Bloomberg — El número de horas trabajadas por semana, uno de los primeros indicios de la evolución de las prácticas de contrataciones y de la demanda, ha llegado a un momento crucial.
Generalmente, las compañías, sobre todo aquellas que han experimentado dificultades para emplear y conservar a sus empleados, recurren a distintos medios para hacer frente al deterioro de la coyuntura económica antes de proceder al despido masivo de personal. Por ejemplo, eliminando ofertas de empleo, disminuyendo la contratación, reduciendo el personal temporal o disminuyendo el número de horas de trabajo.
La media de horas por semana ha descendido en 3 de los últimos 4 meses, situándose en la parte inferior del intervalo de 34,3-34,6 horas, según Julia Pollak, economista jefe de ZipRecruiter, que califica de “intervalo feliz y sano para las horas trabajadas en la economía”. El dato correspondiente a junio se publicará en el informe de empleos de este viernes.

“Puede que nos encontremos ahora en un punto de inflexión”, declaró Pollak. Un desplazamiento en zigzag en este intervalo señalaría una vuelta a la normalidad, señaló, en tanto, que un nuevo descenso no solo resultaría inquietante, sino que apuntaría a una auténtica distensión del mercado de trabajo.
Para sectores como el comercio minorista, el transporte y el almacenamiento, así como la construcción, las horas trabajadas han caído por debajo de los niveles previos a la pandemia, lo que podría hacer que esos sectores sean particularmente vulnerables a la pérdida de empleos, según economistas de Macquarie Group Limited.
Otros, como la educación y la salud, donde los horarios siguen siendo elevados, pueden resultar más resistentes en los próximos meses.

Los datos de encuestas recientes sugieren que ya se están recortando horas en la fabricación. La encuesta de junio del Banco de la Reserva Federal de Dallas mostró que un indicador de la semana laboral en la fábrica se redujo en junio por tercer mes. Excluyendo el inicio inmediato de la pandemia, el índice de fabricantes cubierto por la Fed de Kansas City registró la segunda lectura más baja en más de siete años.
Y también hay señales de advertencia que surgen de las encuestas no manufactureras. Una medida de horas semanales trabajadas en proveedores de servicios y otros no fabricantes en la región de la Fed de Filadelfia registró una de las lecturas más bajas en datos desde 2011. En Texas, un índice de horas trabajadas en la industria de servicios se redujo por cuarto mes, según a la Reserva Federal de Dallas.

Pero la dirección tampoco cuenta la historia completa. La pandemia llevó a las empresas a despedir a millones de trabajadores en cuestión de semanas. Cuando la demanda se recuperó más rápido de lo que muchos habían anticipado, las empresas se encontraron luchando por contratar trabajadores.
Algunas de las industrias que ven disminuir las horas son aquellas en las que las empresas todavía están contratando trabajadores, como el ocio y la hospitalidad. Para Guy Berger, economista principal de LinkedIn, eso sugiere que la cifra de horas trabajadas no es un indicador adelantado tan bueno esta vez.
En su última reunión, los funcionarios de la Fed vieron la caída reciente en las horas trabajadas como una indicación de que el mercado laboral se estaba volviendo más equilibrado.
Para algunos sectores, la disminución sugiere que los empleados no están sobrecargados de trabajo como antes, dijo Berger. “Debido a que pueden contratar y aumentar su plantilla, ya no están exprimiendo tanto a sus trabajadores anteriores”.
El economista de Bloomberg Stuart Paul tiene una opinión similar. La semana laboral más corta, en combinación con el aumento de las nóminas, indica que “los empleadores todavía están entusiasmados con la contratación cuando pueden encontrar trabajadores calificados”, dijo Paul. “Pero con las expectativas de una economía debilitada, pueden ralentizar la producción y reducir las horas trabajadas según sea necesario”.
Con la asistencia de Rich Miller.
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