Bloomberg — China pidió un nuevo modelo para su compromiso con EE.UU., buscando cimentar un reciente deshielo con la administración Trump mientras refuerza su línea roja sobre Taiwán.
“Promoveremos el desarrollo sano, estable y sostenible de las relaciones entre China y EE.UU.”, dijo el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, en un discurso pronunciado el martes en un simposio sobre relaciones exteriores. Añadió que China seguirá comprometida con EE.UU. sobre la base del respeto mutuo, pero que no “cederá ni un ápice” en los intereses fundamentales.
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El máximo diplomático chino propuso específicamente “un nuevo paradigma de interacción positiva” con Washington, aunque reiteró la oposición de Pekín a la venta de armas estadounidenses a Taiwán. Wang también repitió la postura que el Partido Comunista en el poder mantiene desde hace décadas de que la “reunificación de Taiwán” es una misión que debe lograrse.
Las declaraciones de Wang se producen mientras China lleva a cabo esta semana uno de sus simulacros de fuego real más amplios en torno a la isla, pocos días después de que Washington anunciara uno de sus mayores paquetes de armas para la democracia autogobernada.
A pesar del apoyo militar a Taipei, la administración Trump parece decidida a mantener las relaciones con Pekín. Preguntado por las maniobras en torno a Taiwán, el presidente estadounidense, Donald Trump, alabó sus lazos con el presidente chino, Xi Jinping.
“Tengo una gran relación con el presidente Xi y él no me ha dicho nada al respecto”, dijo Trump a los periodistas en una rueda de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. “Ciertamente lo he visto, pero él no me ha dicho nada al respecto. Y no creo que vaya a hacerlo”, dijo Trump sin dar más detalles.
Los llamamientos de Pekín a unos lazos más estables con EE.UU. se basan en la tregua comercial de un año alcanzada con Washington en Busan, Corea del Sur, en octubre. El acuerdo ha ayudado a estabilizar las relaciones entre las dos mayores economías del mundo, aunque en general se considera un movimiento táctico de ambas partes para ganar tiempo y reducir la dependencia mutua en áreas estratégicas, más que una resolución de las diferencias fundamentales.
Bajo el acuerdo actual, Trump ha asegurado la reanudación de las ventas de soja y de los flujos de tierras raras, abordando vulnerabilidades políticas y económicas clave. También se ha avanzado hacia un acuerdo para vender las operaciones estadounidenses de TikTok, de ByteDance Ltd.
China, a su vez, parece haber ganado concesiones significativas en el frente tecnológico, con la administración Trump permitiendo a Nvidia Corp. (NVDA), AMD y otras firmas estadounidenses reanudar sus ventas a clientes chinos.
Se espera que el impulso diplomático se mantenga hasta 2026, con la visita programada de Trump a China en abril y una visita recíproca de Xi a EE.UU. a continuación. Más adelante en el año, China acoge la cumbre de la APEC y EE.UU. la del G-20, eventos importantes en los que se espera que los dos hombres vuelvan a encontrarse.
El acercamiento de Pekín a Washington contrasta fuertemente con su enfriamiento cada vez mayor con Tokio. Las relaciones se han agriado tras las declaraciones del 7 de noviembre del primer ministro japonés, Sanae Takaichi, quien sugirió que Japón podría desplegar su ejército si China intenta apoderarse de Taiwán.
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China ha exigido una retractación de los comentarios, pero Takaichi se ha negado a hacerlo, afirmando que la política de Japón respecto a Taiwán permanece inalterada. En las últimas semanas, Pekín ha desatado una oleada de medidas punitivas como frenar las importaciones de marisco japonés y disuadir a los residentes chinos de visitar el país.
En su intervención en el acto organizado por el Instituto Chino de Estudios Internacionales, el principal grupo de reflexión del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang también señaló que Pekín pretende asumir un papel más asertivo en la escena mundial. Dijo que China sería “más activa” en 2026, posicionando al país como un ancla estabilizadora en un mundo que describió como en una “encrucijada turbulenta”.
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