Las gafas de realidad aumentada de Snap: esto es lo que funciona y lo que no

Las AR Spectacles fueron sencillas de utilizar en interiores y exteriores gracias a su transición perfecta de lentes transparentes a oscuros para el sol

La empresa está en busca de otras maneras de obtener mayores ingresos, mientras trata otra vez con gafas inteligentes.
Por Aisha Counts
21 de septiembre, 2024 | 05:00 AM

Bloomberg — Una vez más, la empresa Snap Inc. (SNAP) está intentando poner de moda las gafas inteligentes.

La compañía de redes sociales ha estado creando monturas con tecnología incorporada a lo largo de casi diez años, mientras intenta ganar dinero de otras maneras, además de la publicidad.

Las Vision Pro de Apple, mucho más costosas que los AR Spectacles, ofrecen experiencias que no son tan diferentes.

No es la única. Amazon Inc. (AMZN), Google de Alphabet Inc. (GOOGL) y Meta Platforms Inc. (META) han tratado de poner de moda las gafas inteligentes, pero nadie lo ha conseguido. En el caso de Snap, puede que a la quinta sea la vencida.

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Las gafas más recientes de la empresa, bautizadas como AR Spectacles, les permiten a los portadores tomar imágenes o videos para luego enviarlos a través de la aplicación Snapchat.

También incorporan tecnología de realidad aumentada capaz de superponer filtros digitales al mundo.

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Están diseñadas principalmente para desarrolladores de software, que podrán hacerse con unas si las solicitan por internet y pagan US$99 mensuales durante un periodo mínimo de 12 meses. Eventualmente, Snap espera vender las gafas también a consumidores de a pie.

¿Por qué ahora?

La mayoría de los US$5.000 millones de ingresos de la empresa proceden de los anuncios publicitarios, pero Snap ha estado explorando otras vías para ganar dinero.

Su CEO, Evan Spiegel, ha manifestado que ve la realidad aumentada (AR, por sus siglas en inglés) como una manera de imponerse a los grandes rivales de Snap, entre ellos Facebook y Meta, propietaria de Instagram.

La compañía ya vende anuncios en Snapchat que usan AR, y además confía en ganar dinero con su hardware.

Según datos de la empresa, existen más de 375.000 desarrolladores y creadores que emplean la plataforma de realidad aumentada de Snap.

Las gafas de Snap están claramente destinadas a competir con Meta, que lanzó sus últimas gafas inteligentes en asociación con Ray-Ban a principios de este año.

Aunque Meta no ha compartido cifras, sigue diciendo que las ventas de las gafas, que no incluyen realidad aumentada pero pueden hacer fotos, grabar vídeos y reproducir música, han sido mejores de lo esperado. Los informes de prensa también sugieren que Meta podría desvelar las gafas AR en su conferencia anual de desarrolladores la próxima semana.

Snap no es nueva en la construcción de gafas inteligentes, pero ha tenido problemas para venderlas.

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La empresa lanzó su primer par de gafas de sol para grabar vídeo, llamadas Spectacles, en 2016. Las gafas llamaron la atención inicialmente por sus coloridas monturas y porque se vendían a través de máquinas expendedoras emergentes. Pero, de nuevo, los consumidores no picaron, y la empresa tuvo que asumir una pérdida de US$40 millones en inventario no vendido.

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Lo que funciona

A primera vista, las AR Spectacles de Snap parecen y se sienten como unas gafas de sol normales, con un acabado negro y monturas rectangulares.

Pero tienen bandas y lentes mucho más gruesas para alojar dos chips de Qualcomm, junto con diminutos proyectores que colocan filtros digitales delante de los ojos del usuario. Las gafas también cuentan con tecnología de seguimiento de las manos y funciones de realidad aumentada que funcionan con Snap OS, un nuevo sistema operativo diseñado por la empresa.

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Además de las propias gafas, el paquete incluye una cubierta para las lentes, una funda para las gafas y un cable de carga USB. Las AR Spectacles se conectan a su teléfono a través de la aplicación Snapchat, por lo que no necesita muchos accesorios para ponerse en marcha.

Las monturas tienen dos botones físicos: uno que le permite capturar vídeos y otro que enciende y apaga el dispositivo. Las gafas también incluyen una luz LED intermitente que parpadea siempre que esté haciendo una foto o grabando un vídeo, como cortesía para los transeúntes.

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Aparte de esos botones, las gafas se controlan casi totalmente con las manos. Para la mayoría de las cosas, puede utilizar las manos como el cursor de un ordenador para seleccionar, arrastrar, girar o cambiar el tamaño de los objetos digitales, entre otras acciones.

Tras una curva de aprendizaje inicial, la tecnología de seguimiento de las manos me resultó en su mayor parte fácil de usar, a pesar de algunos contratiempos.

En un juego de Lego, por ejemplo, pude agarrar ladrillos de lego virtuales y apilarlos unos encima de otros utilizando las manos. También practiqué boxeo, jugué al golf y paseé a un perro virtual. Todo era realmente divertido, aunque la selección fuera limitada.

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Las gafas también eran fáciles de usar dentro o fuera de casa, porque pasan sin problemas de lentes transparentes a gafas de sol tintadas.

Las advertencias

Aunque las gafas de plástico y magnesio son relativamente resistentes, me parecieron voluminosas y pesadas. No son tan engorrosas como, por ejemplo, los cascos de realidad virtual, pero aun así me costó mantenerlas en la cara. Además, personalmente me importa mucho la moda y soy muy exigente con mis gafas de sol, así que cuando vi por primera vez las toscas y geométricas Spectacles, no me entusiasmó la idea de ponérmelas.

En realidad, las AR Spectacles no están hechas para gente como yo. Snap ha dejado claro que se trata de un producto beta que está probando con desarrolladores, la gente que en última instancia diseñará las aplicaciones que podrían hacer las gafas más atractivas. Es una estrategia interesante que explica algunas de las frustraciones que tuve con las gafas, a saber, el contenido limitado y el elevado precio.

Incluso para los desarrolladores, el coste de la suscripción sigue siendo de casi US$1.200, lo que parece mucho por un par de gafas que en realidad no poseerán (y que no podrán conservar cuando cancelen la suscripción).

Incluso si un consumidor quisiera un par, de momento no hay forma de comprar las gafas directamente y su precio es significativamente superior al de otras gafas inteligentes del mercado. (Las gafas de Meta cuestan US$300)

Para poder utilizarlas, los desarrolladores tendrán que solicitarlas a través de Lens Studio de Snap, la plataforma de la empresa para crear filtros de imagen digitales.

La competencia

Aunque existen algunos productos similares a disposición de los consumidores, como las gafas inteligentes Ray-Ban de Meta y las gafas de inteligencia artificial de startups como Even Realities, muchos de ellos no ofrecen tecnología de realidad aumentada.

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Gafas inteligentes Ray-Ban de Meta.

Las Vision Pro de Apple Inc. (AAPL), que también superpone filtros digitales sobre el mundo real, podría considerarse a grandes rasgos como un competidor, salvo que es más caro, US$3.499, y requiere que los usuarios lleven un casi casco sobre la cara. Las AR Spectacles de Snap son comparativamente más asequibles, pero las experiencias que ofrecen no son tan distintivas.

Lo ideal sería que las gafas inteligentes tuvieran un aspecto lo bastante elegante como para llevarlas puestas, pero que también permitieran escuchar música, grabar vídeos e identificar objetos o personas en tiempo real.

Pero no veo que sean súper útiles más allá de eso. Ahí es donde las gafas inteligentes Ray-Ban Meta llevan ventaja. Aunque no ofrecen capacidades de realidad aumetada, hacen bien algunas cosas prácticas, y ése es su argumento de venta.

Lo que sabemos

Snap ha tenido dificultades para competir con rivales como Meta, TikTok, propiedad de ByteDance Ltd., y YouTube, de Google, que tienen negocios publicitarios significativamente mayores. Las acciones de la empresa han bajado más de un 40% este año, ya que la aplicación para compartir fotos ha luchado por rentabilizar sus fuertes inversiones en tecnologías publicitarias.

Es un momento extraño para derrochar en unas gafas inteligentes que aún no son populares entre los consumidores. Especialmente cuando Snap se enfrenta a las gafas inteligentes Ray-Ban de Meta, que son mucho más elegantes y tienen el pizazz que viene de asociarse con una marca de gafas de lujo.

Por no hablar de que Meta tiene el dinero extra para arriesgarse en proyectos paralelos: después de todo, el negocio publicitario de la empresa genera unos ingresos anuales de más de US$130.000 millones.

Con sus rivales invirtiendo fuertemente en inteligencia artificial, feeds algorítmicos cada vez más eficaces y tecnología publicitaria básica, la apuesta de Snap por unas gafas inteligentes caras que hasta ahora han tenido una adopción limitada por parte de los consumidores es arriesgada.

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