Pekín 2022 con nieve artificial: ¿hay futuro sostenible para los JJ.OO. de Invierno?

Será imposible volver a tener unos Juegos de Invierno ‘naturales’, según expertos. Esto es lo que opinan con respecto a la sostenibilidad

Día 11 de Pekín 2022.
19 de febrero, 2022 | 04:36 PM

Bloomberg Línea — Casi 3.000 atletas se dieron cita este mes en las ciudades chinas de Pekín, Yanqing y Zhangjiakou para participar en poco más de 100 disciplinas sobre montañas, pistas y corredores cubiertos de nieve 100% artificial.

La edición 2022 de los Juegos de Invierno se convirtió en la primera en confiar plenamente en nieve falsa para todos los escenarios de las competiciones, una medida que inició varias décadas atrás mientras el cambio climático comenzaba a reducir las áreas nevadas con inviernos más cortos y temperaturas más cálidas.

En los Juegos de 2014 en Sochi, Rusia, se observó una artificialidad significativa del 80%, lo que llegó hasta el 98% para 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur.

El Comité Organizador de Pekín había prometido unos juegos ecológicos y sostenibles con bajo grado de emisiones de carbono. Por un lado, el país más contaminante del mundo señaló haber conseguido el 100% de electricidad con energías renovables apoyándose, además, con sedes existentes para evitar el impacto de nuevas construcciones.

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Pero, la sostenibilidad se ha puesto en duda desde la decisión de celebrar el encuentro deportivo en una ciudad donde las precipitaciones son muy bajas y las nevadas no son una cualidad predominante. “El principal problema es el agua y la disponibilidad de la misma en un clima muy seco. Una nevada de 10-15 centímetros durante el fin de semana solo ocurre una vez cada 10 años, incluso eso no es suficiente para esquiar”, comenta a Bloomberg Línea Carmen de Jong, profesora Titular en la Facultad de Geografía de la Universidad de Estrasburgo.

Más de 350 cañones de nieve, pertenecientes a la firma italiana TechnoAlpin que ya cuenta con dos sucursales en China, fueron instalados en tres áreas donde se encontraron las sedes de las competencias como el Centro Nacional de Esquí Alpino de Yanqing, el Centro de esquí de Guyangshu, en el distrito Chongli en Zhangjiakou; y el Big Air Shougang en el Capital Steel Campus.

El Big Air Shougang, sede de las pruebas de esquí de estilo libre y snowboard Big Air en Pekín 2022.dfd

Producción de nieve con estrés hídrico

Las blancas y largas franjas “nevadas”, que requirieron una infraestructura de decenas de kilómetros para desviar el agua desde embalses importantes en la región, pintaron un alto contraste en una escena grisácea de las montañas de Yanqing y Zhangjiakou ubicadas no muy lejos del desierto de Gobi, región que enfrenta un alto estrés hídrico, según China Water Risk, organización ambiental con base en Hong Kong.

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Jong refiere que además de canalizar los embalses, el agua debió ser bombeada miles de metros cuesta arriba, “lo que requirió más energía que no se contabilizó en el informe de sostenibilidad previo a los Juegos”.

La investigadora encuentra, además, un círculo vicioso con grandes pérdidas de nieve artificial (y por lo tanto de agua): Los fuertes vientos arrastran la nieve durante la producción, y el agua y la nieve se evaporan debido al clima. Los suelos están tan secos que no se pueden congelar, y primero hay que humedecerlos para que se congelen, lo que de nuevo requiere más agua.

El Centro Nacional de Deslizamiento en el distrito de Yanqing.dfd

Para crear suficiente nieve, China podría haber necesitado hasta 2,5 millones de metros cúbicos de agua, lo equivalente para llenar 800 piscinas olímpicas, de acuerdo con la geógrafa.

Frente a estas prácticas, “los Juegos de Pekín están más cerca del otro extremo del espectro de la sostenibilidad con una fabricación que utiliza electricidad de una red basada gran parte en carbón (aunque el Gobierno chino dice que está utilizando energía renovable)”, afirma a Bloomberg Línea Daniel Scott, profesor del Departamento de Geografía y Gestión Ambiental de la Universidad de Waterloo.

El Comité Olímpico de Pekín estimó que se necesitarían 49 millones de galones (186.000 metros cúbicos), y para un aprovechamiento del recurso, de acuerdo con el vocero Zhao Weidong, se construyó una red de tanques para recoger más de 500.000 metros cúbicos de agua.

La demanda de agua, por ejemplo, en el área de competencia de Zhangjiakou representaría el 9,8% del consumo total de agua del distrito de Chongli, por lo que China descartó que el evento y la fabricación de nieve tuvieran un impacto en la seguridad del agua regional.

Pekín lleva décadas enfrentándose a un complicado suministro de agua debido a la sobreexplotación a medida que el desarrollo y el crecimiento económico agotan los niveles de aguas subterráneas, y el agua per cápita por año está por debajo del umbral de un recurso suficiente, según Naciones Unidas.

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De acuerdo con Greenpeace, entre 2001 y 2020 la frecuencia de las olas de calor en Pekín fue casi tres veces mayor que la del período anterior de 40 años.

Beijing 2022.dfd

¿Qué le espera a los JJ.OO.?

El Comité Olímpico Internacional (COI) anunció en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que pretende ser “climáticamente positivo” para 2024, reduciendo sus emisiones directas e indirectas en un 30% y compensando más del 100% de sus emisiones restantes a través del proyecto del Bosque Olímpico, pero Pekín 2022 es el capítulo que deja completamente al descubierto el panorama que enfrentan los Olímpicos de Invierno conforme las emisiones no ceden, y al contrario, se aceleran.

Los candidatos parecen ignorar los inmensos problemas asociados al cambio climático, dice Jong, Vancouver fue un desastre en 2010 con temperaturas tan altas en las sedes inferiores que toda la nieve preparada previamente se derritió.

El principal peligro para el medio ambiente, sostiene Jong, es el desarrollo de nuevos sitios olímpicos cada cuatro años. “Es incomprensible por qué se eligió Milán 2026 y por qué no se reutilizó Turín 2006. Lo más probable es que Milán dependa de nieve 100% artificial porque los Alpes se están calentando y ya han perdido seis semanas de cobertura de nieve, y que se enfrente a graves problemas para producirla”.

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La frecuencia de condiciones injustas e inseguras ha aumentado en los últimos 50 años en las 21 ubicaciones anfitrionas, de acuerdo con un reciente estudio liderado por Scott en el que participaron investigadores de Canadá, Estados Unidos y Austria.

La tendencia que posiblemente se mantendrá, refiere el investigador, es la de encontrar las instalaciones de los deportes de montaña o nieve a una mayor distancia de la ciudad anfitriona. “En Vancouver fue de 75 km, en Pekín está más cerca de los 250 km”.

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Según el análisis, para mediados de siglo se prevé que entre nueve y 12 ubicaciones presenten condiciones de nieve estrecha con mayor frecuencia. Si las emisiones mantienen el ritmo de las últimas dos décadas, solo cuatro ciudades que han sido anfitrionas serían confiables hacia mediados de siglo y nada más una sola calificaría hacia finales del mismo.

Beijing 2022.dfd

Aún en un futuro de bajas emisiones apegado a un Acuerdo de París exitoso, solo 13 de las sedes (en el hemisferio norte) podrían seguir siendo confiables para 2050, y el pronóstico se ensombrece para los Juegos Paralímpicos de Invierno, que tienen lugar en marzo, un mes mucho más cálido y de transición hacia la primavera en muchas de las sedes.

El 94% de los atletas y entrenadores encuestados como parte de la investigación fueron casi unánimes en su temor de que el cambio climático tenga un impacto adverso en el desarrollo futuro de su deporte.

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“A medida que las condiciones de los deportes de nieve se vuelven más desafiantes en un mundo más cálido, las organizaciones tienen un mayor deber de cuidado para proteger a los atletas que a menudo se arriesgarán física y mentalmente”, dice el equipo investigador como parte de sus conclusiones.

¿Nunca más nieve natural?

Hace más de 50 años que no hay juegos de invierno “naturales” en el sentido de cómo se celebraban los originales. “Muchos se trasladaron al interior antes de la década de 1960 y desde 1980 en Lake Placid se utiliza nieve (artificial)”, relata el profesor Scott de la Universidad de Waterloo, quien apunta que la producción debe realizarse de manera sostenible para evitar efectos dañinos en el ecosistema y el entorno.

“Si se construyen embalses para captar el deshielo primaveral (en zonas con nevadas naturales razonables), más del 90% del agua utilizada para la innovación volverá a la misma cuenca y estará disponible para otros usos”, detalló.

Para ambos expertos será imposible volver a tener unos Juegos de Invierno “naturales” con el mayor porcentaje de nieve real, y para la geógrafa francesa ya ni siquiera es posible proyectar unos juegos sostenibles debido al clima, la economía invertida, el efecto negativo de las nuevas construcciones y la producción de nieve que impacta en el secado de los ríos, la pérdida de biodiversidad, los conflictos por el agua potable y la disminución en su calidad, así como la impermeabilidad de los suelos y la erosión.

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Los impactos en la geografía de los juegos mucho más moderados asociados con las vías de bajas emisiones consistentes con los objetivos del Acuerdo Climático de París ofrecen otra razón más para apoyar la rápida descarbonización de la economía global, concluye el estudio.

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