Bogotá — Este sábado fue entregada la obra del nuevo Muelle de Puerto Colombia, en Atlántico, una infraestructura que se espera contribuya a la reactivación económica de los habitantes de la región y a posicionar a este municipio como un destino turístico de talla mundial en el Caribe.
Minutos antes de la entrega del Muelle, el presidente de Colombia, Iván Duque, declaró a los medios de comunicación que “recrear esta infraestructura, devolverle a Puerto Colombia su sello turístico y característico, y su impronta en la historia de Colombia, es una forma de traer turismo y generar pertenencia”.
“Hay que venir a Colombia a conocer este bello país y sobre todo conocer esta plaza cultural, que será un entorno de Economía Naranja, como lo concebimos desde el primer momento”, agregó el mandatario.
Y recordó que por este sitio entraron al país el progreso y la inmigración que transformó a Colombia. “Todo el que venga a Barranquilla debe venir a Puerto Colombia”, puntualizó.
En este proyecto se invirtieron recursos por un total de $19.600 millones. A través del Ministerio de Comercio y FONTUR, realizó una inversión de $5.000 millones, a la cual se sumaron recursos del Ministerio de Cultura por $1.500 millones.
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En contrapartida, el departamento del Atlántico aportó $12.174 millones y el diseño del Muelle por $860.920.000. Por su parte, la Alcaldía del municipio de Puerto Colombia realizó una inversión de $100 millones para la socialización, implementación de vallas, seguridad vial y gestión del riesgo.
El trabajo entre el Gobierno Nacional y las autoridades locales fue vital para llevar a cabo la reconstrucción de los 200 metros de este muelle, que se integra con la Plaza del Inmigrante, entregada por la Gobernación del Atlántico, convirtiéndose en un complejo turístico que se espera traiga beneficios a la comunidad de Puerto Colombia y a toda la cadena de valor del sector turismo.
El Muelle de Puerto Colombia fue uno de los puntos de llegada de los inmigrantes que ingresaron al país y contribuyeron al desarrollo económico y social de la región.
Ahora, con el proceso de renovación, esta obra ayudará con el posicionamiento del municipio como un destino turístico competitivo y sostenible en el Caribe.
En qué consiste la obra
Tras presentar varios episodios de deterioro en su estructura por factores naturales, en 2016 comenzó el proceso para intervenir esta obra. El 5 de julio de 2019, la empresa colombo francesa Soletanche Bachy Cimas inició la demolición completa del muelle, considerado uno de los más largos del mundo en su época y que fue anfitrión del progreso del país a comienzos del siglo XX.
La nueva superestructura, de 200 metros lineales, está conformada por una plataforma de 4,45 metros de ancho, soportada sobre pilotes metálicos hincados.
Adicionalmente, cuenta con la instalación de barandas de protección e iluminación sobre toda la plataforma. Durante su ejecución, el proyecto generó más 200 empleos directos y 35 indirectos, beneficiando la economía del municipio y el departamento.
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El Muelle se posiciona como el punto central donde se desarrollan diferentes actividades relacionadas con el turismo, convirtiéndose de esta manera en un atractivo importante para propios y visitantes que lo frecuentan para disfrutarlo junto a las playas del Caribe Colombiano.
Un bien de gran valor histórico
Este muelle fue construido entre 1888 y 1923, y por allí entró el progreso económico y la migración que trajo al país una gran diversidad y riqueza cultural y social, como lo han confirmado distintos historiadores.
Es considerada una de las obras de ingeniería más importantes del país y su construcción estuvo a cargo de ‘The Barranquilla Railway and Pier Company Limited’, bajo la dirección de Francisco Javier Cisneros.
Inaugurado en 1893, su estructura incluía madera inmunizada fundada en una infraestructura de pilotes y parrilla de acero y posteriormente fue recubierto en concreto. Por entonces, fue catalogado como el tercero de mayor extensión en el mundo, hasta que se ordenó su cierre como muelle en 1943.
Cuenta con elementos estructurales clásicos de las construcciones marítimas de comienzos del siglo XX, tales como pilotes, tirantes y vigas de amarre que soportan la plataforma propiamente dicha, de cuyo diseño estructural son destacables su horizontalidad y transparencia, así como su configuración funcional en tres partes visibles: cabeza, nuca y viaducto.
Como elemento arquitectónico a conservar se encuentra la caseta que albergó la sala de espera de pasajeros y dependencias administrativas.
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Además, está calificado como la puerta de entrada marítima (inmigrantes y mercancía) que permitió el ingreso de la modernidad a Colombia.
A partir de su construcción, se generó el centro urbano de Puerto Colombia y se aceleró la dinámica urbana de Barranquilla en la segunda década del siglo XX.
Por eso, mediante la Resolución No 0799 de 1998, fue declarado como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional (BICN).
