Bolsonaro no tiene intención de acortar su estancia en Florida

Bolsonaro, estrecho aliado de Donald Trump, se trasladó a Orlando dos días antes de la toma de posesión de Lula, el 1 de enero

Jair Bolsonaro sale después de hablar durante una conferencia de prensa en el Palacio de Alvorada en Brasilia, Brasil, el martes 1 de noviembre de 2022.
Por Daniel Carvalho - Simone Iglesias - Jennifer Jacobs
30 de enero, 2023 | 09:05 PM

Bloomberg — El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro no tiene prisa por abandonar Florida, lo que incomoda profundamente a la Casa Blanca, que se prepara para recibir a su sucesor y acérrimo rival el mes que viene.

En su país, Bolsonaro está siendo investigado en múltiples frentes, incluida su presunta implicación en los disturbios del 8 de enero protagonizados por partidarios que se negaron a aceptar su derrota en las elecciones del pasado otoño frente a Luiz Inácio Lula da Silva. Su permanencia en Estados Unidos ya era incómoda, pero había indicado que acortaría sus vacaciones y se marcharía a finales de enero.

En su lugar, ha solicitado un visado de visitante de seis meses, según una persona familiarizada con el asunto. Esto aumentará la incomodidad diplomática para la administración Biden. Bolsonaro, estrecho aliado de Donald Trump, se trasladó a Orlando dos días antes de la toma de posesión de Lula, el 1 de enero.

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Felipe Alexandre, un abogado que dice estar representando a Bolsonaro en el cambio de estatus de visado, dijo en una entrevista por vídeo que su oficina fue contactada primero por un asesor del ex presidente, pero luego tuvo una reunión cara a cara con el propio Bolsonaro.

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La noticia de la solicitud de visado provocó discusiones internas en la administración Biden sobre cómo manejar la situación, dijo una persona familiarizada con el asunto. No se ha tomado ninguna decisión.

El ex presidente había estado viajando con un visado diplomático que expiró cuando dejó el cargo, dejándole un plazo de 30 días para solicitar otro tipo de visado que le permitiera quedarse.

No sólo tiene intención de quedarse en el condominio que ha ocupado en la zona de Orlando, sino que también se espera que participe en un acto -de 50 dólares por cabeza- preparado en su honor por la diáspora brasileña.

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Según Alexandre, el gobierno estadounidense recibió la solicitud para cambiar el estatus del visado de diplomático a visitante el 27 de enero. “Hicimos un cambio a la visa de turista, para que él pueda quedarse aquí, disfrutar un poco de su tiempo, respirar, ver cuáles son sus próximos planes”.

Dijo que no veía motivos para la extradición o deportación de Bolsonaro y que es aconsejable que el expresidente no salga del país mientras espera la visa. “Tiene que tener cuidado de no hacer nada que pueda ser interpretado como trabajo remunerado en EE.UU.”, añadió Alexandre.

EE UU informó a las autoridades brasileñas de la petición de Bolsonaro, según otra persona familiarizada con el asunto.

Al menos 30.000 brasileños se han establecido en Orlando, según estimaciones de la ciudad, y cientos de miles vienen como turistas cada año. Los votantes brasileños en Florida votaron a Bolsonaro por un margen de 4 a 1, en marcado contraste con su estrecha derrota ante Lula en su país, según los resultados oficiales de las elecciones brasileñas.

Durante el fin de semana, su hijo mayor, Flavio Bolsonaro, dijo a la prensa que su padre no tiene una fecha límite para regresar a Brasil y descartó la idea de una extradición por parte de Estados Unidos.

“La extrema izquierda en EE.UU. juega el papel de la extrema izquierda aquí”, dijo. “Creo que EE UU es un país serio que no hará nada ilegal”.

Flavio Bolsonaro y el abogado de su padre en Brasil no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.

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El paradero de Bolsonaro es un problema tanto para EE UU como para el nuevo Gobierno brasileño.

El juez del Tribunal Supremo que dirige el caso podría ordenar su regreso, pero el Gobierno de Lula sería cauteloso a la hora de convertir a Bolsonaro en un mártir político tras su ajustada derrota en la segunda vuelta de octubre.

La presencia de Bolsonaro en EE.UU. también se cierne sobre la visita de Lula a la Casa Blanca, prevista para principios de febrero. Biden se ha movilizado rápidamente para reconstruir las relaciones con Brasil tras la llegada al poder del presidente izquierdista, buscando compromisos en temas que van desde el medio ambiente a la energía verde.

Dos asesores cercanos a Lula, que pidieron no ser identificados al discutir deliberaciones privadas, dijeron que el presidente no quiere gastar energía pensando en Bolsonaro. Uno de ellos reconoció que los asesores de Lula están divididos sobre la mejor manera de manejar la cuestión.

El Departamento de Estado declinó hacer comentarios el lunes. A principios de enero, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que los funcionarios del gobierno en los EE.UU. que ya no están haciendo “negocios oficiales” tienen 30 días para solicitar cambiar su estatus migratorio.