Bloomberg — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió el viernes que su plan económico no será aprobado por el Congreso con US$3,5 billones en nuevos gastos a lo largo de una década, el nivel que buscan los liberales, pero volvió a declarar que la legislación se convertirá en ley.
“Estoy convencido de que vamos a conseguirlo”, dijo en una guardería de Hartford (Connecticut). “No vamos a conseguir US$3,5 billones. Conseguiremos menos que eso. Pero lo vamos a conseguir y volveremos por el resto”.
Las disputas entre las facciones progresistas y centristas de los demócratas en el Congreso han ralentizado el avance del plan, que combinaría un paquete de aumentos de impuestos y gastos en educación, cuidado de niños y ancianos, clima y otras medidas con el proyecto de ley bipartidista de obras públicas de US$550.000 millones aprobado por el Senado.
La Casa Blanca y los líderes demócratas del Congreso están discutiendo cómo reducir la medida de mayor envergadura y de gasto social para ganar los votos de dos demócratas del Senado que se resisten, Kyrsten Sinema, de Arizona, y Joe Manchin, de Virginia Occidental.
Manchin ha dicho que él quiere un tope de no más de US$1,5 billones en 10 años para la legislación, aunque Biden ha dicho que cree que se podría llegar a un compromiso en torno a los US$2 billones.
Los progresistas de la Cámara de Representantes han prometido bloquear el proyecto de ley de infraestructuras hasta que Manchin y Sinema se comprometan a apoyar una versión de la medida más amplia, que llevaría a la ley muchas de sus prioridades.
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“No se trata de izquierda contra derecha, no se trata de moderados contra progresistas, ni de nada que enfrente a un estadounidense contra otro”, dijo Biden. “Estos proyectos de ley, en mi opinión, tratan literalmente sobre la competitividad frente a la complacencia, sobre la oportunidad frente a la decadencia, sobre liderar el mundo o seguir dejando que el mundo pase por delante de nosotros”.
Biden dijo que las guarderías en Connecticut cuestan unos US$16.000 al año en promedio y que su plan limitaría la factura a no más de 7% de los ingresos para las familias de clase media.
