“We proudly serve”, es la frase que acompaña al famoso logo verde y blanco de la estadounidense Starbucks, en un nuevo local instalado en la avenida principal de Las Mercedes, en Caracas. En redes sociales, los venezolanos se debaten entre la ironía detrás de la supuesta llegada de la compañía de comercialización de café más grande del mundo a un país en crisis y una supuesta apertura económica, teoría que va cobrando impulso en los últimos meses.
El escándalo del primer Starbucks en Venezuela con la publicación de la primera imagen, aunque sin el nombre oficial, fue desmantelado poco a poco por quienes en Lechería y Valencia se habían topado con establecimientos similares. “Se trata de un convenio para servir los productos básicos de la empresa, más nada”, decía un usuario en Twitter para intentar acallar los rumores.
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Sobre esa licencia autorizada para comercializar los productos se tenía poca información hasta que Nestlé, que llegó a un acuerdo con Starbucks para vender cafés y tés de la cadena fuera de estos locales bajo el programa We Proudly Serve, se pronunció al respecto desde su seccional en Venezuela.
“Ante las recientes menciones de la supuesta relación de Nestlé Venezuela con la inauguración de un local de bebidas que hace uso de la marca de café Starbucks, la empresa informa al público en general que Nestlé Venezuela no ha sido contactada ni está involucrada en la comercialización de estos productos en el país”, destacaron en su comunicado oficial.
Un día después del pronunciamiento de Nestlé, la cafetería Starbucks también hizo una aclaratoria al respecto. “Podemos confirmar que no tenemos el programa de café We Proudly Serve Starbucks® en Venezuela en este momento, y que Nestlé es el distribuidor exclusivo de Starbucks de este programa. Para obtener información adicional, visite: Nestlé informa sobre su portafolio de marcas y productos en Venezuela”, expresó la compañía en su portal oficial.
Con esta desvinculación, se consideraría la instalación de este comercio como una ilegalidad, en el marco de sanciones económicas que además impiden a algunas empresas establecer negocios en el país suramericano, a raíz de las acusaciones de corrupción contra la administración de Nicolás Maduro por parte de Estados Unidos.
La llegada de Starbucks, o en su defecto, lo que se creía era un agente autorizado para su comercialización, se da en medio de otras apariciones extraordinarias en el país, como una tienda de Amazon Depot en pleno centro de la ciudad capital, a pocas cuadras del Parlamento Nacional, un local de Costco en Lechería o la inauguración de decenas de medianos y grandes bodegones en todo el territorio con artículos importados desde Turquía o Irán.
Las múltiples realidades sociales y económicas en Venezuela han generado la discusión sobre lo que termina siendo real o ficticio para sus habitantes. Si bien una parte de la población ha logrado percibir un cambio o mejora leve en su poder adquisitivo, la gran mayoría sigue atravesando un periplo para sobrevivir con salarios precarios.
