Las big tech son un mar de malas noticias a diario y dejan de ser una ‘apuesta segura’

Empresas como Netflix, Meta y Tesla luchan por reducir costos en medio de un panorama de inflación, guerra y desconfianza en el sentimiento de los inversionistas

Netflix, Meta y Tesla luchan por reducir costos en medio de un panorama de inflación, guerra y desconfianza en el sentimiento de los inversionistas.
Por Kurt Wagner
05 de junio, 2022 | 06:00 AM
Últimas cotizaciones

Bloomberg — De Seattle, pasando por Silicon Valley, hasta Austin. Una nueva, pero sombría realidad, se está imponiendo en todo el ecosistema tecnológico tras haber visto una era de décadas caracterizada por un alza estrepitosa en ventas, contrataciones masivas y un rally al alza del precio de las acciones.

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Lo que surge ahora es una era de bajas expectativas marcada por una ola de recortes de personal y una desaceleración en el ritmo de contrataciones, recortes en las estimaciones de crecimiento y planes de expansión que se han archivado. Este malestar está dañando la moral de los empleados, afecta la capacidad de la industria para atraer talento y tiene implicaciones para el crecimiento económico y la innovación en Estados Unidos.

Cada día hay ejemplos de un nuevo y sombrío clima empresarial en el contexto de una prolongada desaceleración económica, la guerra en Europa, el aumento de las tasas de interés y la inflación, y una pandemia que llega a su tercer año.

En las dos últimas semanas, un desfile de grandes nombres se unieron a la multitud. Snap Inc, la aplicación de redes sociales, anunció el 23 de mayo que recortó sus previsiones de ventas y ganancias, además de que reduciría la contratación de personal. Un día después, Lyft Inc. dijo que contrataría menos personal y buscaría otros recortes de costos.

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Días más tarde, Microsoft Corp. frenó la contratación en varias de sus divisiones clave del negocio e Instacart Inc. dijo que reducirá sus planes de contratación para recortar los costos antes de la oferta pública inicial que tiene prevista.

El ritmo de los tambores continuó ayer, cuando el presidente de Tesla Inc. Elon Musk, dijo a sus empleados que el fabricante de vehículos eléctricos necesita reducir su plantilla de asalariados en un 10% y pausar la contratación en todo el mundo. La empresa de intercambio de criptomonedas Coinbase Global Inc, que congeló las contrataciones, dijo que ampliaría el periodo y rescataría una serie de ofertas de trabajo aceptadas, citando las condiciones del mercado.

Elon Musk dijo a sus empleados que el fabricante de vehículos eléctricos necesita reducir su plantilla de asalariados en un 10%dfd

En las últimas semanas ya se habían emitido pronunciamientos igualmente sombríos. Amazon tiene demasiados trabajadores y demasiado espacio en sus almacenes, y su negocio se ve afectado por el rápido aumento de los costos por la inflación. Meta Platforms Inc., la empresa matriz de Facebook, está reduciendo las contrataciones y gastos.

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Twitter Inc. también ha congelado las contrataciones y ha retirado algunas ofertas de trabajo antes de la adquisición prevista por Musk. Apple Inc. advirtió en abril que las restricciones relacionadas con los cierres de Covid-19 en China recortarán hasta 8.000 millones de dólares de sus ingresos en el trimestre actual.

Las humildes ambiciones de las empresas significan un cambio de ritmo para una industria que parecía inmune y que antes ofrecía a los trabajadores e inversionistas una cobertura frente a la inestabilidad de la economía en general.

“Ya no son apuestas seguras”, dijo Tom Forte, analista de tecnología de D.A. Davidson. “No lo son porque hay una serie de cosas fundamentales que juegan en su contra”.

El Nasdaq Composite ha perdido una cuarta parte de su valor desde el 19 de noviembre, cuando alcanzó un máximo histórico y esto incluso teniendo en cuenta el rebote del 5,8% del índice en las últimas dos semanas.

El fantasma de los recortes de empleo ha empezado a rondar la psique de Silicon Valley.

En Blind, una aplicación que los empleados pueden utilizar para hablar de forma anónima sobre sus empleadores, los debates sobre las contrataciones congeladas se multiplicaron por 13 entre el 19 de abril y el 19 de mayo, en comparación con el año anterior.

Las discusiones sobre despidos se multiplicaron por cinco, y las conversaciones sobre una recesión se multiplicaron por 50. La especulación infundada de que Meta se estaba preparando para una ronda de despidos se extendió por las redes sociales en mayo, dando lugar a la creación del hashtag #metalayoff, que empezó a ser tendencia en LinkedIn. Decenas de reclutadores y empleadores comenzaron a utilizar el hashtag para ofrecer ofertas de trabajo alternativas. Un portavoz de Meta dice que la empresa no tiene planes de reducción de personal.

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Sin embargo, lo que una vez fue un motor de crecimiento para la economía estadounidense se está debilitando. Más de 126.000 trabajadores del sector tecnológico han perdido su empleo desde que llegó la pandemia, según Layoffs.fyi.

Netflix Inc. (NFLX) dijo en abril que iba a despedir a unos 150 trabajadores luego de dar a conocer una inesperada pérdida de de 200.000 suscriptores. Las acciones del gigante del streaming se han desplomado un 71% desde mediados de noviembre. En Meta, los directivos están reduciendo el ritmo de contrataciones de puestos de nivel medio y superior en toda la empresa, y en abril recortaron la incorporación de ingenieros con poca experiencia.

Los empleados de Twitter (TWTR), por su parte, se preparan para posibles despidos mientras la empresa espera la llegada de Elon Musk, el nuevo propietario, cuya propuesta a los banqueros incluía reducción de costos. El consejero delegado, Parag Agrawal, se adelantó a principios de mayo, enviando a los más de 7.500 empleados de Twitter una nota en la que explicaba que la red social comenzaría con reducciones en los costos de viajes, marketing y eventos, y en la que se pedía a los líderes que “se ajustaran a sus presupuestos, priorizando lo que más importa”.

Del mismo modo, Dara Khosrowshahi, CEO de Uber (UBER), dijo en un memorandum al personal que el gigante del transporte por aplicación trataría la contratación como un privilegio y sería deliberado sobre cuándo y dónde añadir personal”. El sentimiento está haciendo mella en la moral interna, dijo un empleado de Uber a Bloomberg que pidió no ser identificado.

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Dara Khosrowshahi, CEO de Uber Technologies Inc.dfd

La conmoción es probablemente mayor en empresas como Meta, Twitter y Uber, que aún estaban en una fase relativamente incipiente la última vez que el sector tecnológico se vio afectado durante la crisis financiera de 2008. Las cosas fueron aún peores cuando la burbuja de las puntocom estalló a principios de siglo. La diferencia esta vez es que la pandemia ha reforzado la importancia y la necesidad de muchos de estos productos tecnológicos, lo que les ha permitido amortiguar los estragos económicos cuando vino el ‘Gran Encierro’ por el Covid-19.

“Todo el mundo descubrió que la tecnología no sólo era agradable, sino que era indispensable”, dijo Russell Hancock, director general de Joint Venture Silicon Valley, una organización sin ánimo de lucro que estudia Silicon Valley y su economía. Lo que está ocurriendo ahora parece ser una corrección del mercado, añadió Hancock, aunque también le preocupa que parte del brillo y la innovación de la industria tecnológica desaparezcan a medida que productos como los servicios de streaming y las redes sociales se conviertan en algo más que una utilidad.

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Es posible que “empecemos a pensar en (la tecnología) como en las líneas de gas que llegan a nuestras casas, o en la electricidad”, dijo. “Eso es algo nuevo para Silicon Valley. Es una especie de Detroit, donde los coches se convirtieron en el telón de fondo, el mobiliario de la región”.

Con las empresas preparándose para una larga temporada de incertidumbre sobre su negocio, están teniendo que tomar decisiones difíciles sobre las inversiones más allá de la contratación y el marketing. Amazon, que en 2020 invirtió fuertemente en personal y espacios de almacenamiento que necesitaba para hacer frente a un aumento de la demanda de entregas relacionado con la pandemia, ahora tiene demasiados almacenes y demasiados trabajadores.

El anuncio de la compañía con sede en Seattle de que tiene más espacio del que necesita asustó a cientos de empleados de su división inmobiliaria, según una persona familiarizada con la situación. Los empleados que antes hacían malabares con múltiples proyectos de construcción de repente tienen poco que hacer, y sus jefes les han aconsejado que utilicen el tiempo extra para centrarse en el “aprendizaje y el desarrollo”, lo que no ha sido algo que tranquilice, dijo la persona a Bloomberg.

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Mark Zuckerberg, director general de Meta, dijo en febrero que la empresa estaba dando prioridad a algunos esfuerzos de productos, como Reels, frente a su competidor TikTok. También la mensajería privada y el metaverso.

“Estamos desplazando la mayor parte de la energía dentro de la empresa hacia esas áreas de alta prioridad”, dijo Zuckerberg en abril. Meta informó que estaba reduciendo los gastos en 3.000 millones de dólares para 2022, la primera señal de que está siendo más cuidadosa con las inversiones.

Mark Zuckerberg, CEO de Meta Platformsdfd

El aura de ‘invencibles’ que tenían las grandes empresas de tecnología puede estar desapareciendo, pero Silicon Valley está lejos de estar muerto. El desempleo en la región californiana es sólo del 2%, el más bajo desde 1999, según Joint Venture. Otros datos del Centro para el Estudio Continuo de la Economía de California indican que el crecimiento del empleo en la bahía de San Francisco durante el pasado año fue del 5,8%, más rápido que las medias nacional y estatal.

Cualquier desaceleración en la contratación debe enmarcarse en el contexto del meteórico ascenso de la tecnología, dice Stephen Levy, director y economista senior de CCSCE. “¿Quiere el mundo más de los bienes y servicios que produce la tecnología, y es un sector de crecimiento en el tiempo?” dice Levy. “La respuesta es sí”.

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Con la colaboración de Lucas Shaw, Jackie Davalos, Brody Ford, Matt Day, Spencer Soper y Maxwell Adler

Esta historia fue traducida por Jimena Tolama