Bloomberg Línea — Citi (C) revisó su objetivo para el índice S&P 500 de cara al cierre de 2026, sustentado en un escenario de crecimiento sostenido de beneficios empresariales, avance en productividad y persistencia de la inversión vinculada a inteligencia artificial.
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En un contexto donde se prevén ajustes en política monetaria y una mayor participación sectorial, la entidad considera que la renta variable estadounidense mantiene un margen relevante de apreciación, aunque reconoce el nivel actual de las valuaciones.
Citi advierte que el mercado opera en niveles históricamente exigentes, pero no lo considera como una barrera estructural. “Un punto de partida con una valoración elevada representa un obstáculo para el mercado, pero no uno insuperable”, según los analistas.
La estrategia de renta variable del banco se basa en un entorno macroeconómico relativamente constructivo. La previsión central considera un crecimiento moderado del PIB, una Reserva Federal en ciclo de flexibilización y una mejora progresiva del sentimiento empresarial, con especial foco en sectores más rezagados del mercado. En ese marco, el equipo de Citi considera que el impulso de la inteligencia artificial seguirá siendo un motor estructural, aunque con mayor dispersión en sus efectos.

“La construcción de infraestructura de IA y su integración sigue siendo un tema clave, aunque se está configurando un comportamiento idiosincrático continuo entre las acciones de IA”, señala el documento.
¿Hasta dónde llegará el S&P 500?
Citi proyecta que los beneficios del índice S&P 500 alcanzarán US$320 por acción en 2026, cifra que supera los US$275 esperados para el cierre de 2025. Esta estimación implica un crecimiento de aproximadamente 16% en el resultado agregado, explicado por el rendimiento de los grandes grupos tecnológicos y una esperada mejora en sectores cíclicos, de valor y de mediana capitalización.
El banco argumenta que la senda de crecimiento prevista se sustenta en la capacidad de las compañías para mantener márgenes operativos robustos y capitalizar eficiencias ligadas a nuevas herramientas digitales. Además, se incorporan supuestos de recuperación de demanda en industrias que enfrentaron revisiones a la baja durante 2025, tanto por la incertidumbre fiscal como por los efectos de las barreras comerciales.
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A partir de esa previsión, el banco establece su objetivo base para el índice en 7.700 puntos, lo que representa una revalorización relevante desde los niveles actuales. “Nuestro objetivo central para el S&P 500 es 7.700, basado en US$320 en beneficios del índice”, según los analistas de Citi. La proyección asume una ligera compresión del múltiplo de valoración desde 25 veces a 24 veces utilidades, dentro de un rango que el propio banco estima entre 20,6 y 25,4 veces.
El modelo incorpora también una mayor estabilidad en la trayectoria de revisiones de utilidades, lo que reduciría la volatilidad en la proyección de múltiplos a lo largo del año. En esa línea, el informe destaca que parte del impulso vendrá de compañías fuera del grupo dominante del índice, lo que podría traducirse en un perfil de crecimiento menos concentrado y más diversificado por sectores.
En su escenario optimista, Citi plantea un nivel de 8.300 puntos, incorporando un crecimiento de beneficios más fuerte y una valoración algo más elevada. El caso adverso considera una caída hacia los 5.700 puntos en caso de decepción en fundamentos y contracción múltiple. “El punto de partida con una valoración elevada aumenta el riesgo a la baja en relación con el potencial alcista”, según los estrategas.

Participación más amplia y riesgos latentes
El banco plantea que el avance del S&P 500 debería ampliarse más allá de los grandes valores tecnológicos, especialmente hacia compañías de mediana y pequeña capitalización. La menor presión en las valoraciones y una base de comparación favorable podrían permitir una mejor evolución relativa de estos segmentos durante el próximo año.
A su vez, Citi identifica una transición en el liderazgo dentro del espacio de inteligencia artificial. “Anticipamos un cambio incremental de los habilitadores de IA hacia los adoptadores o usuarios en 2026”, según el informe. Esto se reflejaría en un mayor foco en productividad y eficiencia operativa en diversos sectores.
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La entidad considera como factores clave la evolución de los rendimientos del bono del Tesoro a 10 años, que prevé en torno a 3,75%, la trayectoria del dólar estadounidense y las decisiones fiscales bajo el marco legislativo de la One Big Beautiful Bill Act. “El énfasis en la IA será persistente en los próximos años, por lo que no se trata de una situación de todo o nada”, según los estrategas.
Citi no incorpora en su escenario base eventos geopolíticos imprevistos, aunque reconoce su potencial como detonantes de volatilidad. También contempla que una eventual corrección de corto plazo podría no alterar el sesgo de fondo del mercado, siempre que los fundamentos se mantengan. “Conceptualmente, podemos soportar una fase correctiva en el próximo año y aun así terminar con un retorno anual positivo”, concluye el informe.









