Bloomberg — La salida de la CEO de Walgreens Boots Alliance Inc. (WBA) dejará al S&P 500 sin ninguna ejecutiva afroamericana, lo que pone de relieve la lentitud de los avances en materia de diversidad en la alta dirección estadounidense. La espera para ver a otra mujer afroamericana en un puesto de responsabilidad podría ser larga.
Rosalind Brewer dejó el cargo por mutuo acuerdo, y la decisión se hizo efectiva el jueves. Brewer asumió el cargo máximo de la compañía en marzo de 2021 con la misión de transformarla en proveedora de servicios de salud, pero sus esfuerzos por entrar en sectores más lucrativos de la industria no tuvieron mucho éxito. Las acciones han perdido hasta la mitad de su valor desde su entrada.
Antes de la llegada de Brewer a Walgreens, empresa con sede en Deerfield (Illinois), nunca había estado al frente de una empresa del S&P 500 una mujer afroamericana desde que en 2016 Ursula Burns dejara Xerox Holdings Corp (XRX). Si bien las mujeres afroamericanas constituyen el 8,3% de todos los trabajadores, tan solo son el 1,8% de los ejecutivos, de acuerdo con una investigación de la plataforma de equidad laboral Syndio.
La partida de Brewer tiene lugar en un entorno en el que las compañías se están enfrentando a crecientes retos en sus iniciativas para incrementar la diversidad entre su plantilla, después del fallo del Tribunal Supremo de EE.UU. relativo al recurso de la raza en las admisiones universitarias. El tiempo necesario que hay que invertir en un ejecutivo para llegar al máximo cargo, sumado a la poca celeridad con que mejora la diversidad entre el personal de las corporaciones, implica que podría transcurrir otro largo periodo de tiempo para que una mujer afroamericana llegue a ser CEO de una compañía cotizada en el índice bursátil de referencia.
“Se necesita mucho tiempo para invertir y formar a un ejecutivo”, dijo Lizandra Vega, directora general de la firma de contratación Gaia Human Capital Consultants. “Para empezar, hay un porcentaje tan pequeño de mujeres de color calificadas que podrían estar al mando de estas empresas importantes que muy bien podrían pasar cinco años, podría ser más” antes de que el S&P 500 tenga otra directora ejecutiva negra.
La proporción de nuevos directores afroamericanos en empresas del S&P 500 subraya este punto. Constituyeron el 15% de los miembros recién nombrados de la junta directiva el año pasado, una caída desde el 26% en 2022. Eso regresa a la marca del 11% de 2018, según datos del reclutador Spencer Stuart.
En un hecho insólito, Brewer será reemplazada por otra mujer. Ginger Graham, miembro de la junta directiva, ha sido nombrada CEO interina, por lo que el número de CEOs femeninas del S&P 500 se mantendrá en 42.
El reemplazo de una mujer por otra en la posición de CEO de una empresa del S&P 500 sólo ha ocurrido unas pocas veces en los últimos años.
El ascenso de Debra Crew para suceder a Susan Cameron al frente de Reynolds American Inc. (RAI) en 2017 fue el primer traspaso de una mujer a otra en el S&P 500 en cinco años, según Spencer Stuart. Antes de esa transición, Sheri McCoy sucedió a Andrea Jung en Avon Products Inc. (AVP) en 2012. Avon ya no está en el S&P 500. Y Burns, que reemplazó a Anne Mulcahy en Xerox en 2009, fue reemplazada por un hombre cuando ella se jubiló.
Para las mujeres afroamericanas, “el progreso es lento y a menudo implica un paso adelante y un paso atrás, especialmente para estos puestos de alto perfil”, dijo Chris Martin, economista investigador de Syndio. “El ritmo al que se están cerrando esas brechas de oportunidades es realmente frustrante”.
Con la asistencia de Kelsey Butler.
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