Bloomberg Línea — El fondo británico Ashmore considera que el entorno macroeconómico global favorecerá una expansión prolongada de los activos de mercados emergentes en 2026, especialmente en América Latina.
Ver más: ¿Bajará el precio del petróleo en 2026? El efecto de Brasil, Guyana y Argentina, según BofA
A pesar del endurecimiento arancelario de Estados Unidos durante 2025 y la volatilidad generada en los mercados, el informe señala que la región ha mostrado un desempeño destacado, tanto en renta fija como en renta variable.
Los recortes de tasas por parte de la Reserva Federal, combinados con un dólar más débil, han brindado condiciones financieras más laxas para las economías con tipos reales altos.
Ashmore considera que este entorno se mantendrá y permitirá sostener el crecimiento en países clave como Brasil, México, Chile y Colombia. La fortaleza institucional, el avance de reformas estructurales y la resiliencia de las cadenas de suministro globales completan el diagnóstico.

“En América Latina, la transición económica de izquierda a derecha traerá consigo políticas económicas liberales, lo que posiblemente conduzca a una mejora en el debilitado sentimiento inversor”, dice en su informe sobre las proyecciones de 2026.
Según el fondo, el efecto de la inteligencia artificial en los mercados será deflacionario en 2026, lo que ofrecerá más espacio para el relajamiento monetario y para flujos hacia economías emergentes con valoraciones atractivas.
Ashmore también afirma que la narrativa de devaluación de monedas emergentes está “exagerada”, en un contexto donde los bancos centrales todavía operan con tasas reales positivas.
→ Suscríbete al newsletter Línea de Mercado, una selección de Bloomberg Línea con las noticias bursátiles más destacadas del día.
Rally de activos latinoamericanos
Ashmore destaca que América Latina ha liderado los retornos en mercados emergentes en 2025, especialmente en los países que habían sido más castigados por el ciclo anterior.
Colombia, Chile y Perú se ubican entre los mercados con mejor desempeño del año, con retornos de 108%, 58% y 51% respectivamente. En Brasil y México, que representan cerca del 80% de la capitalización bursátil del índice MSCI LatAm, también se han registrado ganancias del 48% y 49% respectivamente, en términos de rentabilidad total.
El informe anticipa una nueva etapa para las acciones latinoamericanas en 2026, apoyada en una combinación de expansión del múltiplo, mejora de las expectativas de ganancias y flujos de capital renovados.

“Incluso, después de registrar rentabilidades muy sólidas en 2025, Latinoamérica es quizás la región donde aún vemos el mayor potencial alcista para el rendimiento superior de la renta variable en los mercados emergentes en 2026”, según Ashmore.
La gestora considera que el cambio político en curso será un elemento decisivo para reducir las primas de riesgo. El informe apunta a que “la actual ‘ola azul’ en la política implica una gran probabilidad de que la mayoría de las principales economías sudamericanas se encuentren bajo administraciones promercado para finales de 2026”, según el banco.
En el caso de Brasil, se proyecta un crecimiento sostenido del PIB, apoyado en la consolidación fiscal y una reducción del impuesto sobre la renta, mientras que la inflación esperada ha caído al 3,5% para 2026.
En México, la renovación del T-MEC prevista para mediados de 2026 y la estabilidad política bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum crean un marco favorable para los flujos de inversión.
El índice MSCI de América Latina ha subido de un múltiplo P/E de 9,5x en 2024 a 10,5x en 2025, aunque sigue cotizando con un descuento cercano al 50% respecto al S&P 500.
Los analistas también destacan que el índice de América Latina ofrece una rentabilidad por dividendo del 5%, frente al 1,2% del S&P 500. Esta diferencia proporciona un colchón de retorno incluso en escenarios más volátiles.

En términos de divisas, el índice MSCI EM FX ha subido 6% frente al dólar este año, con un componente relevante atribuido a monedas latinoamericanas como el real brasileño y el peso mexicano.
Entre desinflación global y un dólar débil
El análisis de Ashmore sitúa la desinflación impulsada por la inteligencia artificial y la deflación exportada desde China como factores claves que sostendrán el apetito por activos de riesgo en 2026. “Consideramos que el efecto principal de la IA será desinflacionario, o directamente deflacionario, en 2026”, según los analistas.
El informe enfatiza que la pérdida de empleos neta derivada del ciclo de automatización, junto con el débil crecimiento del consumo en Estados Unidos, mantendrán las presiones inflacionarias bajo control. “El principal canal de esto será a través de los mercados laborales”, según Ashmore.
Ver más: Standard Chartered apuesta por acciones, oro y bonos de mercados emergentes para 2026
En paralelo, la política de desarrollo orientada a las exportaciones por parte de China continuará generando flujos deflacionarios hacia el resto del mundo. “La apuesta de China por su modelo de desarrollo basado en las exportaciones seguirá generando oleadas de impulso deflacionario en el mundo”, según el banco.
La consecuencia directa sería una política monetaria más flexible tanto en países desarrollados como emergentes. Ashmore proyecta una continuación de los recortes de tasas por parte de la Reserva Federal y un dólar estructuralmente más débil. En este escenario, “la moneda local de mercados emergentes tiene el potencial de generar otro año de rentabilidades de dos dígitos”, según los analistas.
Ashmore también descarta la narrativa de que los actuales niveles de déficit y deuda en países desarrollados vayan a provocar un episodio de devaluación generalizada. “Consideramos que esta narrativa es obsoleta y no está firmemente corroborada por los datos actuales ni por las olas deflacionarias de la IA”, según el informe.

En términos de flujos, el informe destaca que la deuda en moneda local de mercados emergentes ha superado al agregado global en más de 20% en los últimos tres años.
A pesar de este rendimiento, las entradas netas apenas comienzan a repuntar. En lo que va de 2025, se han reportado entradas por US$8.300 millones en deuda emergente ex-China, lo que representa solo el 1,8% del valor liquidativo, tras salidas acumuladas de más de US$45.000 millones en 2023 y 2024.
Ashmore considera que esta etapa inicial de reequilibrio podría profundizarse en 2026 si se mantiene el entorno de tipos reales elevados, dólar débil y baja inflación global.









