Bloomberg — “Estamos bastante seguros” de que Colombia puede manejar mucho del ruido local y económico, dijo Francis en una entrevista.
“Si el Gobierno es capaz de reducir el déficit y cumplir con los objetivos de la nueva regla fiscal, y comienza a caer la deuda con respecto al PIB, creo que empezará a ganar credibilidad. En ese tipo de escenario, yo podría ver un giro hacia una acción positiva de calificación. No a corto plazo, en unos cuatro o cinco años”.
Es mucho más fácil para un país recuperar el grado de inversión después de perderlo, que un país que nunca antes lo ha tenido, según el analista. En promedio, recuperar el grado de inversión toma siete años.
Como aspecto positivo, Francis destaca que el país aún tiene instituciones sólidas, un banco central independiente, una meta de inflación y “ha hecho un buen trabajo” en el manejo de la volatilidad causada por la pandemia.
Decisión de rebaja
Un elemento clave para decidir la rebaja fue el marco fiscal de mediano plazo que presentó el Gobierno con los pronósticos económicos y fiscales de mediano plazo.
“Una de las cosas que más nos llamó la atención es que el próximo año el déficit fiscal será del 7% del PIB, y nuestra estimación rondaba el 5,5%”, dijo Francis.
En su opinión, la deuda no parece estabilizarse y sus altos niveles pondrían a Colombia en una situación vulnerable en caso de otra crisis en el futuro.
Los niveles de endeudamiento están más cerca de países con un nivel BB y la “duda estaba del lado fiscal y su deterioro con niveles altos de endeudamiento, déficits crecientes, la suspensión de la regla fiscal y el uso de ingresos extraordinarios para cumplir las metas”. Por su parte, dice que no ve claridad en lo que quiere el Gobierno en la próxima reforma tributaria.
Otro aspecto negativo es que el impacto principal de una reforma tributaria se evidenciará principalmente a partir de 2023.
Elecciones
El bajo índice de aprobación del presidente Iván Duque dificulta que el Congreso apruebe grandes reformas, especialmente antes de las elecciones presidenciales de 2022 y de cara a crecientes demandas sociales.
Las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en 2022 no tendrán un gran impacto en la calificación crediticia del país. Para el analista, “por definición, cualquier tipo de elección viene cargada de incertidumbre. Podría existir el riesgo de grandes cambios de política. No creo que ese sea nuestro escenario base, sin importar quien gane”.