Bloomberg — Stellantis NV (STLA) anunció que invertirá US$13.000 millones en Estados Unidos durante los próximos cuatro años, mientras el fabricante de los SUV Jeep y las camionetas Ram busca reactivar su negocio en este mercado clave y mitigar el impacto de los aranceles.
La medida aumentará la producción anual de vehículos terminados en un 50% con respecto a los niveles actuales, dijo el fabricante de automóviles el martes en un comunicado. La cifra total en dólares incluye los costos de investigación y desarrollo y de proveedores, así como las inversiones en operaciones de fabricación.
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El plan representa el intento más ambicioso hasta la fecha del fabricante de automóviles en dificultades para reconstruir su maltrecho negocio en Estados Unidos, donde ha perdido cuota de mercado en parte debido al envejecimiento de su línea de productos. También es el último intento de un importante fabricante de automóviles estadounidense por anunciar grandes inversiones nacionales bajo la presión del presidente Donald Trump, quien ha utilizado elevados aranceles para reducir las importaciones e impulsar la fabricación y el empleo en el país.
Bloomberg informó a principios de este mes de que Stellantis estaba a punto de anunciar una importante inversión en EE.UU.
La inversión incluye planes para introducir cinco vehículos en los próximos cuatro años, incluyendo dos nuevas marcas, y realizar actualizaciones adicionales en toda su gama de marcas.
Stellantis dijo que el plan añadirá más de 5.000 puestos de trabajo en las fábricas de Illinois, Ohio, Indiana y Michigan.
El fabricante de automóviles dijo que invertirá US$600 millones para ampliar la producción de los SUV Jeep Cherokee y Jeep Compass en su planta de montaje inactiva en Belvidere, Illinois, en 2027, creando alrededor de 3.300 puestos de trabajo. El Cherokee se fabrica actualmente en México y el Compass en Canadá.
En enero, tras reunirse con Trump, Stellantis dijo que fabricaría un pick-up de tamaño medio en la planta de Belvidere. Ese vehículo se traslada ahora a una planta en Toledo, Ohio, y su producción comenzará en 2028.
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También desarrollará un nuevo VE de autonomía extendida y un SUV de gasolina en su planta de Warren, Michigan, que ha sufrido despidos en los últimos años.
Bajo la dirección del CEO Antonio Filosa, que fue nombrado para el cargo a principios de este año, Stellantis ha tratado de recalibrar las inversiones en todas las regiones, haciendo especial hincapié en el crucial negocio estadounidense. Bajo el mandato del anterior CEO, Carlos Tavares, Stellantis presionó agresivamente para trasladar la producción y las operaciones de ingeniería a países con costos más bajos, como México.
Las acciones de la empresa en EE.UU. subieron un 7% a partir de las 17:51 horas en las operaciones posteriores al cierre en Nueva York. Las acciones habían bajado un 22% este año hasta el cierre del lunes, en comparación con la subida del 13% del índice S&P 500.
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