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Buenos Aires — Tras aprobar la última revisión del programa y un desembolso por US$4.700 millones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) insistió en que el plan acordado con Argentina y el presidente Javier Milei se centra en un fuerte ancla fiscal, con un “gran” ajuste inicial de alrededor de 5 puntos del PBI, acciones para reconstruir reservas, impulsar el comercio para alcanzar el superávit y corregir los desajustes de precios relativos. También prevé la ampliación de la asistencia social para proteger a los más vulnerables.
En todo el staff report, un documento de 119 páginas, se reitera la preocupación sobre los riesgos elevados que enfrenta el programa, producto entre otras cosas, de un Congreso dividido y una situación social frágil que presentan importantes desafíos para la implementación del plan de Gobierno.
“Los riesgos del programa siguen siendo elevados, lo que refleja una herencia muy difícil, así como un contexto político y social complejo, con un Congreso fragmentado, salarios reales en caída y alta pobreza”, dice el documento elaborado por el staff del organismo multilateral, que visitó Argentina semanas atrás para negociar el nuevo acuerdo con las autoridades del Gobierno.
El Fondo reconoce los riesgos de que el paquete de políticas de Milei no cumpla inicialmente sus objetivos, “lo que requerirá una formulación de políticas ágil, planes de contingencia y la necesidad de ampliar aún más la asistencia social”.
El documento dice que el oficialismo debe formar coaliciones más amplias en el Congreso, “ya que el propio partido del presidente (La Libertad Avanza) tiene minorías tanto en la Cámara Baja como en el Senado”. De todas formas, señalan que en la conversación con consultores políticos y miembros de varios partidos políticos, “sugieren que existe un apoyo central en el Congreso para lograr avances en áreas clave”.
Proyecciones del FMI para Argentina
Según el staff report, “la inflación se acelerará en el corto plazo a medida que los desajustes de precios relativos y otros controles de precios se eliminen”. Calcula un superávit en la balanza comercial para este año “respaldado por un repunte en exportaciones agrícolas y nuevas mejoras en el balance energético”.
Según el FMI, que proyecta una caída del PBI del 2,8% este año, “la economía comenzaría a recuperarse a finales de 2024, a medida que los vientos en contra iniciales se disipen y se eliminen las distorsiones, aunque las políticas deberán seguir siendo estrictas”.
Respecto a la política fiscal, indica que las autoridades pretenden lograr un superávit primario del 2% del PIB este año,”consistente con el equilibrio general, principalmente a través de una combinación de impuestos temporales (relacionados con el comercio) y esfuerzos para reducir los costos administrativos, los subsidios a la energía y el transporte, las transferencias discrecionales a provincias y empresas estatales, y gasto en infraestructura”.
En el documento, el Fondo asegura que “las autoridades (del Gobierno) están comprometidas a eliminar las restricciones cambiarias que aún distorsionan y los múltiples prácticas monetarias en el corto plazo”.
Sobre el tipo de cambio, el documento dice que “la política cambiaria seguirá siendo cuidadosamente calibrada para asegurar una tendencia decisiva de acumulación de reservas”. Mientras que las autoridades acordaron que “la política cambiaria evolucionará de manera consistente con los objetivos de acumulación de reservas que evite una rápida erosión de las ganancias de competitividad”.
Herencia recibida por Milei
El fondo se refirió a la herencia recibida por Javier Milei, que se agudizó en el último tramo de la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa, “reflejando políticas altamente expansivas e inconsistentes”, que se reflejó en un aumento del déficit fiscal, en el agotamiento de las reservas internacionales y la intensificación de las medidas intervencionistas.
