó a la Secretaría de Energía y a la Comisión Reguladora de Energía sobre la situación, pero no obtuvo respuesta inmediata.
Esta historia fue actualizada a las 17:16 horas con la denuncia de ADG sobre ataques a sus empleados.
